3 de octubre de 1989, el Diario Sport publica en su edición número 3.562 una recopilación de mofas e intentos de aleccionamiento por parte de siete entrenadores que intentaron desestabilizar a Johan Cruyff al inicio de su segunda temporada en el banquillo del Camp Nou. El nombre de los colegas de profesión que se saltaron por completo el código ético de respeto fueron Helenio Herrera, Domingo Balmanyà, Miguel Muñoz, Javier Clemente, Lluís Pujol, Paco Fortes, y en mucha menor medida Radomir Antić.
Helenio Herrera (retirado de los banquillos por aquel entonces)
«El gran problema de Cruyff es que aún no sabe cuál es su mejor equipo, y por eso, hace constantes cambios que, desconciertan a los jugadores y, la verdad, es una lástima porque tiene una excelente y numerosa plantilla, con calidad más que probada. A Cruyff le falta experiencia, le ocurre como a Platini que tampoco tiene diploma de entrenador y así les va a los dos. Francia ya está eliminada del Mundial de Italia y el Barça va de mal en peor. La suerte de Cruyff es que, el otro día en Varsovia, Laudrup le salvó la cabeza con el gol que le marcó al Legia pero ahora viene el Madrid y el sábado puede pasar de todo. ¿Cesarle?. Prefiero no opinar. Llega un momento en que no sé si sería bueno o malo».
Domènec Balmanya (retirado de los banquillos por aquel entonces)
«Ni sabe organizar al equipo ni a los jugadores están su sitio. Koeman, por ejemplo, vale 1.400 millones y hace lo justo para él solo. Milla, en cambio, está sacrificado cuando lo que él hace siempre es útil para el equipo. Cruyff puede repartir la culpa con la directiva, son tan culpables como él. Dicen en Holanda que están muy bien sin él y sin Koeman. Creo que se equivoca en ese sistema que aplica. Es apropiado para unos jugadores que él no tiene y que, además, físicamente no están finos.
Lluís Pujol (entrenador del CE Sabadell por aquel entonces)
«Su sistema de juego no me convence. No lo utilizaré nunca. A mí me obligó a practicarlo en el Barcelona At. y nos pusimos con menos ocho. Es demasiado arriesgado, da facilidades al rival porque deja muchos agujeros. Su gran suerte es que tiene una gran plantilla, un equipo para estar en lo más alto de la tabla. Debería ser líder, pero Johan no tiene en cuenta que al fútbol se juega de adelante para atrás y no, al revés, como él pretende».
Paco Fortes (entrenador del SC Farense por aquel entonces)
«Johan Cruyff morirá defendiendo su sistema de juego: pero no es bueno. Hay que jugar con cuatro defensas, no con tres y ahora ya todo el mundo sabe cómo ganar al Barcelona. Es mejor el sistema de Toshack. Es el que uso en mi equipo… y luego hay otra cosa, Cruyff tiene mucha personalidad, pero el carácter es malo para el equipo».
Miguel Muñoz (retirado de los banquillos por aquel entonces)
«Su esquema de juego no es esquema de juego ni es nada. Yo no sé si este hombre sabe mucho o poco de fútbol o si, simplemente, nos toma el pelo. Tiene la suerte, eso sí, de contar con una plantilla excelente, para ser campeón, sin embargo, él quiere inventar cosas y en el fútbol él quiere inventar cosas y en el fútbol está casi todo inventado. Lo único que ha aportado ha sido situar a Alexanco de delantero centro».
Javier Clemente (entrenador del Atlético de Madrid por aquel entonces)
«Su sistema táctico es nefasto y no es apto para el fútbol español y lo peor de todo es el mal trato que da a los jugadores con declaraciones feas en su contra. Cruyff, además, nunca sabe reconocer un error, siempre es culpa de los futbolistas y debería defenderles porque es lo mejor que él tiene: La plantilla que puede hacerle campeón y el enorme poderío económico de su club».
Radomir Antić (entrenador del Real Zaragoza por aquel entonces)
«Pienso que es un hombre con una gran capacidad para improvisar soluciones a lo largo del partido. Tiene una gran plantilla y si trabaja con tranquilidad saldrán adelante. El problema es que Johan parece tener una excesiva inquietud por ganar, y la necesidad de victoria les hace jugar muy nerviosos. Esas tres derrotas en tres salidas pesan como una losa y solo podrá soportar esa presión trabajando con serenidad al frente de ese fenomenal equipo del que dispone».
