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Fernando Hierro, leyenda del Real Madrid

 

Fernando Hierro fue leyenda y capitán del Real Madrid, además de ser posiblemente el mejor central español de los años 90. Desarrolló la mayor parte de su carrera futbolística con el conjunto blanco entre 1989 y 2003, con el que llegó a disputar 601 partidos y marcó 127 goles, situándose como el séptimo jugador con más encuentros disputados de la historia del club merengue.

Un talento que por su polivalencia y eficiencia, empezó jugando en el Santiago Bernabéu como interior y mediocentro. Poseía un gran disparo y remate de cabeza, cualidades que le permitieron ser un defensa goleador, infranqueable por arriba, con un gran sentido de la anticipación y colocación, además de ser considerado uno de los defensas más duros de la liga (memorables sus duelos con Hristo Stoichkov). 3 Copas de Europa, 2 Copas Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa, 5 Ligas, 1 Copas del Rey, 4 Supercopas de España y 1 Copa Iberoamericana, fueron su palmarés final.

 

 

Formado en la cantera del Vélez Club de Fútbol, en 1986 fue fichado por el Real Valladolid Club de Fútbol, club con el que disputó la final de la Copa del Rey de 1989 contra su futuro club. A pesar de que los vallisoletanos llegaron a un acuerdo para su traspaso al Atlético de Madrid, después de su presentación en el Vicente Calderón, el propio jugador manifestó personalmente al presidente Jesús Gil y Gil su preferencia por jugar en el club madridista, por el que acabó firmando por unos doscientos millones de pesetas (1,2 millones de euros). «Yo estaba en el Valladolid, tenía 21 años y era muy inexperto. A mí me dijeron que mi traspaso por el Atlético de Madrid lo habían cerrado mi presidente Miguel Ángel Pérez Herranz y Jesús Gil, pero se cruzó el Madrid y era la ilusión de mi vida. Yo aposté fuerte, fui valiente y dije que si no jugaba en el Madrid, me quedaba en el Valladolid, donde tenía dos años más de contrato. Jesús Gil fue muy comprensivo, siempre se lo agradecí y cumplí mi sueño durante 14 años».

En su primera temporada en el club blanco, tras el pago de una indemnización al Atlético de Madrid, ya fue titular indiscutible con el técnico galés John Benjamin Toshack como mediocentro, en un equipo que ganaría la liga con un record de 107 goles a favor, a los que él contribuyó con 7.

 

 

La llegada del serbio Radomir Antić la temporada siguiente fue muy beneficiosa para el desarrollo del malagueño ya que le ofreció más libertad para poder llegar al área contraria. La temporada 1991-1992 fue el máximo goleador del equipo con 21 goles, logrando su primer hat-trick y su primer póker de goles contra el mismo rival, el RCD Espanyol. En Sarrià marcó tres goles en la victoria por 1-5 y en el Bernabéu marcó 4 goles en el 7-0. La llegada de Benito Floro, frenó sus registros goleadores acabando con 13 goles solo por detrás de Iván Zamorano, que sufrió una de las mayores sequías goleadoras que se recuerdan en un delantero de LaLiga.

En la 94-95, el técnico argentino Jorge Valdano le situó definitivamente como central tras la llegada a Chamartín de Fernando Redondo. Fue todo un acierto ya que formó una gran pareja con Manolo Sanchís. El resultado fue la reconquista de la Liga, que se había resistido unos años, marcando así la transición entre la Quinta del Buitre y el Madrid de la Séptima.

 

 

De hecho, Hierro se mantuvo como referente del vestuario con la llegada de Capello para conseguir su tercera liga. Sus cifras goleadoras se fijaron en unos 6-7 goles por temporada. La temporada siguiente, bajo las órdenes de Jupp Heynckes se alzó en Ámsterdam con la tan querida séptima Copa de Europa para el Real Madrid. «Esa victoria es la más importante en la historia reciente del Madrid. La Séptima marca un antes y un después en la historia del club. Su significado fue mayúsculo. Ganar fue un descanso para una generación que vivió obsesionada con la Copa de Europa porque hacía 32 años que no se ganaba. Nosotros heredamos la obsesión de los anteriores. Desde que llegué al club todo el mundo me hablaba de la Copa de Europa. Fue como un descanso también para el madridismo que llevaba tantos años esperando. Fue una felicidad eterna».

Los títulos se sucedieron: Copa Intercontinental, ligas, Supercopas de España y Europa. Pero sin duda los más especiales fueron la octava (en la que no fue titular) y la novena, ambas bajo la sabia dirección del vestuario de Vicente del Bosque. El 24 de marzo de 2001 superó la cifra de cien goles con la camiseta del Real Madrid y la cifra de 400 partidos en Primera División. Tras la retirada de Sanchís en 2001, Hierro se convierte en el capitán del equipo. Esa misma temporada el Real Madrid, que comenzaba la “era galáctica” con el fichaje de Luis Figo, ganaba la Liga. En sus últimos dos años como capitán blanco dio la bienvenida a Zidane y Ronaldo Nazario que completarían al «Real Madrid de los Galácticos».

 

 

Su último partido europeo fue en Turín el 14 de mayo de 2003. «Como para olvidarlo. Pasó de todo. Era una Juve extraordinaria. Fallamos un penalti, Figo. Se lo adivinó Buffon. Ronaldo estaba lesionado y entró en la segunda parte y nada más entrar le hicieron el penalti. Tuvimos nuestras opciones al final. En casa habíamos ganado 2-1 y se pusieron 3-0. Zidane marcó al final. Me hubiera gustado despedirme de Europa con victoria, peor así son las cosas. Yo camino de los vestuarios sabía que era mi último partido. Ya sabía que no iba a seguir en el Madrid la temporada siguiente, pero también sabía que quedaba mes y medio de competición y después ganamos la Liga».

Así pues Fernando Hierro dejó el Real Madrid al final de la temporada 2002-2003 conquistando la Supercopa de Europa, la Copa Intercontinental y su quinta liga. Su salida, no sin polémica, coincidió con la de Vicente del Bosque ya que Florentino Pérez quería dar un nuevo rumbo a la plantilla madridista. Tras el adiós del técnico, Hierro aceptó una oferta para jugar en el Al-Rayyan de Qatar.