Cuando Carlos Bianchi llegó a la AS Roma la temporada 1996-1997, Francesco Totti no era ni mucho menos un jugador de culto para la grada del Olímpico de Roma, y además el jugador tenía un pie y medio en la Sampdoria.
El entrenador argentino llegó a Italia con el cartel de haber conseguido dos Torneos Clausura, un Apertura, una Copa Libertadores, una Copa Interamericana y una Intercontinental con Vélez Sarsfield, además de ser nombrado Entrenador del año en Sudamérica en 1994. Un proyecto deportivo que se fue al traste tras 26 jornadas en las que consiguió 9 victorias, 9 empates y 8 derrotas.
Debutó perdiendo en la Coppa Italia ante el Cesena, y quedando fuera de la competición. Pero posteriormente encadenó 5 victorias, 1 empate y 1 derrota en Serie A. Pero el proyecto se empezó a desmoronar con la eliminación en la Copa UEFA contra el Karlsruher alemán. Durante aquel periodo, se sumó un grave problema en el vestuario, la relación entre el entrenador argentino y un joven de 20 años llamado Francesco Totti no iba bien. «Él quería que me cedieran a la Sampdoria y, si me hubiera ido, no habría vuelto a este club, que es mi casa y mi vida. Ese señor no me permitía vivir el sueño que yo quería», explicó en 2016 Francesco Totti, quien jugó 22 de los 31 partidos en los cuales estuvo «El Virrey».
Totti y AS Roma, no siempre hubo amor
La verdad era que Francesco Totti y la Roma no se llevaban demasiado bien por aquel entonces, los destinos del club giallorossi y del jugador parecían estar alejados. Carlos Bianchi no veía a Totti en el proyecto técnico que se estaba elaborando y había pedido su venta para comprar «al mejor jugador del mundo, Jari Litmanen», como reconoció el propio técnico giallorossi.
Sin embargo, la oportunidad de cambiar de opinión y de destino llegó el 9 de febrero de 1997. Casi por casualidad, porque Francesco Totti ni siquiera debía participar en el Città di Roma, un triangular amistoso con el Borussia M’Gladbach y el Ajax. Pero el hecho de que la selección sub-21 de Rossano Giampaglia no viajara a Inglaterra, hizo que el joven romano estuviera disponible para el torneo. Totti era uno de los reservas seleccionados por Carlos Bianchi, aunque no lo reconocía como un talento para el primer equipo.
Los rumores del inminente fichaje de Totti por la Sampdoria lo habían convertido en objetivo de la ira del público. El traspaso no fue un clásico rumor de mercado, sino algo muy concreto, como el propio Totti contaría años después: «Iba a la Sampdoria: era un buen equipo, con Mancini y Montella. Todo parecía estar resuelto. Uno de los pocos que estuvo cerca de mí fue Mazzone, que quería que demostrara que era un verdadero jugador y me dijo que tenía que hacerlo en la Roma. Cuándo Totti saltó al terreno de juego ante el Ajax, el Olímpico de Roma le abucheó nada más entrar en el campo. Llevaba el anónimo número 17 sobre los hombros, pero sobre el terreno de juego, primero contra los alemanes y luego contra el Ajax de Litmanen, decidió tomar su destino en sus manos y dar un giro a su futuro. Sin embargo, nadie cree en el talento de Totti.
Dos goles que cambiaron el destino de Totti en Roma
La AS Roma ganó el torneo ante todo pronóstico ante un Olimpico que no daba crédito. En el primer partido, los giallorossi se impusieron al Borussia M’Gladbach por 3-0 con goles de Tommasi, Delvecchio y Totti, que marcó con un disparo desde fuera del área. En el segundo, Roma – Ajax, el equipo local se impuso por 2-1, de nuevo por medio de Totti, y con otro de Candela. El gol del «Pupone» con «cuchara» conquistó la reconciliación con la grada. Dos goles decisivos para dar una bofetada al destino: «Si me quedé en la Roma, la única razón fueron esos dos goles marcados en el Torneo Città di Roma», aseguraría posteriormente.
Al final de aquel torneo, con las jugadas de Totti todavía en los ojos, el presidente de la Roma, Franco Sensi, cerró cualquier alternativa: «¿Totti? Absolutamente mejor que Litmanen. Necesitamos a alguien como él, el chico no se moverá de aquí, no dejará la AS Roma. Totti es la Roma. Vi que se había convertido en objeto de atención de los especuladores. Le dije que a partir de ahora sería su agente». Bianchi, en cambio, dejó la AS Roma unos meses después, en abril. Tras dar un ultimátum al club, tal y como cuenta el propio «Pupone» en el documental ‘Me llamo Francesco Totti’: «Bianchi le dijo al presidente que era yo o él. Y el presidente me eligió a mí. El resto es historia conocida».
En el libro «Un Capitano«, Totti lo explica más detalladamente, «Bianchi es un argentino que, tras una larga carrera de jugador en su patria y en Francia, ha ganado todo lo que se puede ganar como entrenador de Vélez. Llega para sustituir a un entrenador romano considerado demasiado indulgente con los jugadores, y desde el primer momento queda muy claro que alberga muchos prejuicios contra los romanos del equipo. Creo que pidió una serie de jugadores ‘suyos’, elegidos por él, y que el club se los prometió a medio plazo, porque antes quería comprobar que las facultades de Bianchi marcaran la diferencia también en Europa. A los jugadores no le gustaban algunas costumbres que Bianchi trae a Trigoria, como por ejemplo los partidos entre romanos contra el resto del mundo, en los que aflora su antipatía hacia nosotros. Apoya abiertamente a los demás y se divierte cuando nos derrotan. No tardo mucho en caer en la cuenta de que la tiene especialmente tomada conmigo porque me considera un holgazán. No hay manera de hacerlo cambiar de idea, ni siquiera trabajando el triple».
Desde aquel entonces Carlos Bianchi y Francesco Totti han coincidido en algunos compromisos, y el romano siempre le ha negado el saludo, tal y como asegura el propio mister argentino.