El verano de 1997 Miroslav Djukic de 31 años y el Valencia CF abrieron su propia libro de historia, dejando en el pasado el fatídico encuentro disputado entre el Deportivo de la Coruña y el Valencia un 14 de mayo de 1994. Aquella noche el título de Liga para el Superdepor parecía un puro trámite cuando el árbitro pitó un penalti favorable para los gallegos, Djukic tuvo el valor de chutarlo y la mala suerte de fallarlo condenando a su equipo a la segunda posición dejando al FC Barcelona como campeón.
Habiendo cerrado el capítulo de su estancia en A Coruña que duró hasta 7 años, Djukic tuvo tiempo de demostrar como ché las mismas virtudes que lo ubicaron como una de las leyendas de la competición liguera. Una vez más, su fútbol pudo desarrollarse en un largo periodo (6 años) en el que también en Mestalla llegó a ser uno de los jugadores más queridos. Como valencianista, readaptado al puesto de central, el fútbol le brindó en 2003 el título de Liga que le debía, entre otras cosas.
Con Héctor Cúper en el banquillo vivió una transformación futbolística e inició una segunda juventud, al pasar de libre a central. Su talento le permitió mantenerse en el once inicial de un equipo que llegó a dos finales de la Champions League y consiguió el primer título de Liga de la era Benítez, que sustituyó a Cúper. Disputó un total de 213 partidos en las seis excepcionales temporadas que jugó con el Valencia, aunque en su última campaña disputó tan solo 10 partidos con la camiseta che. El verano de 2003, viendo que el técnico no contaba con él, decidió poner punto final a su admirable carrera en el Tenerife, donde colgó las botas en 2004.
Ramón Suárez