En 2003, el delantero brasileño Romário fue condenado a pagar una multa de 800.000 € tras hacer pintar, como venganza por no ir al Mundial de Francia de 1998, caricaturas de Zico y Mário Jorge Lobo Zagallo en las puertas de los retretes de su local, Café do Gol. La condena fue impuesta al jugador por el Tribunal de Justiça do Estado do Rio de Janeiro.
Tras aquella provocación marca de la casa de «O baixinho», se tuvo que esperar hasta 6 años para que Zico y él pusieran fin a su pelea, y cruce de ataques. Pero la leyenda del Flamengo no fue el único personaje al que Romário disparó con bala en sus declaraciones, «Zagallo me quitó una Olimpiada y un Mundial. El hijo de puta no me llevó. Estaba muy cabreado. Vanderlei me quitó una Olimpiada y Felipão me quitó un Mundial. No hay resentimiento. Que se vayan a la mierda».
El motivo del gran enfado de «O baixinho»
Romário lloró. Brasil lloró. El Mundial de 1998 se quedó sin una de sus grandes estrellas. Fue un durísimo golpe. Después de unas semanas de informaciones contradictorias y el mismo día en que concluía el plazo para hacer definitivas las listas de 22 jugadores de cada uno de los 32 países participantes en el Mundial, la comisión técnica del combinado brasileño decidió relevar a Romário. El diagnóstico médico fue decisivo: el delantero no tendría tiempo de recuperarse de la lesión de su pantorrilla derecha. Emerson, centrocampista del Bayer Leverkusen, fue su sustituto.
Romário compareció en una improvisada y multitudinaria rueda de prensa en Lesigny, lugar de concentración de la selección brasileña, para balbucear entre sollozos: «Mi historia con la selección brasileña no acaba aquí. Sé que volveré a jugar en ella». La emoción presidió la comparecencia de Romário ante los periodistas que lo despidieron con aplausos. «Sé que hay mucha gente triste por esta situación, pero también sé quién se ha alegrado al conocer que yo no voy a estar en el Mundial. Esto quizás me sirva para aprender a valorar otras cosas», afirmó Romário en referencia al coordinador técnico de la selección, Zico, una de las personas que aconsejaron a Zagallo que excluyese al delantero por la falta de garantías respecto a su estado físico y aplicase el mismo principio disciplinario por el que hacía algunos días antes también se descartó a Márcio dos Santos y a Flavio Conceiçao y, antes, a Juninho Paulista. Unas horas después, Romário amplió en declaraciones al canal televisivo brasileño Rede Globo el alcance de sus advertencias: «La comisión técnica consideró que yo no ayudaría y tomaron la decisión. Espero que no se hayan equivocado».
Romário no había jugado desde el 7 de mayo de 1998, cuando se acentuaron sus molestias en el gemelo y en el aductor de la pierna derecha que le impidieron finalmente jugar aquel Mundial. Ello a pesar de que el doctor jefe de la delegación brasileña, Lidio Toledo, había manifestado el 28 de mayo que para él no existía duda de que Romário iba a poder disputar el Mundial.
La elección del centrocampista del Bayer Leverkusen desató una nueva polémica en Brasil donde se criticó que no se optara por otros delanteros como Donizete (Vasco de Gama), Elber (Bayern Múnich), Müller (Santos), Dodo (Sâo Paulo) o incluso Anderson (FC Barcelona).
La reconciliación final
En 2009, al aceptar la invitación para el Partido de las Estrellas, el ‘artillero de los mil goles’ puso fin a la pelea. No hay que olvidar que desde 1999, «O baixinho» rechazó todas las invitaciones de Zico para disputar este encuentro. A lo largo de aquel periodo, ambos intercambiaron en algún momento ‘caricias’. «Zico perdió tres Copas del Mundo como jugador y una como entrenador. Es un perdedor nato» afirmaba el delantero. «Romário piensa que él es ‘el hombre’, ¿qué puedes esperar de alguien que se cree Dios?», respondía Zico.
Precisamente al ego del polémico delantero aludió Mario Zagallo para justificar su decisión de dejar del Mundial de Francia a Romário. «Él quería ser tratado de forma diferente a los demás, y eso es inaceptable», dijo el entonces seleccionador brasileño.
«Será una gran oportunidad para que la hinchada sea testigo de un encuentro de dos genios», afirmaba Junior Coimbra, el hijo de Zico, al anunciar que Romário aceptó la invitación de su padre para actuar en el ‘Partido de las Estrellas’, que se realiza todos los años en el Maracaná.
Para la edición de aquel 2009, también participaron el ‘Emperador’ Adriano, del Flamengo, además de Bebeto, quien conformó con Romário el ‘Dúo Diabólico’ de Brasil en la conquista del tetra campeonato en el Mundial de Estados Unidos 1994.
Zico, en tres oportunidades, y Romário, en dos, convirtieron los goles del Flamengo, en el que se alinearon figuras legendarias del pasado como Júnior, Renato Gaúcho, Zinho, Jorginho, Tita, Nunes y Andrade, el técnico que llevó este año al equipo a su sexto título, tras 17 años de ayuno. El artillero Adriano, flamante goleador del la liga brasileña aquel año y artífice del título del Flamengo, también formó parte del equipo titular.
Moraes, Felipe Adao, Alcindo, Djalminha y Falcao, considerado como el mejor jugador del mundo en la modalidad de fútsal, anotaron los goles del equipo denominado ‘Amigos de Zico’ y en el que aparecieron, entre otros, Edmundo, Vágner Love, Amoroso, Edú Coimbra -hermano de Zico- y Thiago Coimbra, hijo del ex astro.