Cuando recordamos las grandes delanteras de la selección de Brasil en los primeros Mundiales que ganó, entre 1958 y 1962, siempre recordamos a Pelé, Vavá, Zagallo o Coutinho. Los cuatro maravillaron al mundo, sobre todo en su país que se convirtieron en héroes nacionales. Una delantera estratosférica procedente del mejor Santos FC de la historia. Aunque, uno de los delanteros titulares era otro: José Macía, más conocido como «Pepe». Sus padres José y Clotilde emigrantes gallegos de Ourense, llegaron a Brasil de jóvenes, dónde se conocieron y se casaron para crear un colmado y tirar hacia adelante la familia. Los primogénitos no tenían mucha confianza en que su hijo se dedicara al fútbol, pero con el tiempo no les quedó otro remedio que aceptarlo y ver crecer a su hijo.
Jugaba como extremo izquierdo enganchado a la banda, siempre como fiel escudero del astro brasileño. Otro fuera de serie, como los antes mencionados. Jugaban de memoria, eran un rodillo jugando todos juntos. Les llamaban el “equipo maravilla” con casi los mismos efectivos tanto en la selección como en su club: Pelé, Coutinho o Zito. Lo ganaron todo: 11 campeonatos paulistas, 6 campeonatos brasileños (cinco de ellos consecutivos), 2 copas Libertadores y 2 intercontinentales con goles en cada una de las finales. Al poco de debutar, en 1955,el joven Pepe ya decidía partidos. Suyo fue el gol que le dio al Santos el segundo campeonato Paulista de su historia. Un título que el equipo no conseguía ganar desde hacía 20 años. La trascendencia de aquel título fue tanta que Pepe salió aclamado del estadio.
El Santos fue el primer conjunto brasileño que se proclamó campeón de América por dos veces consecutivas. Y tras no volver a conseguirlo, la dirección del club hizo un cambio en la hoja de ruta del equipo de cara a los próximos años. Se apostó por una decisión en la que se quería trasladar la imagen e historia de aquel gran equipo haciendo giras por Europa, para que todo el mundo los viera jugar. De este modo, rechazaron jugar la Libertadores para expandir su leyenda por donde jugaran.
En 1959 la expedición viajó hasta España para jugar en Riazor el XIV trofeo Teresa Herrera contra el Botafogo, otro equipo brasileño. Fue un partido repleto de estrellas. Hacía un año que Brasil se había proclamado campeona del mundo y en el campo militaban hasta siete jugadores de la selección: El propio «Pepe», Pelé, y Zito por parte del Santos y «Garrincha», Didí, Zagallo y Nilton Santos del Botafogo. Aquel partido acabó con victoria del Santos por 4-1, con dos goles de nuestro protagonista. También llegaron a jugar en el Camp Nou frente al F.C. Barcelona. Un equipo que le quiso en numerosas ocasiones entre sus filas, pero Pepe nunca renunció a sus colores. Aquel partido acabó con victoria culé por cuatro goles a tres. Era el Barça de Luis Suárez, un jugador con una técnica similar a la de Pepe, ambos gallegos, y también con cierto parecido físico.
«Pepe» cosechó numerosos éxitos en su trayectoria como jugador. Militó toda su carrera deportiva en el Santos FC, el club de su vida. El equipo que le vio crecer y el que le dio la oportunidad de competir al máximo nivel durante 13 temporadas de 1954 a 1969. Todavía se le recuerda por su gran golpeo de balón en los libres directos y su calidad técnica en el uno contra uno, con el que se ganó el apodo de “O canhao da Vila”. Vila Belmiro era el barrio donde se ubicaba el estadio del Santos. El apodo se lo dio Ernani Franco un histórico comentarista, hincha del club «peixe» -como se les conoce a los seguidores del club brasileño-. En ocasiones se le comparaba con Roberto Carlos por su potente disparo.
«Pepe» llegó a afirmar ser “el mejor delantero humano en la historia del Santos, porque Pelé es de Saturno”. Su carrera es excepcional. Sus goles lo ratifican: 405 goles en 750 encuentros, siendo el segundo máximo goleador del Santos FC por detrás de Pelé. Entre ambos llegaron a marcar la suma total de 1.496 goles para su equipo. Aparte del astro brasileño, solamente hay dos jugadores en la historia del fútbol brasileño que hayan marcado más goles que «Pepe»: Roberto Dinamita -su apellido le hace honor a su logro- con 620 tantos en el Vasco da Gama y Zico en el Flamengo con otros 500. Si miramos las estadísticas por títulos en el Santos, Pepe es el mayor coronado con 27 trofeos, uno por delante de Pelé.
Aun así, el jugador no tuvo mucha fortuna con las lesiones coincidiendo con una de las mejores etapas de su selección. Llegó a vestir la «canarinha» en un total de 41 ocasiones anotando 22 goles.
A día de hoy, el entonces atacante brasileño es el único jugador en la historia en ganar dos Mundiales sin jugar un solo minuto. Aunque tuvo la mala fortuna de lesionarse en las dos grandes citas mundialistas fue convocado en ambas, con previsión a que se recuperara. Tanto en la Copa Mundial de 1958 celebrada en Suecia y en la de Chile 1962. En el primero con 23 años se lesionó justo semanas previas a que arrancara la competición, motivo por el que no pudo jugar en todo el campeonato. En la siguiente edición, coincide con uno de los mejores momentos de su carrera. Partía como titular indiscutible en la selección y hacía una dupla perfecta con su gran amigo Pelé. Pero como si la historia la tuviera con él, a días de empezar los partidos clasificatorios para la fase final, cayó de nuevo lesionado sin poder jugar ni un minuto.
Posiblemente sea uno de los pocos jugadores en ganar dos Mundiales en su carrera, pero su caso, es auténticamente excepcional, tras no haber jugado en ninguno de los dos. Es una de las grandes desgracias de este extraordinario jugador.
Tras retirarse en 1969 siguió ligado al fútbol pasando a los banquillos como entrenador. Dirigió a su ex equipo el Santos con el que conquistó un campeonato Paulista, después pasó por otros equipos brasileños como el Inter de Limao o el São Paulo con los que consiguió un campeonato Paulista y un Brasileirao, respectivamente. También probó suerte lejos de casa con el Guaraní de Paraguay o el Boavista en Portugal o incluso se atrevió con aventuras exóticas como el Al-Ahli de Qatar, donde dirigió a Guardiola como jugador en 2003, para después mudarse a Japón donde conquistó la liga con el Verdy Kawasaki -Tokyo Verdy en la actualidad-. Incluso se atrevió con los combinados nacionales dirigiendo a Perú en el Mundial de Italia de 1990.
«Pepe» ha sido tratado como una estrella en el Santos y en todo Brasil. Sus actuaciones eran estelares, daba gusto verle jugar y disfrutar de él cada vez que salía al campo. Un jugador que marcó época.
Álvaro Ramírez