Sirous Ghayeghran fue un símbolo de la supervivencia del fútbol de Irán en plena Guerra Impuesta, conflicto bélico que enfrentó a Irán e Irak entre el 22 de septiembre de 1980 y el 20 de agosto de 1988. Tanto en la selección como en el Malavan Bandar Anzali Football Club, club que lo vio nacer como futbolista, siempre enfrentó la realidad social de su país con valentía.
Su firme compromiso con Irán, a pesar del grave momento social, lo convirtieron rápidamente en el capitán de la selección nacional de fútbol, con la que disputó 43 partidos y marcó 6 goles, conquistando los Juegos Asiáticos de 1990. A nivel individual formó parte del once ideal de la Copa Asia de 1988.
Su carrera en el ámbito de clubes
Sirous inició su formación en el Malavan FC en 1970, en el que debutó con el primer equipo en 1980. Con los «Ghou-ye Sepid» disputó 7 temporadas y ganó su primera Hazfi Cup en 1986, para posteriormente ser traspasado al Al-Gharrafa de Qatar, en el que jugó dos temporadas.
En 1989, pese a algunas ofertas de clubes europeos, volvió a Irán para jugar en uno de los grandes de su país natal, el Esteghlal Anzali, en el que solo estaría un año. Su añoranza lo hizo volver al Malavan, con el que conquistaría por segunda vez la Hazfi Cup de 1990 y disputaría el Campeonato Asiático de Clubes.
En 1993, se trasladó al Keshavarz FC, el equipo más derrochador de la época, del que también fue posteriormente entrenador cuando se retiró en 1995.
Su trayectoria internacional
Aunque Irán logró clasificarse para una Copa del Mundo en 1978, los conflictos del país posteriores a esa fecha, como la Revolución iraní de 1979 y la guerra contra Irak, afectaron el desarrollo del fútbol en el país e Irán no volvió a clasificarse para un Mundial hasta 1998. Aquella situación de inestabilidad afectó gravemente a la generación de grandes futbolistas de Irán de los años 80, principios de los 90.
El febrero de 1986 Ghayeghran debutó con la selección nacional contra Pakistán, y tan solo un año después se convirtió en el capitán del equipo nacional, después de que la mayoría de los miembros del equipo nacional ya establecidos que habían participado en los torneos asiáticos de 1984 a 1986 renunciaran a jugar (entre ellos se encontraban las principales estrellas como Nasser Mohammadkhani, Hamid Alidoosti, Shahrokh Bayani, etc.)
En 1988, gracias al liderazgo de Ghayeghran, un equipo iraní poco preparado e inexperto terminó tercero en el torneo de la Copa de Asia. Él y Mehdi Fonoonizadeh se erigieron en los dos jugadores con sus característicos disparos de larga distancia, que solían compensar las carencias de Irán en el ámbito del trabajo en equipo. Dos años después, el equipo se proclamó campeón de los Juegos Asiáticos de 1990, donde Ghayeghran marcó uno de los goles más memorables de la historia del fútbol iraní contra Corea del Sur. Terminó su carrera internacional con 43 partidos y 6 goles.