Attilio Lombardo ha pasado a la historia del fútbol por su potencia, oportunismo y verticalidad, pero también por un look muy característico. Sí, hablar de este exinternacional italiano es hacerlo de un jugador quien, excepto en sus primeros años en la Cremonese donde aún tenía pelo, lucía una calva nada habitual para un jugador de su edad.
Imagen al margen, Lombardo rompía a las defensas entrando desde banda derecha, convirtiéndose en uno de los extremos más peligrosos de finales de los 80 y principios de los 90 en el fútbol europeo. 76 goles (60 en la Sampdoria de Génova) en partidos oficiales, entre clubes (73) y la selección italiana (3), con la que jugaría un total de 18 encuentros.
Campeón de Europa con la Juventus en 1996 frente al todopoderoso Ajax, vio cómo se le escapaba el título en dos ocasiones, la primera con la Sampdoria en 1992, en la final de Wembley contra el FC Barcelona de Johan Cruyff, y la segunda en 1997, cuando la Juventus caía contra el Borussia Dortmund. En su haber conseguiría alzar dos títulos europeos más, en concreto dos Recopas de Europa: en 1990 con el equipo genovés frente al Anderlecht belga y en 1999 con la Lazio frente al RCD Mallorca de Héctor Cúper.
Una exitosa trayectoria de Lombardo en la Serie A italiana, militando en la gran Sampdoria de finales de los 80 y principios de los 90 de Bujadin Boskov, donde ganaría el único título de liga de la historia de los genoveses; en la Juventus campeona de Europa, y en la Lazio de finales de siglo XX. Con los tres conjuntos consiguió alzar títulos europeos y la Serie A.
En la Sampdoria de los Mancini, Vialli, Chiesa, tuvo un papel muy protagonista y sigue estando en la lista de máximos goleadores, en concreto en octavo lugar. Pero en su paso por la Juventus, donde sufrió una importante lesión, y en la Lazio, se convirtió más en un jugador de refresco o de restar minutos a grandes futbolistas como Di Livio o Conte en la Vecchia Signora y a los Nedved, Sergio Conceiçao o Stankovic en el conjunto lacial.
Entremedias de su periplo entre Turín y Roma, probó suerte en la Premier League, concretamente en el Crystal Palace, buscando quizá el protagonismo perdido. Y lo hizo, siendo un fijo en la banda derecha, anotando 10 goles en las dos temporadas que estuvo ligado a los glaziers. Como anécdota, en 1998 Lombardo ocupó durante seis partidos el cargo de jugador-entrenador, asistido por el delantero sueco Thomas Brolin. Todo un ídolo para la afición del conjunto londinense, que le incluyó en el once de su centenario pese a estar solamente dos temporadas con ellos.
Para su retirada como jugador de fútbol profesional en 2002, tras 19 años como profesional, escogió el club de sus amores, la Sampdoria, entidad en el que sería más determinante de todas las que militó. Lombardo decidió continuar ligado al mundo del fútbol desde los banquillos, tanto como entrenador en varios clubes italianos, como asistente en el Manchester City, el Schalke 04, el Galatasaray, y en la selección italiana.
Pedro Miserachs