Karel Poborský siempre será recordado por los aficionados del Inter por su doblete el 5 de mayo de 2002 que supuso la perdida del Scudetto de los nerazzurri en la última jornada del campeonato de Serie A en favor de la Juventus. Aquel SS Lazio – Inter disputado en Roma finalizó 4-2, en parte gracias a una estelar actuación del internacional checo que jugó aquel partido como si le fuera la vida a pesar de su ya confirmada vuelta al fútbol checo.
La llegada a Roma de uno de los pilares de la mítica generación checa
La SS Lazio compró a Karel Poborský al SL Benfica en enero de 2001 y, tras la venta de Nedved a la Juventus el verano de 2001, Poborsky fue llamado a sustituir a su compatriota. El checo disputó 46 partidos con la camiseta biancoceleste, en los que marcó cinco goles, dos de ellos aquella mítica tarde del 5 de mayo.
En aquellos años, el club de Cragnotti tenía problemas financieros, que habían surgido después de las inversiones poco meditadas del presidente que habían conducido a la entidad a la consecución del Scudetto de la temporada 1999-2000. Aquel verano de 2001, además de Nedved, también se marcharon Verón y Salas y el equipo sufrió una completa reconstrucción. En ese año y medio en la capital romana, Poborský nunca se adaptó al club ni al entorno. Ya durante la temporada, sabía que aquel sería su último año en el Lazio, que ya no tenía dinero para permitirse mantenerlo y pronto vendería a Nesta y Crespo. El checo también quiso volver a su tierra y llegó a un acuerdo con el Sparta de Praga.
Por todos estos condicionantes se entendía que Karel no tenía ningún interés especial en jugar a muerte el último partido de su aventura en el Lazio. Y sin embargo, aquel 5 de mayo de 2002, saltó al campo como si el del Inter fuera el último partido de su vida. Stefano Fiore, su compañero en el Lazio, dejó claro por qué años después: «Sabía que se iba. Pero estaba tan en desacuerdo con el mundo que jugó ese partido hasta la muerte. Estaba muy alejado en cuanto a ideología política de aquellos aficionados que exigían que perdiéramos, e igualmente alejado de la forma italiana de vivir los partidos».
Poborský no entendía cómo los aficionados podían pedir a sus jugadores que perdieran un partido. De hecho, en los días previos al 5 de mayo, los seguidores del Lazio inician una campaña para persuadir a sus jugadores de que se desentendieran del partido contra el Inter. Estaba en juego el hermanamiento con la afición nerazzurra, pero por encima de todo el riesgo de ver triunfar a la AS Roma por segundo año consecutivo, que quedaría exorcizada con una derrota ante el Inter. Para Poborský esto era inconcebible, algunos de sus compañeros estaban de acuerdo con él, mientras que otros jugaron el partido sin esforzarse. De hecho, a los jugadores del Lazio también les habría interesado ganar ese partido, como volvió a explicar Fiore: «Con la victoria nos metimos en la Copa de la UEFA y por tanto evitamos la Intertoto, salvando así las vacaciones. Muchos de nosotros en la semana previa y durante el partido estuvimos tranquilos y un poco distraídos, sobre todo los que sabían que se iban a ir al final de la temporada».
Dos goles y fuga inmediata hacia la República Checa
Poborský era uno de los que ya sabía que se iba a ir, pero lo convirtió en una cuestión de principios y decidió jugar a muerte ese partido. En un Estadio Olímpico dominado por los nerazzurri, en el que casi todos los hinchas del Lazio apoyaban al Inter de Ronaldo, decidió ser el protagonista. Después de que los nerazzurri se adelantaran por medio de Vieri, Fiore y Stankovic se intercambiaron el puesto en la zaga. El serbio buscó en profundidad a su compañero, que puso un balón hacia atrás. Tres jugadores del Lazio podrían haber ido a por él, pero Karel apareció como un tren y marcó el gol del 1-1 ante Toldo.
Descargó su ira contra sus seguidores con un puño al cielo antes de volver a dirigirse al centro del campo, mientras la Curva Norte permanecía impasible. El Inter volvió a adelantarse por medio de Di Biagio, pero Poborský decidió que este sería recordado como su partido. Stankovic centró al área, Córdoba levantó su cabezazo por alto y Gresko combinó para la tortilla. El lateral eslovaco, cuya carrera iba a sufrir un duro golpe tras ese partido, intentó cabecear un desacertado pase atrás hacia Peruzzi, el lateral del Lazio lo adivinó, se coló y volvió a batir a Toldo.
Poborský levantó los brazos en el aire, miró a los aficionados durante unos segundos en señal de desafío y, esta vez, tras los primeros y tímidos aplausos, también recibió algunos silbidos. El árbitro Paparesta pitó el final del primer tiempo. En la segunda parte, el Inter no vuelve al campo, Simeone y Simone Inzaghi fijan el resultado final en 4-2. La Juventus ganó el Scudetto, la Roma fue segunda y los nerazzurri terceros. El Lazio superó al Bolonia para asegurarse una plaza directa en la Copa de la UEFA y evitar así la Copa Intertoto.
Lo maravilloso fue la llamada telefónica de Nedved a Karel al final del partido para felicitarle, este último le dijo que ni siquiera había estado en casa, que tenía el coche cargado para escapar a la República Checa. Poborský se marchó y nunca volvió a la ciudad de Roma.
Paola Murrandi