El Mundial de Estados Unidos de 1994 fue la Copa del Mundo de nuestras vidas. ¿Por qué? Por las camisetas fluorescentes de Campos, por la coleta inquieta de Baggio, por la sonrisa de Romario jugando junto a Bebeto, por el naranja intenso de Holanda reflejado en las genialidades de Bergkamp, por las últimas locuras de Maradona junto al Cani con el beneplácito de Batigol, por el sueño búlgaro capitaneado por Hristo Stoichkov, por las rastas de Larsson, por las tobilleras de Gica Hagi, por los rizos de Valderrama, por la espectacular indumentaria Adidas de la Alemania unificada de Klinsmann, Völler y Matthäus, por la carrera imparable de superación personal de Owairan, por la furia del Diablo Echeverry, por la barbilla de Lalas, por la última edición de Hugo Sánchez, por el primer vuelo de las águilas verdes capitaneadas por Amunike, por el olfato goleador de Chapuisat, por los bailes del abuelo Roger Milla en el palo de córner, por la «masterclass» de Michel Preud’homme bajo palos, por las malas artes de Roy Keane, por el talento sueco del tridente Dahlin-Brolin-Blomqvist, por el injusto chorro de sangre de Luis Enrique debido al codazo de Mauro Tassotti, por los goles del zar goleador Salenko, e incluso para ver el mejor suplente sin minutos que nunca ha tenido un Mundial, el nacimiento de un mito, Ronaldo.
Las selecciones protagonistas
Las eliminatorias para acceder al Mundial de Estados Unidos de 1994 tuvieron récord de participación: 144 países inscritos, de los cuales sólo 24 tendrían representación en la fase final. Fue la primera Copa del Mundo posterior a la disolución de la URSS y del Bloque del Este. En las eliminatorias participaron Rusia y los tres países del Báltico (Estonia, Letonia y Lituania), a diferencia de Ucrania, Bielorrusia y Moldavia que tenían selecciones afiliadas a la FIFA, pero que no completaron a tiempo el papeleo de inscripción a la competición.
Fue también el retorno de Alemania como selección única, después de ganar la Copa del Mundo cuatro años antes en Italia, como en Alemania Federal, ante la Argentina de un Maradona jugando con un tobillo destrozado. El combinado germano competía como país reunificado entre la parte occidental (Alemania Federal) y la oriental (Alemania Democrática) desde que se separaran en 1949.
Finalmente, el cuadro de selecciones que tuvieron la oportunidad de competir por el título estaba formado por: Alemania, Bulgaria, Grecia, Noruega, Arabia Saudita, Camerún, República de Irlanda, Países Bajos, Argentina, Colombia, Italia, Rumania, Bélgica, Corea del Sur, Marruecos, Rusia, Bolivia, España, México, Suecia, Brasil, Estados Unidos, Nigeria y Suiza.
Sonadas fueron las ausencias de la Francia de Cantona, Papin y Ginola; la Dinamarca postganadora de la Euro 92 con los hermanos Michael & Brian Laudrup volviendo a competir juntos; y la Inglaterra de Alan Shearer y Paul Gascoine, entre otras selecciones.
El escenario y el atrezzo del Mundial del marketing
Hasta la fecha, la Copa del Mundo de Estados Unidos, es la que más asistentes ha reunido, con un total de 3.587.538 personas. Quién sabe si fue para ver la mascota del torneo Striker, o por la capacidad de hipnosis de la mítica Adidas Questra sobrevolando los circulares mantos verdes americanos. Seguro que no fue para escuchar el nuevo himno oficial de la FIFA en la ceremonia previa de los partidos.
En USA 94 se penaliza por primera vez la cesión al portero, que no podía coger el balón con la mano cuando la pasada venía de un compañero de equipo, y se aplicó un cambio en la normativa del fuera de juego. Las sustituciones permitidas por cada equipo eran todavía dos (a excepción de que el tercer fuera el portero), en lugar de 3, numéricamente al revés del sistema de puntuación de los partidos ganados. Otra de las novedades fue la aparición del área técnica para los entrenadores.
Esta Copa del Mundo aún hoy en día es conocida como la del marketing, y se interpreta por gran parte de los aficionados como la primera piedra de la modernización del fútbol.
Y no nos olvidemos de las olas de calor que tuvieron que soportar los jugadores, que fueron inmortalizados con las famosas fotos de botellas rodeando el terreno de juego. Por ejemplo, en el Alemania-Corea de Sur del 27 junio en el estadio Cotton Bowl de Dallas el termómetro llegó a marcar ¡46 grados!
La deliciosa fase de grupos
En el grupo A la gran sorpresa fue la clasificación de los anfitriones en manos de Bora Milutinović. Rumanía lideró el grupo con dos victorias, a pesar de ser goleada en el segundo partido ante una sorprendente Suiza. Para la historia quedará el obús antológico de su capitán ante Colombia que se coló por toda la escuadra.
La gran decepción del torneo fue Colombia que a pesar de presentar un equipo plagado de superestrellas, solamente pudo ganar el intrascendente último partido ante los suizos.
En el grupo B Brasil ganaba jugando a medio gas con Carlos Alberto Parreira apostando por un trivote defensivo conformado por Mazinho, Dunga y Mauro Silva, y una dupla atacante de sueño con Bebeto y Romário en plena sintonía. Suecia logró la segunda plaza tras una victoria y dos empates, mientras que Rusia y Camerún se quedaban fuera, a pesar de tener a dos de los delanteros más potentes de USA 94. Los rusos golearon 6-1 a los africanos en un partido histórico para Salenko que marcó 5 goles. Histórico también fue el gol del camerunés Roger Milla, que se convirtió en ese momento en el jugador más veterano (42 años) en poder jugar y marcar en una fase final de la Copa del Mundo.
En cuanto al grupo C España comenzaba tropezando con una rocosa Corea de Sur (2-2) pero recobraba vida tras otro empate ante Alemania (1-1) con golazo increíble del azulgrana Goikoetxea. La victoria ante Bolivia de Xabier Azkargorta (1-3) clasificaba a los españoles en octavos por detrás de los vigentes Campeones del Mundo, en parte gracias a un gran Caminero, que fue el mejor jugador de España en el torneo.
Argentina, Nigeria y Bulgaria terminaron empatando a 6 puntos en un igualado grupo D. Los argentinos llegaban como una de las selecciones favoritas después del regreso de Diego Armando Maradona, Caniggia y otros grandes jugadores como Redondo, Batistuta o Simeone. El 28 de junio la FIFA informaba el polémico y controvertido positivo de Maradona por efedrina (una amina simpaticomimética de origen vegetal) en el control antidopaje, curiosamente con unos niveles muy por debajo de lo que hoy en día está prohibido. La prueba se realizó después del partido ante Nigeria y Maradona sería expulsado del Mundial por su propio país.
El grupo E también estuvo igualado con las cuatro selecciones empatadas a 4 puntos. Italia comenzó perdiendo ante una competitiva Irlanda (0-1) pero consiguió una plaza en octavos tras la victoria por la mínima ante Noruega (1-0), y el empate ante México en la última jornada (1 -1). Los aztecas y los irlandeses también avanzaron de ronda. Noruega se quedó fuera por tener un gol menos a favor.
En el grupo F la sorpresa fue Arabia Saudí de Saeed Al-Owairan, que comenzó perdiendo ante los Países Bajos pero terminó primera de grupo tras vencer a Marruecos de Naybet y Hadji (2-1) y Bélgica (0 -1). Para el récord quedará el gol del mismo Owairan, que traspasó todo el campo esprintando y regateando a cuatro belgas antes de marcar un golazo. Holanda y Bélgica acompañaron los saudíes a la siguiente ronda.
El camino hasta la final de la fatídica tanda de penaltis
Los octavos de final acabarían con la clasificación sorprendente de Rumania, que derrotó a una Argentina totalmente descompuesta por el caso Maradona, y con un Gica Hagi capaz de todo junto a un determinante Dumitrescu, autor de dos goles. Suecia impuso la lógica ante Arabia Saudí gracias al resolutivo Kennet Andersson; Bergkamp y De Jonk clasificarían a Holanda dejando atrás a Irlanda; Brasil acabaría con el sueño americano a pesar de jugar con un jugador menos por la expulsión de Leonardo (codazo a Tab Ramos) por la mínima con un gol que escenificaba el matrimonio Romário-Bebeto en la delantera; Bulgaria superó a México en la tanda de penaltis; y Klinsmann y Völler (2) certificaron el triunfo de los teutones frente a los belgas. España borró del mapa a los suizos 3-0 con un gran planteamiento de Javier Clemente; y Nigeria se quedó a un paso de eliminar a la Italia de Baggio y compañía, pero Amunike, Okocha, Yekini, Amokachi y Finidi no fueron suficiente para hacer volar más alto a las águilas verdes.
Los cuartos de final fueron inolvidables para los españoles, con el codazo de Tassoti destrozando la nariz de Luis Enrique, que acabaría llorando y sangrante desesperadamente sin saber ni siquiera el árbitro pitara falta. 2-1 para los italianos gracias a la definición de los dos Baggio y la triste inoperancia de Julio Salinas ante la meta defendida por Pagliuca.
Rumania y Suecia se lo jugarían todo a los penales, con triunfo de los suecos gracias a un inmenso Thomas Ravelli en la tanda de penaltis. Holanda sería superada por 2-3 por los brasileños con gol final de Branco, y mítica la celebración del gol de Bebeto con este junto a Mazinho y Romário bailando haciendo ver que mecían un niño pequeño.
La gran sorpresa fue la victoria de los búlgaros ante los alemanes capitaneados por Matthäus, que abriría el marcador de penalti, pero Stoichkov de falta directa y Letchkov rematando de cabeza en solamente 15 minutos harían realidad el sueño bulgaro.
En semifinales Brasil necesitaría 80 minutos y un gol de Romário para batir a una espléndida Suecia que enamoraba por su talento. Mientras que Bulgaria, ahora sí, caería ante Italia en el Giants Stadium de Nueva York por 1-2, Stoichkov y Roberto Baggio se reparten el protagonismo goleador de una jornada de fútbol espectacular.
En el partido para el tercer y cuarto puesto Suecia aplastado a Bulgaria por 4-0, y en la gran final todo se acabaría decidiendo los penaltis. Arrigo Sacchi apostaría por catenaccio más rocoso a pesar de haber recuperado a Franco Baresi, y haber podido alinear a un Roberto Baggio aún con molestias y molesto con el juego del equipo. El marcador durante los 90 minutos y la prórroga terminaría con un 0-0 por primera vez en la historia de las finales de los Mundiales. Roberto Baggio obtuvo toda la responsabilidad en el último lanzamiento en la tanda de penaltis, y terminó enviando el balón a las nubes, convirtiendo así a Brasil en campeona del mundo por cuarta vez en su historia en el Rose Bowl de Los Ángeles ante 94.194 espectadores.
Consecuencias y datos finales
El futbolista ruso Oleg Salenko sería la Bota de Oro el torneo al marcar seis goles, todos ellos en la fase de grupos. Sus cinco goles en un mismo partido contra Camerún son pura historia de los Mundiales. Hristo Stoichkov fue Bota de Plata, también con seis dianas, pero el búlgaro los consiguió en más partidos, ya que su selección quedó en cuarto lugar en este Mundial. El sueco Andersson, el alemán Klismann, Romario y Roberto Baggio, todos ellos, marcaron cinco goles.
Además, Romario fue elegido Balón de Oro en este Mundial (por delante de Baggio y Stoichkov respectivamente), el holandés Marco Overmas el mejor jugador joven, y Michel Preud’homme fue elegido Premio Yashin, como el mejor portero de este Mundial. Además del triunfo, Brasil consiguió también el premio «Fair Play» que le concedió la FIFA por juego limpio.
El país anfitrión accedió a octavos de final, en detrimento de Colombia que quedó fuera por solamente un punto, a pesar de una de las selecciones favoritas para hacerse con el título. El partido entre los Estados Unidos y el país cafetero terminó con victoria para los locales por 2-1 y las esperanzas de los sudamericanos de acceder a la siguiente fase por tierra. Las tristes consecuencias de aquella derrota las pagó Andrés Escobar, días antes de firmar su contrato con el AC Milan, a manos del Cartel de Medellín tras una discusión que tuvo lugar el 2 de julio de 1994 en el parking del estadero El Indio de Medellín.
En el Mundial USA 94 se marcaron 141 goles, ante una asistencia media de 68.991 espectadores en 9 ciudades y estadios
La Asociación de Fútbol Argentino, por medio de su presidente Julio Humberto Grondona, decidió expulsar al «Pelusa» de la selección por temor a que la FIFA decidiera echar Argentina del Mundial. La FIFA además sancionó con 15 meses de suspensión al jugador argentino por su positivo. Aunque hoy en día existen dudas de lo que pasó de verdad, y la sospecha de la jugada sucia de la FIFA sigue sobre la mesa, y es que los maradonianos no olvidan el llanto de Diego y su célebre frase «Me cortaron las piernas «.
Lo único que se sabe con certeza es que un integrante de su staff compró en la farmacia Walgreens un energizante de venta libre, por tanto, insospechable como estimulante prohibido, de la marca Ripped. Pero el fin Ripped tenía dos variantes: Fuel o Fast. La diferencia también estaba en el envase, uno tenía fondo negro con letras rojas y el otro al revés, fondo rojo con letras negras y amarillas. Fue tan enorme el escándalo mundial que la WADA (World Anti-Doping Agency) comenzó a funcionar oficialmente en 1999, el primer caso que estudió para evaluar los cambios futuros fue el Maradona pues llamaba la atención la cantidad de pseudoefedrina y sus derivados encontrada en su orina. Y sorprendentemente llegó a la conclusión de que la cantidad ingerida no era suficiente para ser considerado dopaje, lo que alimentó la teoría del complot Havelange-Grondona para quitarse de encima a un personaje tan incómodo para ellos como Maradona.
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