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Lev Yashin, la leyenda de la «Araña Negra»

 

Lev Ivánovich Yashin, también conocido como la “Araña Negra” o “El León”, fue una de las leyendas más conmovedoras del deporte. Un portento físico soviético de 1,89 cm, siempre vestido de negro, capaz de dejar a 0 su portería en 8 de cada 10 partidos de liga, y por encima de todo protagonista de una historia de superación constante, que siempre lo dio todo en sus 812 partidos oficiales.

Su famoso sobrenombre “Araña Negra” se basa en su austera y discreta forma de vestir, siempre de color negro, y en su increíble capacidad para atajar el balón en todo tipo de lances sobre el terreno de juego. Sus grandes actuaciones y su liderazgo le llevaron a conquistar cinco títulos de liga y tres copas de la liga en el exigente campeonato soviético con el Dynamo de Moscú, el club que le dio su primera oportunidad profesional y al que nunca abandonó.

En vida y posteriormente a su fallecimiento, ha sido reconocido y galardonado en multitud de ocasiones. Destacando reconocimientos como la Orden del Mérito de la FIFA en 2013, formar parte del Dream Team de la FIFA (equipo de ensueño) de la historia de los Mundiales, galardonado con la Orden de Lenin y ganador del Balón de Oro de France Football.

 

 

El nacimiento de una estrella forjada durante la Segunda Guerra Mundial y la extrema pobreza

Nacido el 22 de octubre de 1929 Lev Yashin tuvo una infancia muy triste y desgarradora, y no solamente por vivir una guerra 5 años después de haber nacido, sino porque vivió en la pobreza y perdió a su madre, Anna Mitrofanovna, por tuberculosis, cuando solamente había cumplido 6 años. Posteriormente, su padre reharía su vida sentimental con Alexandra Petrovna, con la que tendría un segundo hijo, Boris.

Con el inicio de la Gran Guerra Patriótica (participación de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial) en 1943, él y el resto de sus familiares con los que convivía en un diminuto piso, fueron evacuados de Moscú y llevados a la región del río Volga. Durante esta etapa de incertidumbre y hambruna Yashin tuvo que lidiar con el miedo y las secuelas psicológicas de la perdida de su madre, desarrollando la primera fase de una enfermedad nerviosa que casi le destroza la vida por completo.

 

 

En 1944, con el retorno de su familia a Moscú, se mudaron al norte de la capital, en el distrito moscovita de Tushino (actualmente ciudad independiente), donde Yashin consiguió su primer trabajo. Con 13 años recién cumplidos, se ocupaba como aprendiz de ingeniero en la fábrica Krasny Bogatyr (Red Hero) para piezas de aviones de guerra, donde también trabaja su padre, Ivan Petrovich. Junto al resto de niños de la Unión Soviética, tuvo que compaginar la escuela con el trabajo para aportar su granito de arena durante la fase final de la Segunda Guerra Mundial, con el fin de aplastar y repeler al casi invencible ejército nazi.

Una vez terminada la guerra, y después de 3 años sin actividad deportiva reglada en el país debido al conflicto militar, Yashin encuentra desahogo en el hockey sobre hielo, enrolándose en el equipo de la fábrica donde trabaja, y lo compagina con el fútbol callejero. Sus grandes actuaciones como portero de hockey sobre hielo llaman la atención del entrenador de la sección de fútbol de su mismo club, Vladímir Chícherov, que le obliga a olvidarse de su sueño de ser delantero goleador, para seguir defendiendo los tres palos de la portería. Con este entrenador debuta en un partido de fútbol de liga infantil, dando así su primer salto al mundo del fútbol competitivo.

El duro trabajo en la fábrica, acompañado de una alimentación insuficiente y dañina, sigue desgastando física y mentalmente al joven Lev. Y a sus 18 años sufre una gran depresión, además de llegar al clímax de su enfermedad nerviosa, decidiendo poner punto final a su trabajo, y por consecuente a su actividad deportiva. Siendo consciente del peligro que supone haber dejado de trabajar, y aconsejado por uno de sus compañeros de trabajo, decide unirse al ejército de la URSS.

 

 

Sus primeros pasos en el Dynamo de Moscú, una auténtica consecución de fracasos

En 1947 combinando los deberes militares y los deportes en sus ratos libres, encuentra quizás por primera vez el camino de la felicidad. Arkady Chernyshev, famoso entrenador de hockey del Dynamo de Moscú (equipo asociado a la Policía y al Ministerio de Seguridad Soviético), es informado acerca de un militar con excelentes dotes como cancerbero y no duda en ficharlo. Dos años después Yashin decide repetir su historia, cambiando la sección de hockey sobre hielo por la de fútbol, e ingresa en el equipo de reservas del Dynamo de Moscú, de nombre Dynamo Sports Society. El otoño de 1949 tiene lugar su primer gran triunfo, cuando el equipo reserva gana al primer equipo en las semifinales de la Copa Moscú, su espléndida actuación lo promociona como tercer portero de la primera plantilla, compitiendo con el “Tigre” Khomich y su eterno suplente Walter Sanaya.

El debut de Yashin con el primer equipo del Dynamo Moscú se produce en un amistoso contra el Traktor Stalingrad (actualmente Rotor Volgograd), y no puede ser más desastroso. El colmo de su mala actuación llega cuando sale de su área para repeler un balón despejado por el portero rival, choca contra un defensa de su propio equipo, y el viento acaba convirtiendo ese balón perdido en un gol vergonzoso.

Aun así, su debut en partido oficial llega el 2 de julio de 1950, cuando Yashin suple a un gravemente lesionado Khomich faltando 15 minutos para clausurar el encuentro, y con 1-0 en el marcador a favor del Dynamo, que se enfrenta al Spartak. A los 3 minutos de su ingreso en el campo un centro de Paramonov con efecto lo coge otra vez desprevenido en su salida a destiempo, con tanta mala suerte que vuelve a chocar contra un defensa, y Parshin marca a placer.

Su obsesión por no ser un simple portero, y avanzar su posición como si de un líbero se tratara, le provocan gravísimos problemas con sus entrenadores, la mofa del público y las quejas de la policía secreta de la Unión Soviética que exige que se le expulse del equipo. Con los años se ha considerado a Yashin como un pionero en su demarcación, ayudando a evolucionar la posición del guardameta más allá de la línea de gol actuando como líbero con buen juego de pies.

 

 

Aun así, su tercera oportunidad acaba llegando en otro partido de liga disputado durante el otoño de ese mismo año, esta vez ante el Dinamo Tbilisi que le marca la friolera de 4 goles en 10 minutos. Aunque acaba ganando el Dynamo por un ajustado 5-4, la paciencia del cuerpo técnico se acaba, y ahora sí finaliza su presencia en el primer equipo. Yashin lejos de renunciar prefiere no cambiar de aires, seguir trabajando duro y esperar una nueva oportunidad para brillar en el primer equipo del Dynamo, aunque parece del todo imposible que pueda ocurrir.

Durante casi tres largas temporadas compite con el segundo equipo y vuelve a combinar el fútbol con el hockey sobre hielo. Curiosamente con esta sección del club incluso gana una copa de la URSS en 1953 y acaba tercero en el campeonato de liga. Es durante esta difícil etapa cuando conoce a la que será la mujer de su vida, su amada esposa Valentina, que le brinda las mayores alegrías de su vida, y le transmite el suficiente coraje para seguir adelante en su sueño.

 

 

Ese mismo 1953 se gana por insistencia, disciplina y talento innato su retorno al primer equipo, con el que ya no deja de jugar hasta su retirada en 1970, ganando el campeonato de Liga de la URSS cinco veces y la Copa Soviética tres veces.

Su leyenda futbolística empieza cuando ataja un penalti en el gran derbi ante el Torpedo de Moscú, y con la posterior consecución de su primer título de liga con el Dynamo de Moscú, año 1954. Su mentor en esta nueva etapa es el retirado Alexei “El Tigre” Khomich, el exguardián del equipo nacional soviético, que lo entrena para ser el mejor portero de la historia.

 

Alexei Khomich amb Lev Yashin

 

Etapa de madurez, y su injusto trato en la selección por culpa del Kremlin

En 1956 Lev Yashin consigue la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne, y cuatro años después levanta la Eurocopa (la primera de la historia) de 1960 después de ganar la final 2-1 ante la antigua Yugoslavia en un partido espectacular, disputado bajo la lluvia en el Parque de los Príncipes de París ante casi 18.000 espectadores. Durante las celebraciones, que tienen lugar en el restaurante de la Torre Eiffel, tiene lugar un momento histórico, cuando Santiago Bernabéu le ofrece un contrato para jugar en el Real Madrid con un cheque en blanco. El portero declina elegantemente la irresistible oferta blanca, alegando el amor eterno que siente por su actual club, y le agradece amablemente el interés.

Yashin llega a disputar cuatro Copas del Mundo, de 1958 a 1970, alcanzando siempre los cuartos de final y quedándose con el cuarto lugar en Inglaterra 1966. El Mundial de Chile 1962 es especialmente duro para Lev, en especial cuando la URSS queda eliminada tras perder 2-1 ante los anfitriones y es señalado como el gran responsable del fracaso soviético por la prensa de su propio país.

 

 

Posteriormente, se sabe que el Kremlin es el responsable detrás de la campaña mediática orquestada contra él, aconsejando a los periodistas mostrarle como el gran culpable del fiasco de la selección soviética, e intentando forzar su retirada a los 32 años. Yashin y su familia sufren desde ese momento continuas amenazas, agresiones, y menosprecios por parte de sus camaradas, debido al odio promovido por la prensa.

Al año siguiente, en 1963, todo cambia radicalmente para Yashin, que se convierte en el único portero de la historia en conquistar el Balón de Oro, después de conceder solamente 7 goles en 27 partidos disputados. Además, el 24 de octubre de ese mismo año es convocado para jugar en un partido amistoso en conmemoración de los 100 años de la Federación Inglesa de Fútbol, formando parte del once inicial de un combinado mundial de estrellas en el mítico estadio de Wembley. Lev forma onze inicial al lado de Alfredo Di Stéfano (capitán), Denis Law, Djalma Santos, Eusébio da Silva, Ján Popluhár, Josef Masopust, Karl-Heinz Schnellinger, Paco Gento, Raymond Kopa y Svatopluk Pluskal; en el banquillo se encuentran Ferenc Puskás, John Baxter, Luis Eyzaguirre, Milutin Šoškić y Uwe Seeler, dirigidos por el míster Fernando Riera. La selección inglesa acaba ganando por 2-1.

 

Yashin vuelve a jugar otro Mundial más, el de Inglaterra 1966, donde lidera a la URSS hasta la cuarta plaza y es incluido de nuevo, como ya ocurriera en Suecia 1958, en el equipo ideal como el mejor portero del torneo. En su biografía, Yashin afirma que este último Mundial jugó un papel importante en la prolongación de su carrera. Finalmente, acaba defendiendo la capitanía de los soviéticos en un total de 78 ocasiones, encajando 70 goles. En cuanto a fútbol de clubes Yashin ostenta el récord de más partidos jugados en la extinta Liga Soviética, con 326 partidos, de los cuales en 270 acabó con la portería a cero, ¡además de haber atajado la friolera de 150 penales durante toda su carrera!

 

 

Retirada y el adiós a un mito

Su primer partido de despedida se disputa el 27 de mayo de 1971, ese día el Dynamo se enfrenta a otra selección mundial donde destacan la figura del portugués Eusébio da Silva Ferreira, el inglés Robert Charlton y el alemán Gerhard Müller, quien a pesar de su constante asedio a la portería de la estrella soviética, nunca pudo anotar. Al final del partido Lev Yashin se quita los guantes y se los entrega al arquero de la selección uruguaya y del Peñarol de Montevideo, Ladislao Mazurkiewicz (considerado en aquel momento como el mejor arquero del continente americano), a quien Yashin le dice: “Tú serás mi sucesor”. Después se dirige a las abarrotadas tribunas del estadio Luzhnikí y visiblemente emocionado solo puede pronunciar una corta frase: “Gracias, público”. Yashin pese al menosprecio que vivió después del Mundial de Chile, cuelga los guantes como un héroe nacional a sus 41 años.

 

 

Lev siguió ligado al mundo del fútbol, trabajando durante casi 20 años en varios puestos administrativos del Dynamo de Moscú. Y para celebrar su 60 cumpleaños, el club organizó un segundo partido de homenaje en el que una selección soviética se enfrentó a un combinado del resto del mundo, integrado por jugadores como Eusebio, Bobby Charlton y Beckenbauer. Yashin con problemas graves de salud, observó el juego desde la tribuna, junto a su esposa Valentina.

En 1986, después de una tromboflebitis contraída mientras estaba en Budapest, Yashin se somete a la amputación de una de sus piernas, y muere en 1990 de cáncer de estómago, a pesar de una intervención quirúrgica en un intento de salvar su vida. Un funeral de Estado, como un Maestro del Deporte Honrado por los Soviéticos, es el último regalo de su país. Actualmente, en el paseo de la fama del estadio Luzhnikí se encuentra un monumento dedicado a su figura, una estatua de bronce que nos recuerda a todos que un héroe como Lev Yashin nunca se rindió por muy adversas que fueran las circunstancias.