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George Best en el AFC Bournemouth, el ocaso de una leyenda

 

George Best tuvo un breve paso por el AFC Bournemouth, donde se retiró con 37 años con más pena que gloria tras disputar tan solo 5 partidos sin ver portería ni realizar una sola asistencia de gol.

Fichado a finales de 1982 por Don Megson, Best jugó en la cuarta división del fútbol inglés de aquella época, la Football League Third Division, donde permaneció hasta retirarse definitivamente del fútbol.

 

 

The Cherries

El AFC Bournemouth es un equipo de fútbol inglés, de la ciudad de Bournemouth, en el condado de Dorset fundado el 1 de enero de 1890 como Boscombe St. John’s Institute FC (siendo reformado en 1899 como Boscombe FC). En 1923 su nomenclatura cambió a Bournemouth & Boscombe Athletic FC, antes de adoptar su actual nombre en 1972. Juegan desde 1910 en el Dean Court y son apodados The Cherries. Desde la temporada 2022/23 juega en la Premier League, categoría en la que debutaron por primera vez la temporada 2015-2016.

 

 

El club ha sido una vez campeón de la segunda y de la tercera división inglesa, y dos veces campeón de la cuarta división. Además, a lo largo de su historia se han proclamado vencedores de la Southern League, la Football League Trophy, y la Football League Third Division South Cup. Pero uno de sus mayores logros fue convertirse en el último club en el que jugaría la exestrella del Manchester United y de la selección de Irlanda del Norte.

 

 

 

El ocaso definitivo de una leyenda

El debut de George Best con el AFC Bournemouth tuvo una modesta cifra de asistencia de tan solo 9.121, un número insignificante comparado con las cifras durante su máximo esplendor en el Old Trafford de los años 60. Aquel último sábado de marzo de 1983, la semana anterior a la Semana Santa, fue un día frío en la costa de Dorset. Seis meses después se cumplía el 20º aniversario de su debut en la Football League, una llegada que cambió el panorama del fútbol inglés para siempre. El jugador de 36 años de edad, con bastantes kilos de más, lucía su camiseta con el número 7, y sin haber jugado al fútbol con regularidad tras casi dos años, respiró con fuerza cuando, con un gesto distraído, cruzó el césped de Dean Court para debutar en el Bournemouth contra el Newport County, equipo que aspiraba al ascenso a la tercera división del fútbol inglés.

 

 

Apenas 42 días después, había jugado el último de sus cinco partidos sin goles, una participación que finalmente puso fin a su tempestuosa historia de amor con el fútbol profesional inglés. Sin embargo, 37 años después, los que estuvieron allí siguen hablando con entusiasmo de cuando George Best jugó en el Bournemouth, y recuerdan el revuelo que convirtió a los veteranos de las terrazas en colegiales emocionados, ansiosos por volver a ver el glamur de The Best y todo lo que ello conllevaba. Se trata de una prueba irrefutable del encanto eterno de este hombre; el atractivo de la taquilla que, para bien o para mal, definió su extraordinaria vida deportiva: Ícaro con tacos, el chico bendecido con dones deportivos que exigieron un precio tan elevado.

 

 

En los cinco partidos que disputó Best, para decepción de los rivales del Bournemouth, solamente hubo un encuentro a domicilio, un empate a cero con el Southend, mientras que los aficionados de Dean Court tuvieron que adivinar si el icónico norirlandés se alinearía aquella jornada. «Teníamos un partido en casa con el Doncaster el 2 de mayo, y para entonces Best había regresado», asegura Neil Vacher, actual secretaria del club. George se había ido de paseo a Londres, y le había dado esquinazo al director general de los Cherries, Brian Tiler, que le había perseguido hasta allí. Al ver su reflejo en el espejo de un bar, Best desapareció rápidamente por los aseos. «Pero se lesionó y se perdió el partido», continúa Vacher. «Así que hicieron estos carteles para ponerlos en la entrada: ‘George Best no jugará hoy’, para que todo el mundo lo supiera antes de pagar para entrar».

 

 

Cinco partidos, ningún gol (ni siquiera una asistencia), pero una historia que los presentes no se cansan de contar. Cabe destacar que Best también participó en un torneo escolar local en el que jugó con todos los equipos. «Curiosamente, Bestie volvió un par de años más tarde como comentarista de radio cuando empatamos con el United en la Copa», añade Vacher. Es un partido que los rojos de cierta edad no necesitan recordar. «¡Lo describieron como una batalla entre dos de sus antiguos clubes!», se ríe Vacher. «Puede que fuera un truco publicitario, o lo que sea, pero no hay duda de que su aparición con nuestros colores elevó el perfil del club y trajo un poco de glamur a Dean Court. Todavía está en el muro de la fama, y su hermana pidió una copia de ese póster para su libro».