Vítor Manuel Martins Baía militó durante tres temporadas en el FC Barcelona, donde nunca consiguió superar las expectativas puestas en su fichaje, a pesar de una gran primera temporada. Durante dos largos años el club blaugrana estuvo detrás de su fichaje para traer un portero de garantías, tras la marcha de Zubizarreta al Valencia CF en 1994.
Una grave lesión el agosto de 1997 lo obligó a permanecer en el dique seco durante un periodo de tiempo considerable, perdiendo así su puesto en la alineación titular en favor de Ruud Hesp, que se convirtió en el sorprendente hombre de confianza de Louis Van Gaal para defender la portería del Barça. A pesar de volver a la acción en enero de 1999, no pudo recuperar el espacio que una vez tuvo en el primer equipo y consolidarse. “Tuve una lesión muy grave y después, choqué con Van Gaal. Estuve ocho meses parado. Tenía una infección y me infiltré: lo hice pensando en el equipo y no en mí, pero sufrí un choque anafiláctico bastante grave. Resultó que era alérgico a la penicilina… tuve convulsiones, pero el doctor Baños y Ángel Mur me salvaron”.
Tras participar un total de 54 partidos, el portero fue partícipe en la consecución de una Liga, dos Copas del Rey, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Su estancia en el Camp Nou terminó la temporada 1997-1998, decidiendo volver al Oporto, donde acabaría su carrera deportiva en 2007. Pese a retornar al club que le vio crecer, Baía ha reconocido en más de una ocasión que dejar la disciplina azulgrana fue uno de los peores episodios por los que ha pasado. «Es un placer formar parte de la historia del Barça, el momento más difícil de mi carrera fue el día en que tuve que salir del Barcelona».
Vítor Baía siempre ha asegurado que su intención era seguir perteneciendo al FC Barcelona y que no quería marcharse a otro club, aunque en su retorno al Oporto pudo conquistar la única Champions League que hay en su palmarés, cuando en la temporada 2003/04 los ‘dragones’ de José Mourinho se impusieron al Mónaco en la final de la máxima competición europea. «Quería continuar, tenía capacidad para hacerlo, pero en aquel momento pensamos que sería bueno para mí poder regresar al Oporto. Después tuve una grave lesión y la posibilidad de ganar la Champions», ha recordado el exjugador del FC Barcelona.
El rocambolesco fichaje
El club azulgrana alcanzó la madrugada del 4 de junio un principio de acuerdo con la directiva del campeón portugués para conseguir el traspaso del futbolista, uno de los preferidos por Bobby Robson, el nuevo técnico del Barcelona por aquel entonces. La entidad azulgrana se había comprometido a pagar 7,5 millones de dólares (unos 937 millones de pesetas) por el guardameta de la selección portuguesa. La junta directiva del Barça tuvo sus dudas, jugando a dos bandas con el internacional alemán Andreas Köpke, ya que el fichaje del portero del Oporto era una inversión que excedía ampliamente los 600 millones que se estimaban inicialmente para el fichaje de un portero que sustituyera en el once inicial al irregular Carlos Busquets.
Finalmente, el internacional portugués firmó para las siguientes ocho temporadas, en las que percibiría unos 150 millones de pesetas anuales y en su contrato figuraría una cláusula de rescisión de 3.000 millones, de pesetas. Finalmente, el club azulgrana contrató a Vitor en detrimento de Andreas Köpke, que incluso ya había pasado la revisión médica en Barcelona, argumentando que el portero alemán tenía un compromiso verbal con el Stuttgart que complicaba su incorporación. El alemán se mostró abatido mientras la prensa de su país aseguraba que el club azulgrana había utilizado al portero para rebajar el precio de Baía.
La llegada a una plantilla ilusionante
Su llegada, con Bobby Robson en el banquillo, vino acompañada por la de otros grandes jugadores como Ronaldo, Giovanni, Blanc, Luis Enrique o el retorno de Hristo Stoichkov a Barcelona después de jugar una temporada en el Parma italiano. Su debut fue en la ida de la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid. Un partido que el Barça tuvo que disputar en el estadio Olímpic Lluís Companys por culpa del mal estado del césped del Camp Nou. El partido acabó con victoria local por 5 goles a 2.
La siguiente temporada, la 1997-98, con Van Gaal de entrenador, perdió la titularidad, pero lograría la Supercopa de Europa y un doblete, Liga y Copa, que hacía 17 años que se resistía. El curso 98-99 Baía jugó cedido en el Oporto y una vez se terminó la cesión firmó con los portugueses donde estuvo fina su retirada en 2007. 2004 fue un año muy especial para él, tras proclamarse campeón de la Champions League en una final disputada en Alemania contra el Mónaco.
Sus peores pesadillas
Más allá de ser el portero del 5-4 ante el Atlético de Madrid, tuvo otra actuación aun si cabe más desastrosa. Esta tuvo lugar contra el Dinamo de Kiev de Shevchenko y Rebrov en un partido de liguilla de Champions League en el Camp Nou, en el que el Barça sucumbió 0-4. Aquel año los culés no pasaron de la liguilla, tras sucumbir también contra el Newcastle del Tino Asprilla que le hizo 3 goles.