El lunes 11 de junio de 1990 el Mundial de Italia dio la bienvenida a la debutante Costa Rica, un punto de inflexión que marcaría para siempre la historia del fútbol y el deporte tico. Esa tarde, en el Luigi Ferraris de Génova, los pupilos de Velibor “Bora” Milutinović no solo debutaron en un Mundial, sino que se impusieron por 1-0 a Escocia, con gol antológico de Juan Cayasso, que definió con la izquierda dentro del área rival tras un pase de Jara a los 49 minutos de partido.
Aquel Grupo C donde quedaron encuadrados no podía ser más complejo: Brasil, Escocia y Suecia. Tres rivales temibles para un equipo desconocido y al que la prensa internacional le auguraba “lógicas” goleadas en contra. Costa Rica llegó al Mundial de Italia como segundo país clasificado, el primero fue Estados Unidos (aunque acabó en segunda posición por la diferencia de goles), de la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF). El hecho de que Belice no participara en esas eliminatorias por una serie de deudas que mantenía con la FIFA y que México fuera marginada debido a un caso de adulteración en la edad de varios futbolistas juveniles allanaron el camino de la Tricolor.
Italia 90 supuso la primera página de oro de las seis participaciones de Costa Rica hasta día de hoy en los Mundiales de fútbol.
Una larga preparación… ¡de hasta 25 partidos!
La selección de Costa Rica llegó a disputar la friolera de 25 partidos de preparación para la cita mundialista de Italia, la mayoría de los cuales fueron amistosos y otros tantos tuvieron lugar en las Copas Camel y Marlboro en Estados Unidos, registrando un total de 10 victorias, cuatro empates y 11 derrotas, con 41 goles a favor y 28 en contra. Los primeros 14 de los 25 encuentros fueron dirigidos por el técnico Marvin Rodríguez, que guio a la Tricolor a su primer boleto mundialista, al doblegar 1-0 a El Salvador el 16 de julio de 1989 en el Estadio Nacional.
Sin embargo, el rendimiento del técnico en esos partidos no fue positivo, ganando tan solo 12 de 28 puntos en disputa, producto de conseguir cinco victorias, dos empates y siete derrotas. Los últimos dos reveses contra el Chivas de Guadalajara mexicano, por 3-0, y ante la Unión Soviética, por 2-1, durante la Copa Marlboro de Los Ángeles, California, le costaron el puesto en el banquillo de la “Sele” 100 días antes del verano italiano, por decisión de la dirigencia de la Fedefútbol, presidida por Isaac Sasso.
En su lugar fue designado el técnico yugoslavo, de origen serbio, Velibor “Bora” Milutinović, quien había dirigido con muy buen hacer a la Selección de México en el Mundial del 86 al llevarla al quinto partido. El estratega asumió el banquillo tico a solamente 90 días del debut en Italia 90.
Sus 11 amistosos de cara a la cita mundialista ofrecieron un balance final de 5 triunfos y 2 empates. El serbio dirigió tres amistosos menos que los 14 que condujo Rodríguez, de septiembre de 1989 a febrero del 90.
Curiosamente, Costa Rica se midió con 11 clubes italianos entre 1988 y 1990, sumándole dos giras de preparación en suelo italiano. El primer desplazamiento se celebró en octubre de 1989 y el siguiente antes de jugar la Copa del Mundo, entre mayo y junio del 90.
Fue así como se midió tres veces a la AS Roma (1-0, 2-1 y 1-2) y en una ocasión al Torino (0-2), Lazio de Roma (1-2) y el Inter de Milán (2-2). También se midió a siete conjuntos de ese país que jugaban en las Series C y D. Sus rivales fueron, de 1989 a 1990, los equipos Nuova Vigor (4-0), Lodigiani (0-0), Valle de Aosta (6-1), Valle de Lemme (9-0), Livorna (2-1), Cúneo (2-1) y el combinado Mondovi-Valeo (4-0).
A nivel individual, Hernán Medford fue el mejor anotador de la Tricolor en los 25 encuentros amistosos antes del Mundial italiano del 90, con siete goles, seguido por Roy Myers con seis.
La acertada elección del cuartel general de Mondovi
La pequeña localidad de Mondovi era un pueblo rural, campesino, antiguo, apacible y de clima moderado situado en la provincia del Cuneo, en la región de Piamonte. Se convirtió en el cuartel general de Costa Rica (salvo breves escapadas a Finale Ligure, en Savona) ofreciéndole un clima excelente y plácida tranquilidad a los ticos, pese a ser un lugar turístico. 23.000 habitantes y a 559 metros sobre el nivel del mar. La elección de la cálida Mondovi también tuvo que ver con su proximidad con Turín y Génova, ya que los partidos de aquel grupo C se jugaron en el Luigi Ferraris y en el recién inaugurado Delle Alpi). Sus principales calles fueron adornadas con banderas de Costa Rica y las plazas tuvieron grandes letreros alusivos al Campeonato Mundial.
La Federación Costarricense de Fútbol vio en el Hotel Park di Mondovi de cuatro estrellas el sitio ideal para alojarse: servicios de baño, sauna, piscina y campo de tenis; restaurante, tienda, cafetería, bar y hasta adaptaron una sala como centro de oraciones para rezar antes de cada encuentro. Se reservaron en el segundo piso 15 habitaciones dobles para los jugadores y el cuerpo técnico, así como dos “suites” para los jefes de la delegación. No fueron alojados ni aficionados ni periodistas, con el fin de garantizar al plantel la mayor tranquilidad posible.
Con figuras como el portero Luis Gabelo Conejo y los delanteros Claudio Jara, Juan Cayasso y Hernán Medford, todo estaba dispuesto para la gran cita.
Un inicio inesperado, una inyección de moral y orgullo
El éxito contra la Escocia de Andy Roxburgh fue solo el primer acto de la actuación de una generación de jugadores llenos de orgullo y entrega, que vieron multiplicada su ambición después de la victoria por 1-0 ante los escoceses, con 30.867 espectadores como testimonios. Los ticos jugaron con su habitual camiseta roja, pantalón y medias blancas formando con esta alineación:Luis Gabelo Conejo, Roger Flores, Ronald González, José Cháves, Mauricio Montero, Germán Chavarría, Óscar Ramírez, Roger Gómez, Héctor Marchena, Claudio Jara (Hernán Medford 86’), y Juan Cayasso, el goleador del encuentro.
En la primera parte ninguno de los dos equipos practicó fútbol ofensivo, aunque hubo varias ocasiones para ambos. Cayasso sacó un remate en el minuto 6 que se fue ligeramente desviado. En el 18 Roy Aitken sacó un disparo que pasó por un costado de la portería de Conejo. Buena oportunidad para Escocia, equipo que por momentos tomó el control del partido. Hubo también otras dos jugadas donde Richard Gough y Stuart McCall se acercaron al área de Gabelo de forma muy peligrosa, pero no definieron de la mejor manera y sus remates salieron desviados. La presión de Escocia generó una de las jugadas más recordadas por todos los costarricenses en Italia 90. Era el minuto 39 y Mo Johnston, extremo de la derecha, recibió un gran pase retrasado y sacó un remate de zurda que Gabelo envió al tiro de esquina de forma espectacular. Gran parada del guardameta tico, que se acabaría convirtiendo en el mejor de su equipo, y la primera parte terminaría 0-0, y sin mucho trabajo para el colegiado argentino Juan Carlos Loustau.
El único gol del partido llegó en el arranque del segundo tiempo cuando Costa Rica tomó el control del encuentro, Óscar Ramírez combinó con Héctor Marchena, este avanzó con el esférico, aprovechó que el “Machillo” se desmarcó y entró al área, sirvió a Claudio Jara quien de tacón dejó a Cayasso de cara a gol y este no falló ante la salida del guardameta Jim Leighton. Jugada brillante, con golazo final y locura en el Estadio Luigi Ferraris de Génova. Aunque Escocia intentó la remontada de todas maneras, Luis Gabelo Conejo y su muralla defensiva mantuvieron su portería imbatida.
Eliminación en octavos de final
En su segundo partido, ante Brasil en Turín el 16 de junio, los ticos sorprendieron con una camiseta albinegra a franjas verticales, pantalón y medias blancas, en homenaje al Club Sport La Libertad, club pionero del balompié costarricense. Este curioso hecho hizo que la afición italiana lo interpretara a su manera como un guiño a la Juventus y se volcara con los ticos desde el primer minuto.
Aunque perdieron por la mínima con gol de Müller, su histórica victoria ante Suecia por 1-2 en el tercer partido les dio el pase a octavos, donde fueron finalmente eliminados en Bari por la Checoslovaquia del tanque de 1,93 cm Tomáš Skuhravý, que les destruyó con un hat-trick demoledor. A pesar de que el resultado final fue de 1-4, los ticos se fueron ovacionados de San Nicola, que tuvo una asistencia de 47.673 espectadores. Cerca de 300 seguidores costarricenses despidieron con aplausos y lágrimas a sus ídolos en una cita histórica. La curiosidad final de la participación de Costa Rica en Italia 90 es que usaron 2 camisetas distintas del uniforme titular confeccionado por la marca Lotto.