Agosto de 1997, el Deportivo de la Coruña entrenado por Carlos Alberto Silva conseguía reunir al extridente ofensivo del Palmeiras formado por Rivaldo, Djalminha y Luizao en su plantilla, y lo lucía con orgullo en el Trofeo Teresa Herrera.
Aquella alegría y optimismo durarían muy poco, y todo terminaría en una auténtica pesadilla para la afición coruñesa… A tan solo unas horas de que se hiciera efectivo el pago de la cláusula de Rivaldo, el presidente Lendoiro se enteraba por teléfono de la maniobra definitiva del FC Barcelona en plena final del torneo.
«Recuerdo que era la final del Teresa Herrera contra el PSV, me llamaron de la SER y me dijeron: ‘¿Sabes que el Barça va a fichar a Rivaldo?’, y yo no tenía ni idea. Fue una casualidad, que vino derivada de un partido en el que el Barça había pasado muchos apuros en la previa de la Champions. El Barça quería fichar a McManaman, pero como no cuajó, y luego mi amigo Alberto Toldrà, agente de Rivaldo, nos pedía una ficha muy alta. No nos enteramos absolutamente de nada. Fue de sopetón. Cuando nosotros fichamos a Rivaldo para el Depor, el Barça fichó a Giovanni y los del Barça me decían que habían fichado al mejor brasileño, y yo les decía que lo teníamos nosotros y luego nos lo ficharon. Rivaldo era extraordinario, no solo porque marcaba, sino también defendía y era un muy buen profesional. A nosotros nos duró poco, la verdad», recuerda el expresidente.
Lo que muchos han olvidado con el paso del tiempo es que el fichaje de Rivaldo por el FC Barcelona era una de las bazas de la candidatura de Ángel Fernández para sacar a Josep Lluís Núñez de la presidencia durante las elecciones culés del julio de 1997. Algo que la prensa catalana se encargó de no destacar en ninguna portada, a pesar de ser una posibilidad que no se cansó de afirmar el propio candidato a la presidencia.
Así pues, Rivaldo y Djalminha solo coincidieron unas semanas en el Dépor, y compartieron terreno de juego en dos partidos. En las semifinales del Teresa Herrera del 97, en la que los herculinos se impusieron por 4-0 al Vasco de Gama, con doblete del propio Rivaldo. Y en la final, donde se impusieron al PSV en los penaltis. No obstante, la victoria quedó en un segundo plano porque esa misma noche se cerraba el fichaje de Rivaldo por el Barça a cambio de los 4.300 millones de su cláusula, que serían pagados el día siguiente.
«He comentado alguna vez que Zidane era un rival temible cuando jugué en España, pero no era el único rival que me provocaba ese enorme respeto. Djalminha es otro. Era tremendo, terrorífico cuando cogía la bola. Tenía una cantidad de recursos y de habilidades… unos regates… era genial. Lo disfruté cuando lo tuve conmigo en Coruña, pero luego lo sufrí como rival en el Barcelona. A Djalminha lo respetábamos mucho los rivales, porque nunca sabías con qué te iba a salir, qué te iba a hacer. Tal era su abanico de opciones técnicas. Era un crack que tuvo un rendimiento excelente en el Deportivo», recuerda Rivaldo.
El brasileño, un zurdo capaz de desequilibrar, como pedía Van Gaal, se convertió en el fichaje más caro del fútbol español. Rivaldo costó 4.000 millones (más unos 600 millones en concepto de IVA), de manera que superó a su compatriota Anderson (3.000 millones), también del FC Barcelona. El Barça pagó por Rivaldo lo mismo que recibió por el traspaso de Ronaldo. El club azulgrana invirtió aquella temporada unos 9.000 millones de pesetas en el fichaje de seis jugadores: Rivaldo, Anderson, Ciric, Hesp, Dugarry y Reiziger, pero ingresó 5.680 por el traspaso de Ronaldo (Inter), Popescu (Galatasaray), Cuéllar (Betis) y Blanc (Olympique de Marsella).