spot_img

Radomir Antić, la primera piedra del nuevo FC Barcelona

 

Radomir Antić llegó el 2 de febrero de 2003 a un FC Barcelona prácticamente destruido anímicamente y a tan solo 3 puntos del descenso a la Segunda División A, tras sucumbir en el Vicente Calderón por 3-0 con Jesús Antonio De la Cruz en el banquillo como solución provisional.

El serbio se hizo cargo del club culé en decimoquinta posición y lo dejó sexto, clasificándolo para la Copa de la UEFA en tan solo cuatro meses y medio de trabajo. De los 56 puntos posibles sumó 33, casi el 59%, suficiente para salvar la temporada. Además, tuvo opciones de hacer una buena Champions, pero cayó en los cuartos de final contra la Juventus en el Camp Nou, en la prórroga. Sin duda, una historia que se ha ido olvidando con el paso de los años, pero que supuso la primera piedra del nuevo FC Barcelona de principios del siglo XXI.

 

Radomir Antic tira un balon a la nieta Ivana, en el entrenamiento en La Masia.

 

Tras la debacle de Louis Van Gaal en los primeros 20 partidos de liga, sobre la mesa del presidente Gaspart había tres opciones destacadas: Menotti, Rexach y Antić. «Tenía buenas referencias sobre Radomir. Tanto personales como deportivas. Lo llamé y nos citamos en el Hotel Serrano de Madrid. Nada más encontrarnos, le pregunté: ‘¿Quieres entrenar al Barça?’ Y me respondió: ‘Sería mi sueño'», asegura el expresidente. Así fue como se apostó por un técnico que previamente había pasado anteriormente por banquillos como el del Real Madrid o Atlético de Madrid. El serbio reunía el perfil de técnico ideal para efectuar una terapia de choque, además de estar capacitado para mantener la disciplina interna del equipo. En la pizarra de Antić se apreciaba claramente un 4-4-2 con rombo, con riqueza de opciones en la estrategia y donde el portero y el ariete eran figuras intocables.

 

 

El técnico dio el “sí” al Barça con una sonrisa de oreja a oreja en todo momento, con un contrato hasta el 30 de junio de 2003. “No entraré en el vestuario como un elefante en una cacharrería, porque hacía tiempo que esperaba esta oportunidad. Tengo buena cara porque estoy feliz… y luzco ese moreno Marbella que te permite el tener tanto tiempo libre. No tengo miedo, saldremos adelante”. Un mensaje positivo que dio confianza al grupo y a la afición.

 

 

Antić, en su debut oficial el 9 de febrero, consiguió un empate ante el Athletic de Bilbao, pero fue tajante en sus declaraciones. «Esto va a funcionar; solo faltó tener suerte». Razón no le faltó, porque en sus siguientes partidos oficiales, logró 12 victorias, 7 empates y 4 derrotas. «Los culés debemos estarle eternamente agradecidos. Ningún entrenador del mundo hubiera cogido a un Barcelona más cerca de bajar a Segunda que de ir a Europa, que es lo que logró», afirmó pasados los años Joan Gaspart.

El serbio certificó que en el vestuario se habían formado ciertas camarillas y unido a que los fichajes de Riquelme o Mendieta no salieron como se había imaginado, se aferró y apostó por la cantera para crear el núcleo duro del equipo, recuperando a la vez el juego de la estrella argentina. Con el serbio en 2003, Román jugó 22 partidos (10 de ellos como titular) y convirtió 2 goles. Puyol, Xavi, Gabri fueron piezas básicas para la recuperación, amnistió a Valdés y protegió a Andrés Iniesta. El 6-1 contra el Racing de Santander se convirtió en su primer golpe de autoridad en LaLiga.

 

 

El futuro capitán de La Pobla, que alternaba la posición en los dos laterales con la de central, ya nunca se movió del centro de la zaga. Radomir le situó como pareja de Frank De Boer y ahí se consolidó gracias a su velocidad y su capacidad de reacción para corregir. Eso le permitió adelantar a la defensa. “Si no tuviéramos a Puyol jugaríamos en el borde del área, reduciendo espacios”.

 

 

Con Xavi, Antić detectó que estaba encorsetado en la posición de mediocentro y visualizó que podía ser decisivo en una posición más adelantada, donde se marcan las diferencias. El jugador respondió con dos de los goles más importantes de aquella recta final: uno en Montjuïc en el derbi ante el RCD Espanyol y otro en la vuelta de los cuartos de la Champions contra la Juventus, que llevó el encuentro a la famosa prórroga de Zalayeta. “Xavi está presente en el área del rival, ¿cuántas veces era así antes?”.

 

 

Además, Gabri fue titular en 15 de los 24 partidos. Pero es que el serbio solucionó un conflicto que amenazaba con enquistarse. Víctor Valdés se había plantado ante Van Gaal negándose a jugar con el filial y el holandés nunca más le citó con el primer equipo. Radomir recondujo esa situación. Le volvió a dar una oportunidad contra el Newcastle en la Champions y lo recuperó para la causa en los últimos ocho partidos de la Liga, en los que se adueñó de la portería.

Antić fue cariñoso con Andrés Iniesta. Era la temporada de debut del manchego y el ambiente estaba caldeado, demasiado complicado. Por lo que prefirió proteger al joven de tan solo 18 años, y dejar que fueran veteranos como Luis Enrique, Overmars o el propio Riquelme.

A pesar de ser renovado por el presidente Enric Reyna, que había accedido al cargo tras la renuncia de Gaspart, a finales de abril para dar tranquilidad y estabilidad al equipo en el último mes de competición, la victoria de Joan Laporta en las elecciones del 22 de junio, con un 52,57% de los votos, cerró la puerta de su continuidad.