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«La máquina» de River Plate, la historia

 

“Sale el sol, sale la luna, centro de Muñoz, gol de Labruna”, esta era la rima que cantaban los hinchas millonarios que presenciaban los partidos de “La Máquina”. Un conjunto que jugaba al fútbol bonito como un reloj, un equipo que lo tenía todo: obreros del balón, estrellas de talla mundial, y toda la hipérbole y exageración que la mezcla conllevaba.

La época del histórico quinteto de “La Máquina” formado por Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustause se extendió entre 1941 y 1946, donde River Plate ganó 10 títulos oficiales. Durante aquel periodo también fueron asiduos titulares en distintas etapas Aristóbulo Deambrossi, Carlos Peucelle, Alberto Gallo y Renato Cesarini, además de producirse en ese equipo los debuts de unos jóvenes Alfredo Di Stéfano y Amadeo Carrizo. Hay que remarcar que el quinteto de delanteros titulares solo coincidió en 18 partidos, y jamás pudo juntarse para disputar un clásico ante Boca Juniors.

 

Museo de River Plate, en el que hay un espacio dedicado exclusivamente a “La Máquina”.

River Plate se había convertido en una potencia económica en la década de 1930 después de un par de costosos fichajes, llegando a ser conocido como “Los Millonarios”. Hoy en día puede ser una práctica habitual, pero en aquella época River revolucionó el mercado del fútbol sudamericano, con el fichaje del carísimo delantero Bernabé Ferreyra, el cúal se retiró en 1939, dejando a su equipo necesitado de algo nuevo al entrar en la siguiente década. Hasta aquel momento River había prosperado con una superestrella, pero ahora era el momento de formar un verdadero equipo.

Un año antes de comprar a Ferreyra, River había fichado a Carlos Peucelle por otra gran cantidad de dinero. No tendría el impacto de Ferreyra en el terreno de juego (aunque notablemente pocos lo tendrían), pero después de retirarse asumió el cargo de director técnico. Peucelle sentaría todas las bases y trazaría el proyecto de lo que se convertiría en el mejor equipo que ha visto el fútbol argentino.

 

 

Peucelle contrató a Renato Cesarini para dirigir el equipo, un ex jugador de River que había recibido una gran influencia del mismo director técnico que Peucelle: Emerico Hirschel (Cesarini también disfrutó de un largo periodo como jugador de la Juventus, adquiriendo tal reputación de marcar goles en los últimos minutos que nació el concepto de la “Zona Cesarini”).

Tenían al director con la visión y al entrenador con el saber hacer, pero “La Máquina” necesitaba su engranaje, concretamente su demoledor quinteto delantero. Sí, con una formación imposible de 2-3-5 (algo impensable actualmente) para aplastar a sus rivales con su estilo ofensivo y calculado para no fallar ni lo más mínimo en defensa.
El fútbol argentino se había construido históricamente y en gran medida en torno a la idea de que el individuo jugara con libertad para disfrutar del juego, ridiculizando el juego mecánico del fútbol inglés. Sin embargo, en 1942, una victoria por 6-2 sobre Chacarita Juniors hizo que el periodista Borocotó de la revista argentina El Gráfico los apodara en la prensa por primera vez como “La Máquina”, aunque Carlos Peuccelle aseguró que el mote fue un invento de Doña Rosa, la mamá de Adolfo Pedernera. Curiosamente la fecha de nacimiento de “La Máquina” se considera que fue el 21 de septiembre de 1941, cuando el entrenador Renato Cesarini a instancias de Carlos Peucelle ubica por primera vez a Pedernera en el centro del ataque (anteriormente jugaba como carrilero izquierdo).

 

José Manuel Moreno y Ángel Labruna.

 

Por aquel entonces también fueron conocidos como “Los caballeros de la angustia” dado que muchas veces no definían el partido hasta poco antes de que se diera por terminado. Hay tres posiciones al respecto del origen del mote: una indica que “la angustia era de sus rivales”, otra dice que “la angustia se producía en la afición de River al ver que pasaba el tiempo y no liquidaban el pleito”, y la última versión indica que “la angustia estaba ocasionada en la dificultad para definir los partidos”.​ En una entrevista Juan Carlos Muñoz dijo que los llamaban “Los caballeros de la angustia” porque sentíamos que podíamos hacer el gol en cualquier momento, no nos preocupábamos por hacerlo rápido, entonces jugábamos, tocábamos, desbordábamos y volvíamos para atrás para jugar con la pelota. Entonces, la gente y los periodistas se impacientaban y nos pusieron “Los Caballeros de la angustia”, pero no por angustia en nuestro arco, sino porque hacíamos los goles en los finales del partido. Era medio a propósito”.

Por su estilo de juego, “La Máquina” es muchas veces considerada una digna “antecesor” de la famosa Naranja Mecánica como se apodaba a la Selección de Países Bajos que disputó el Mundial de Alemania 1974. No tuvieron una hegemonía incontestable durante varios años ni amasaron títulos como otros equipos de época. Sencillamente, no les hizo falta para dejar una marca indeleble en la memoria de los aficionados argentinos. Fue, como bien apuntó el propio Renato Cesarini, “el mejor equipo que se pudo construir, una verdadera obra maestra del fútbol de principios del siglo XX”.