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El Girondins de Blanc, el fin de la hegemonia del Olympique de Lyon

 

Antes de que llegara a nuestras vidas el proyecto faraónico del PSG de Nasser Al-Khelaifi, ganador de siete de las últimas ocho ediciones de la Ligue 1, el conjunto hegemónico de Francia no era otro que el Olympique de Lyon. El equipo de Ródano-Alpes llegó a alzar el campeonato regular siete veces consecutivas (de la temporada 2001-02 a la 2007-08), algo que no había realizado antes ningún equipo galo.

Quien rompió esa racha que parecía no tener fin fue el Girondins de Burdeos, un conjunto que desde la llegada de Laurent Blanc en 2007 tenía grandes aspiraciones. Y las realizó. En el primer curso consiguieron terminar segundos (75 puntos) a solo cuatro del Lyon. La siguiente temporada (2008-09) se hicieron con el tan esperado título.

 

 

Los sureños consiguieron firmar un triplete histórico: la Ligue 1, la Copa de la Liga y el Trofeo de los campeones, que enfrenta al campeón de liga y al de copa. Por sexta vez en la historia del club, se coronaron como mejor equipo de Francia, un hito que todavía se recuerda en las calles de Burdeos, más aún cuando llevan temporadas lejos de plazas europeas.

 

Los artífices de la gesta

El entrenador de ese equipo no era otro que un mito en la historia del fútbol galo, Laurent Blanc. Era la primera experiencia en un banquillo profesional del exfutbolista y rompió todos los pronósticos. Aunque nunca fue jugador del club, el presidente Jean-Louis Triaud confió en él ciegamente. En la primera temporada avisaron quedando segundos. En la segunda, asaltaron al trono. Lo hicieron por la puerta grande, consiguiendo 80 puntos: 24 victorias, ocho empates y seis derrotas.

De ese Girondins de Burdeos surgieron nombres que luego dieron el salto a otras ligas más grandes como Marouane Chamakh (Arsenal), Yoann Gourcuff (AC Milan), Fernando Cavenaghi (River Plate y Villarreal), Alou Diarra (West Ham) o Benoit Trémoulinas (Sevilla) con más o menos fortuna.

Cabe destacar el papel de los tres primeros. Chamakh, el referente ofensivo consiguió un total de 13 goles, el mismo número que el extremo argentino Cavenaghi. Yoann Gourcuff, en la mejor temporada de su carrera, consiguió 12 goles y se alzó como el mejor jugador de la Ligue 1. Era un equipo joven, aparentemente inexperto y que maravilló al mundo del fútbol por su atrevimiento.

 

 

Su estilo ofensivo, un poco alocado y siempre con el arco rival entre ceja y ceja les hizo competir con los equipos más habituados a estar en posiciones avanzadas. Pocos futbolistas repitieron ese éxito fuera del Stade Jacques Chaban-Delmas, antiguo estadio de los ‘marines et blancs’.

Laurent Blanc, a quien apodaban desde hace años Le Président, también aprovechó esa primera experiencia en los banquillos. De 2010 hasta 2012 se hizo con el cargo de seleccionador de la absoluta de Francia y en 2013 fichó por el todopoderoso PSG de Al-Khelaifi. En tres años ganó tres ligas, dinámica ya habitual mientras es poco imaginable que suceda un nuevo Girondins que rompa la hegemonía.

 

 


Oriol Quintana
@urikingkat