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Roberto Carlos, el cañon zurdo de oro

 

Roberto Carlos se convirtió en una leyenda del fútbol, especialmente durante su etapa en el Real Madrid y con la selección brasileña, ocupando la demarcación de lateral izquierdo y destacando por su especialidad lanzando faltas directas desde lejos con un potente disparo con la zurda.

Fue sin duda alguna uno de los mejores carrileros izquierdos de la historia de este deporte logrando multitud de títulos y distinciones: cuatro Ligas españolas (1996-97, 2000-01, 2002-03 y 2006/07), tres Ligas de Campeones (1997/98, 1999-00 y 2001/02), tres Supercopas de España (1997, 2001 y 2003), una Supercopa de Europa (2002) y dos Copas Intercontinentales (1998 y 2002), una Copa del Mundo (2002), dos Copas América (1997 y 1999), una Copa Confederaciones (1997) y una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996).

También jugó en otros planteles como el União São João Esporte Clube, Clube Atlético Mineiro, Sociedade Esportiva Palmeiras, Football Club Internazionale Milano, Fenerbahçe Spor Kulübü, Sport Club Corinthians Paulista, FK Anzhi Makhachkala y Delhi Dynamos. En 1997, estuvo cerca de ser galardonado como el mejor futbolista del mundo en la gala del FIFA World Player, pero fue superado por su compatriota Ronaldo.

 

 

Sus inicios en su país natal y en el Inter de Milán

Roberto Carlos da Silva nació el día 10 de abril de 1973 en (Garça, São Paulo, Brasil). Comenzó su andadura en el fútbol en la escuadra União São João Esporte Clube de la ciudad de Araras del Estado de São Paulo, en 1989. Demostró sus verdaderas habilidades con el balón desde el principio, estando en este club tres años hasta 1992.

Con 19 años, se fue de gira por Europa con el Atlético Mineiro pasando por países como Italia o España, donde sus grandes actuaciones llamaron la atención de muchos conjuntos europeos como la Unió Esportiva Lleida (ascendido a la Primera División española la temporada 1993-1994), aunque su fichaje nunca se llegó a concretar. Finalmente fue el SE Palmeiras quien se hizo con sus servicios. Mejoró de una forma espectacular su rendimiento alzándose con dos ligas con los albiverdes en 1993 y 1994. Firmó grandes temporadas con este club, marcando muchos goles, y propiciando que el Inter de Milán, uno de los mejores conjuntos de la Serie A, se hiciese con sus servicios en 1995. Solo estuvo un año con los italianos, anotando un tanto de bella factura en su debut contra el Vicenza Calcio.

 

 

Extraordinario paso por el Real Madrid

Su excelente juego vertical y sus goles le permitieron fichar por el Real Madrid, de la mano del preparador italiano Fabio Capello. Gracias a su magnífico fútbol por el carril izquierdo, el Real Madrid conquistó la séptima Copa de Europa, tras 32 años sin lograrlo, frente a la Juventus de Turín liderada por Zinedine Zidane y Alessandro Del Piero, gracias a un gol de Predrag Mijatović en el 66′ del segundo tiempo de la final disputada en el Amsterdam Arena el día 20 de mayo de 1998.

Dos años más tarde, se coronó nuevamente campeón de Europa con los blancos en Saint Denis, batiendo al Valencia CF dirigido por Héctor Raúl Cúper por 3-0.

 

 

Su Copa de Europa más especial fue la de la temporada 2001/2002 frente al Bayer Leverkusen en Glasgow (Escocia) con Vicente del Bosque repitiendo como técnico, Roberto Carlos sirvió un magnífico balón al centrocampista francés Zinedine Zidane para que lo empalmase al vuelo para establecer el 2-1 en el luminoso. Es uno de los goles más recordados de la historia del fútbol.

Tras estos éxitos, juntamente con las cuatro Ligas españolas entre otros títulos, el día 8 de marzo de 2007 abandonó la disciplina del Real Madrid, poniendo rumbo a Turquía para firmar un contrato con el Fenerbahçe, alzándose con los turcos con dos Supercopas de Turquía. Estuvo allí hasta 2010. Posteriormente, Roberto Carlos militó en el Corinthians, el FK Anzhi ruso y colgó las botas en 2015, vistiendo la camiseta del Delhi Dynamos de la liga India.

Roberto Carlos siempre será recordado por su espectacular recorrido por el flanco izquierdo, y también por sus magníficos trallazos de falta directa. En especial de su «bomba inteligente» a más de 100 km/h del 3 de junio de 1997 en la Copa Confederaciones, considerado el mejor gol de falta de la historia.

 

 


Joan Antoni Perelló