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Paulo Futre en la AC Reggiana

 

Paulo Futre fue el fichaje estrella de la Associazione Calcio Reggiana en su retorno a la Serie A (después de más de 60 años), aunque la temporada 1994-1995 ya llevaba 11 partidos jugados. El portugués, de por aquel entonces de veintisiete años, llegó a Reggio Emilia tras su paso por el Olympique de Marsella, con la estela de campeón de Europa, y Balón de Plata, ambas proezas conseguidas en 1987 en las filas del Porto, antes de fichar por el Atlético de Madrid.

El complejo dispositivo económico que lo llevó a Reggio Emilia fue obra de Franco Dal Cin, accionista mayoritario del club, gurú del marketing del fútbol italiano de los 80, y autor de otros fichajes de cine, como el del brasileño Zico por el Udinese Calcio. El jugador desde el primer momento estuvo interesado en la oferta del club italiano, sin escuchar en ningún momento los cantos de sirena que llegaban desde el Bernabéu, fiel a su pasado colchonero.

 

 

Por aquel entonces la Reggiana se arrastraba penosamente por la Serie A, ni una victoria en sus primeros once partidos. Ante aquella grave situación deportiva, Paulo Futre fue recibido como un mesías… era jueves 18 de noviembre de 1994. Escoltado por los Carabinieri hasta el Hotel Posta, en el centro de la ciudad, fue presentado ante una gran multitud frente al palacio municipal, convirtiéndose en el evento del año.

Toda una ciudad entera aferrándose a una de las grandes estrellas europeas de los años 80-90 para sobrevivir al más alto nivel del fútbol internacional y demostrar a sus vecinos del Parma que ellos también podían volver a competir en lo alto. Su debut llegaría el 21 de noviembre de 1993, en casa, contra la Cremonese de Gigi Simoni.

 

 

El entusiasmo era la nota predominante en los ojos de los aficionados que acudieron al Estadio Mirabello aquella jornada, recubierto de pancartas y banderas de Portugal. La estrella no traicionó las expectativas de su nueva afición, y tampoco lo hizo su entrenador, que lo alineó jugando por delante de Padovano y Mateut (también recién llegado). En medio del campo Scienza, en la portería el campeón del mundo Claudio Taffarel, ¿qué podía fallar?

 

 

Futre llenó el Mirabello, renovó las esperanzas de los granata. Se desmarcó, exhibió su repertorio de movimientos de jugador top, mandó contra las cuerdas a sus adversarios, asistió a los suyos mostrando total generosidad. Todo con la elegancia aterciopelada de los jugadores de alto linaje, y la Cremonese solo pudo resistir durante sesenta minutos sus embates, hasta que llegó su apoteósico gol.

 

 

 

Pero aquella alegría revitalizadora que mostró que existía otro camino para la Reggiana, se convirtió en pánico en el minuto 83, cuándo Paulo fue derribado por Pedroni, cayendo mal y lesionándose de gravedad. El parte informaba de una lesión en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda, y allí se acabó su primera temporada en Italia.

 

 

La Reggiana se pudo salvar igualmente sin él, y estuvo más de diez meses de baja e incluso volvió a ser operado, por lo que no volvió a jugar hasta abril de 1995. Tras su retorno, Paulo jugó poco, aunque pudo coincidir con su amigo Rui Costa en un partido ante la Fiorentina.

 

 

El Reggiana descendió a la Serie B, y el portugués fichó por el AC Milan, equipo en el que permaneció una temporada y ganó un Scudetto. A pesar de ello, el jugador marcó 5 goles en 13 partidos, un fantástico registro.