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«Evasión o victoria», Stallone y Pelé contra los nazis

 

“Victory (Evasión o Victoria, Escape a la victoria o A nous la victoire)” de 1981, es un film inspirado en un partido real conocido como “El Partido de la Muerte”, una revancha que enfrentó en un campo de fútbol a un combinado nazi contra otro formado por ucranianos, el 9 de agosto de 1942.

Fue la cuarta película que se inspiró en esa horrible contienda, aunque los hechos mostrados distan bastante de la realidad. La película contó con actores del calibre de Michael Caine, Sylvester Stallone y Max von Sidow, además de distintos astros del balón, como Pelé, Ardiles y Bobby Moore. Actualmente está considerada como la mayor película de culto dedicada al deporte rey, y ha sido remasterizada en diversas ocasiones.

 

Los historia real en la que se basa «Evasión o victoria»

Nikolai Trusevich era uno de los ucranianos crujido a penurias, como el resto de sus compatriotas, en agosto de 1942. Los nazis ocupaban su país, en aquel momento dentro de la URSS, en su expansión europea. Trusevich se encontraba en la más absoluta indigencia cuando fue «descubierto» por Josef Kordik, panadero e hincha del Dynamo de Kiev. Este había reconocido enseguida a uno de sus ídolos del Dynamo, al portero Trusevich, que, como el resto de jugadores se habían quedado en la calle al suprimir los alemanes el campeonato nacional de su país.

 

 

El panadero contrató a Trusevich para su negocio, pero detrás de aquello había otro objetivo: fundar un club de fútbol. Ambos estaban de acuerdo, por lo que solo faltaba encontrar jugadores. De ello se encargó el guardameta. Y lo hizo a conciencia. Así nació el FC Start, que jugaría contra los conjuntos que los alemanes habían formado en sus diferentes ejércitos.

Que los nazis contaran con los ucranianos para enfrentarse, era una política publicitaria sobre las dotes superiores de la raza aria y una forma de herir el orgullo del país invadido, ya que, al estar enfermos y mal alimentados los del Start eran carne de cañón para perder sus encuentros por goleada ante las mejor alimentadas escuadras alemanas. A los ucranianos les servía para obtener algún dinero, en tan desequilibrados partidos de fútbol. La liga la componían cinco equipos alemanes y el Start, formado por jugadores soviéticos. Pero los resultados empezaron a cambiar.

 

 

El 7 de junio de 1942, el Start vapuleó por 7-2 al Rukh; días más tarde, derrotó por 6-2 a otro conjunto integrado por soldados alemanes y húngaros; después llegaría el 11-1 frente a un conjunto de soldados rumanos que apoyaban a los nazis. A los alemanes se les helaron las sonrisas displicentes del inicio, así que decidieron enfrentar al Start con el MSG de la ocupada Hungría. Era la mejor formación de cuantas había en las naciones ocupadas, pero los panaderos volvieron a ganar por 5-1.

A pesar de las draconianas restricciones informativas de los alemanes, los éxitos del Start corrían como la pólvora y elevaban la moral del pueblo y de los países limítrofes. Aquello se convirtió en una cuestión de Estado para las fuerzas invasoras, que ficharon a varios militares de la Luffwafe, algunos de ellos jugadores profesionales, con los que hicieron el Flakelf. En su primer partido, perdieron 5-1 con el Start, y solicitaron la revancha. Eran los prolegómenos del “Partido de la muerte”.

 

 

El encuentro se fijó para el 9 de agosto de 1942 en el estadio Zenit. Un oficial de las SS fue nombrado árbitro y aconsejó a los componentes del FC Start que perdieran el partido. La respuesta de los ucranianos fue rotunda: se negaron a realizar el saludo nazi durante la presentación de los equipos.

 

 

Con el pitido inicial, el combinado alemán integrado por pilotos y soldados de la defensa antiaérea de la Wehrmacht, de nombre Flakelf, jugó con una violencia extrema contra los soviéticos para la que contaron con la complacencia del colegiado. Al descanso, Kuzmenko y Goncharenko daban ventaja por 2-1 a los panaderos. El gol nazi había llegado después de que a Trusevich le hubieran dado una patada en la cabeza y se encontrara tendido en el césped.

El momento más tenso llegó en la segunda mitad. Con 5-3 en el marcador, Klimenko cogió el balón en la defensa y sorteó a cuantos nazis le salían al paso, incluido el portero. En la misma línea de gol, se paró, cambió la orientación y chutó al centro del campo mientras se reía de los alemanes.

 

 

Mucho se ha escrito sobre ese acontecimiento con informaciones totalmente contradictorias y delirantes, pero la realidad relatada por historiadores y familiares de los protagonistas es bastante distinta. Después del partido los jugadores volvieron tranquilamente a casa y celebraron la victoria sin ningún tipo de problema, incluso se disputó otro partido.

Las detenciones llegaron posteriormente, con crueles interrogatorios y posteriores deportaciones a campos de concentración, donde murieron varios de ellos. Mykola Korotkykh moriría a manos de la policía secreta nazi. El resto del equipo fue enviado al campo de concentración de Syrets, cerca de Kiev. Allí fueron ejecutados Ivan Kuzmenko, Oleksev Klimenko y Nicolai Trusevich. Solo tres, Fedir Tyutchev, Mikhail Sviridovskiy y Makar Goncharenko lograron sobrevivir para contar una historia que sigue viva en los aledaños del estadio Lobanovsky donde una estatua rinde homenaje a aquellos héroes del Start FC.

 

 

Los protagonistas del film

«Evasión o victoria» está ambientada en el campo de prisioneros de Gensdorff. El oficial alemán Von Steiner (Max von Sydow) visita el campo y ve a unos prisioneros jugar al fútbol, y, al recordar que había sido jugador antes de la guerra, se le ocurre organizar un encuentro entre una selección de futbolistas alemanes y los prisioneros.

Michael Caine y Sylvester Stallone en el film están muy bien acompañados con futbolistas profesionales como Pelé, Bobby Moore, Osvaldo Ardiles, John Wark, Kazimierz Denya, Paul Van Himst, Co Prins, Mike Summerbee, Russell Osman y Soren Lindsted. En el rodaje, que tuvo lugar en Hungría, colaboraron además exfutbolistas como Gordon Banks, que asesoró a Stallone en su papel de portero.

El encuentro ficticio se disputó en el Colombes Stadium. Acudieron 50.000 personas que finalmente inundaron el campo. El estadio se decoró con muchas esvásticas y propaganda del régimen nazi. Anton Diffring actuó como comentarista del partido.