spot_img

Yoann Gourcuff, el peso de las comparaciones con Zidane

 

Yoann Gourcuff con apenas 20 años ya era comparado con su compatriota Zinedine Zidane, por su forma de jugar y su posición en el campo, ganándose el sobrenombre de «Petit Zizou». Una presión que le acabó condenando al ostracismo tras su fichaje por el AC Milan, donde su proyección entró en un declive que le llevó de vuelta al campeonato francés.

A pesar de ello, recuperó su gran nivel de forma intermitente, y hasta llegó a acumular 31 partidos internacionales y 4 goles con la selección de fútbol de Francia, con la que participó en la Copa Mundial de Fútbol de 2010 disputada en Sudáfrica. En 2022, la revista So Foot lo incluyó en la lista de los 1000 mejores jugadores del campeonato francés, situándolo en la posición número 95.

 

 

El origen de un talento que prometía perpetuar la era Zidane

Nacido el 11 de julio de 1986 en Ploemeur, Yoann Gourcuff empezó en las categorías inferiores del FC Lorient en 1992 con 6 años de edad, donde permaneció hasta 1999, cuando decidió probar en el Pôle Espoirs Ploufragan. En 2001, se incorporó al centro de formación del Stade Rennais FC4, junto a su padre, que entonces era entrenador del club.

Grandes equipos europeos como el Ajax de Amsterdam, el Arsenal y el Liverpool empezaron a interesarse por el joven jugador en aquella época, pero Yoann Gourcuff decidió continuar en el Rennes, donde firmó un contrato profesional en noviembre de 2003. Aquel año se dio a conocer al marcar un gol de falta en la final de la Coupe Gambardella, contribuyendo así a la conquista del trofeo por su club. A los 18 años obtuvo el bachillerato en ciencias industriales y tecnología. A continuación, cursó estudios de STAPS en la Universidad de Rennes.

 

 

Al año siguiente, jugó su primer partido en la Ligue 1, el 7 de febrero de 2004 contra el AJ Auxerre. En aquella plantilla coincidió con Petr Čech, Kim Källström, Frédéric Piquionne y Alexander Frei. La excelente temporada 2004-2005 del Stade rennais FC, que terminó con un cuarto puesto que le clasificó para la Copa de la UEFA, le permitió desarrollarse gradualmente, jugando 21 partidos de liga, seis de ellos como titular. En 2005 conquistó la Eurocopa Sub-19 con Francia, y en su club tuvo posiblemente sus mejores actuaciones, sobre todo contra el Lyon, donde marcó en la victoria por cuatro goles a cero en el Stade de Gerland. Esa temporada fue la más completa, con 36 partidos de Ligue 1 (28 como titular), en los que marcó seis goles, y cinco participaciones en la Copa de la UEFA. Al final de esa temporada, decidió no aceptar la ampliación de contrato que le ofrecía el Stade Rennais FC, y dar el salto a la Serie A.

 

 

El fracaso del sueño italiano y el retorno a territorio francés

El verano de 2006 el AC Milan se adelantó a todos los grandes de Europa y le firmó por un lustro. Gourcouff se unió a una plantilla plagada de estrellas como Kaká, Pirlo, Seedorf y Maldini, pero a pesar de coronarse campeón de la Champions League en 2007, su paso por Italia fue un rotundo fracaso y solo dos años después regresó a Francia para jugar cedido en las filas del Girondins de Burdeos. Gourcuff no solo no brilló en las dos temporadas que disputó en San Siro, eclipsado con el elenco de estrellas que ya había en el equipo, sino que no contó prácticamente para nada en los planes del entrenador.

 

 

Su regreso a la Ligue 1 francesa se materializó con su cesión al Girondins de Burdeos, equipo con el que por fin demostró todo su potencial, realizando su mejor campaña como profesional: alzó la Ligue 1 con el Girondins y fue nombrado Mejor Jugador del campeonato galo tras anotar 15 tantos y repartir 14 asistencias de gol. Unos números que provocaron que los ‘Marines Et Blancs’ no se lo pensaran a la hora de hacer efectiva su opción de compra de 13,4 millones de euros, en lo que prometía ser uno de los mayores robos de talento de la historia. Otro buen curso a las órdenes de Laurent Blanc le valió la convocatoria para el Mundial 2010, de infausto recuerdo para los franceses. El enfrentamiento de Nicolas Anelka con Raymond Domenech derivó en un motín del equipo contra su seleccionador y los ‘bleus’ cayeron en fase de grupos, con Gourcuff siendo expulsado en el último partido contra la anfitriona, Sudáfrica. Dos meses después, y todavía con 24 años, Gourcuff dejó el Girondins y se convirtió en la nueva estrella del Olympique de Lyon, en un traspaso que fue el principio de su imparable devaluación.

 

 

Aquella decisión marcó el devenir de su carrera, ya que en vez de consagrarse como estrella mundial, Gourcuff encadenó año tras año una serie de lesiones que lastraron su rendimiento y que le minaron psicológicamente. Apenas pudo disputar la mitad de los encuentros durante las cinco temporadas que formó parte de la plantilla. En 2015 vuelve al Rennes en un intento de volver a competir y disfrutar del deporte, no como estrella, sino como jugador de fútbol. Él mismo aseguró que no cobraría ni un euro hasta que recuperara la forma y el ritmo, pero tampoco contó con un gran papel a pesar de que su entrenador fuera su propio padre, Christian Gourcuff. Tras dos temporadas fichó por el Dijon FCO, donde se retiró en 2019, tras disputar tan solo 8 partidos, en los que disputó solo 126 minutos.