La celebración del Tournoi de France de 1997, conocido popularmente como el «Mundialito de Francia», nos dejó imágenes para el recuerdo como el espectacular gol de falta de Roberto Carlos, la bellísima instantánea de Ronaldo escapando de las entradas de Maldini y Cannavaro, a Inglaterra ganando un torneo de primer nivel después de más de 30 años, y a la dupla Ro-Ro haciendo de las suyas.
Francia supo estar a la altura de Estados Unidos como anfitriona, aprendiendo de su gran marketing y capacidad de organización para hacer realidad grandes eventos. A fin de ponerse a prueba como los norteamericanos lo hicieron con la Copa Camel de 1992, la federación francesa organizó Le Tournoi, el último gran torneo amistoso de selecciones que se disputaría entre el 3 y 11 de junio de 1997. Aquel verano ya no le recaía todo el protagonismo a la Copa América, y el gran éxito de aquel Mundialito del 97 provocó que tan solo seis meses después, se usara como modelo base para crear la Copa Confederaciones, mediante la modificación de la ya existente Copa Rey Fahd, que se disputaba en Arabia Saudita.
En la competición participaron las selecciones de Brasil, Inglaterra, Italia y la anfitriona, que disputarían sus partidos en 4 ubicaciones diferentes: Stade de la Beaujoire (Nantes), Stade de la Mosson (Montpellier), Parc des Princes (París) y Stade de Gerland (Lyon). Los cuatro combinados jugaban entre sí a una sola ronda y, al término del mismo, el líder de la liguilla se proclamaba también vencedor del campeonato.
El campeón, ante todo pronóstico, fue la selección de fútbol de Inglaterra con Beckham, Gascoigne, Scholes, Ian Wright y Shearer en sus filas. Pero este campeonato siempre será recordado por un gol de falta antológico. Roberto Carlos y su “Bomba Inteligente” protagonizaron posiblemente el lanzamiento de falta más memorable de la historia, llevando a un nuevo nivel el arte de poseer un cañón en los pies. Aquella noche, en el Stade de Garland de Lyon, la fantasía se tornó realidad para regalarnos un tiro libre a 32 metros de la portería fuera de lo normal.