Hay cosas que el dinero nunca pudo ni podrá comprar, y una de ellas fue el respeto eterno de Riquelme por la afición de Boca Juniors. Corría el año 2001 cuando el centrocampista xeneize estuvo envuelto en una polémica en la que en ningún momento participó, todo surgió a raíz de una promesa electoral de Hugo Santilli, uno de los tres candidatos a la presidencia de River Plate por aquel entonces.
Santilli prometió que, si salía elegido en las elecciones del diciembre de aquel año, intentaría fichar a Juan Roman Riquelme, la gran estrella del acérrimo enemigo de los millonarios. Pero las promesas de aquel candidato no se quedan allí, ya que también manifestó su deseo de que Carlos Bianchi, que dejaría el banquillo de Boca el 31 de diciembre del 2001, fuera el próximo técnico de River. Ante todos aquellos rumores, el presidente de Boca, Mauricio Macri no tardó en salir a la palestra y descartar un posible futuro millonario del 10 de Boca: «no va a poder ser, porque Riquelme no solamente es jugador de Boca, sino hincha de Boca», afirmó Macri.