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El día que George Best retó a Cruyff

 

George Best y Johan Cruyff se enfrentaron en un mítico duelo para la historia disputado el 13 de octubre de 1976 en De Kuip, el estadio del Feyenoord, en Róterdam. El azar quiso que Irlanda del Norte y Países Bajos quedaran encuadrados en el mismo grupo de clasificación para el Mundial de Argentina 1978.

Más de 50.000 personas se congregaron para presenciar el duelo entre dos de los mejores jugadores del mundo que se encontraban en dos momentos opuestos de su carrera. Johan Cruyff se hallaba entonces en el momento álgido de su carrera siendo la estrella indiscutible del Barcelona, donde había llegado tras coronarse campeón de Europa con el Ajax en tres ocasiones y haber conducido a los neerlandeses al subcampeonato del mundo en 1974. Además de Cruyff, el conjunto holandés tenía a jugadores cómo Ruud Krol, Johan Neeskens, Arie Haan o Rob Rensenbrink. Todos formaron parte de aquel mítico equipo que en 1974 fue finalista de la Copa Mundial, practicando el “Fútbol Total”.

 

 

De camino al estadio De Kuip George Best se sentó junto a un reportero en el autobús del equipo y este le realizó dos preguntas que quedarían para la posterioridad. «¿Qué te parece Cruyff», le preguntó. Best le respondió que era un jugador magnífico. «¿Mejor que tú?», le retó el periodista. Best le miró y esbozó esa sonrisa que utilizó tan eficazmente para encandilar a tantas personas a l largo de su vida: «¿Estás de broma, no? Te diré lo que haré esta noche. Cuando tenga una oportunidad, le haré un caño a Cruyff». Y ambos se echaron a reír.

Aquellas palabras sonaban totalmente a broma. Aquel verano Best había cumplido 30 años y había regresado de su primera etapa en Estados Unidos con el Aztecs de Los Ángeles, su quinto club en dos años desde que dejó el Manchester United, para unirse a Rodney Marsh y Bobby Moore en el Fulham, en la Second Division inglesa.

 

 

El magnético extremo norirlandés volvía a jugar para su país tres años después, coincidiendo con el primer partido del entrenador Danny Blanchflower en el banquillo. El mister no podía haber elegido un partido inaugural más difícil. Holanda estaba en su mejor momento, entre las finales de la Copa del Mundo de 1974 y 1978, con Johan Cruyff, Johan Neeskens y Rudi Krol en su mejor momento. Aquel equipo ganó todos los partidos de la fase de clasificación para Argentina 78, excepto el que nos ocupa.

El árbitro señaló el inicio del encuentro y Best no esperó ni cinco minutos para cumplir su promesa. Recibió el balón abierto en banda izquierda y, en lugar de tratar de ganar la línea de fondo, recortó hacia dentro y se deshizo de todos los holandeses que le fueron saliendo a su paso hasta llegar a Cruyff, que se encontraba en la banda contraria. Best se dirigió recto hacia él, realizó un par de fintas con los hombros y pasó el balón entre las piernas del astro holandés. Mientras le rodeaba para reencontrarse con el balón al otro lado, Best levantó su puño al aire en señal de victoria. El público enloquecía y Cruyff lejos de enojarse se quedó asombrado. Best también se atrevió a meter el balón entre las piernas de Neeskens, pero este sí se enfadó tanto que corrió durante los 10 minutos siguientes intentando dar le una patada.

 

 

McIlroy dio el primer gol a Chris McGrath para que Irlanda del Norte se pusiera por delante. Krol y Cruyff marcaron seguidamente para poner a Holanda por delante, pero el suplente Derek Spence marcó el meritorio empate en los últimos minutos.

Más tarde, en el hotel del equipo en Rotterdam, Best estaba disfrutando de una comida y unas bebidas después del partido con sus compañeros cuando le pidieron que atendiera una llamada telefónica en la recepción. «Volvió y nos dijo que era un club de Europa el que lo quería después de su actuación», dice Jimmy Nicholl. El chico volvió y dijo: «Sr. Best, hay otra llamada para usted», y se fue de nuevo.

 


Álvaro Susqueda