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Chilavert, Castrilli y Maradona, la trifulca histórica

 

José Luis Chilavert, Javier Alberto «El Sheriff» Castrilli y Diego Armando Maradona protagonizaron el 16 de junio de 1996 una de las trifulcas más recordadas de la historia del fútbol argentino, en un partido que acabó con la última expulsión del 10 y derrota de Boca Juniors por 5-1 ante Vélez en Liniers.

 

 

Por la fecha 13 del torneo Clausura de 1996, los xeneizes dirigidos por Carlos Salvador Bilardo visitaban el estadio José Amalfitani en una noche fría de domingo del otoño porteño. El partido empezó muy bien para Boca cuando Claudio Paul Caniggia abrió el marcador a los 15 minutos de juego. Sin embargo, cinco minutos después, el equipo conducido por Carlos Bianchi igualó el partido gracias a un polémico gol de Patricio Camps con un cabezazo que no llegó a traspasar la línea de gol.

 

 

El arquero paraguayo José Luis Chilavert fue el encargado de dar vuelta el resultado con dos goles memorables ante Carlos Navarro Montoya: uno de tiro libre y otro de penal. Sobre el final del primer tiempo, se produjeron incidentes en la tribuna popular visitante que ocupaban los bosteros enardecidos por las polémicas decisiones arbitrales del árbitro, quien además de cobrar un gol ilícito había expulsado a Néstor Fabbri.

Maradona, capitán de Boca, reprochó al árbitro, y lo responsabilizó por los incidentes, y «El Sheriff» Castrilli decidió sacarle la tarjeta roja directamente por «incitación a la violencia», según reveló años después en una entrevista. Mientras se dirigía al túnel para ir al vestuario, Diego cambió el rumbo y se acercó hasta la popular para intentar calmar a los hinchas que intentaban romper el alambrado y a la vez recibían los gases de la policía y los chorros de agua de los bomberos.

 

 

Indignado por la situación, el «10» encaró hacia el centro del campo de juego donde todavía estaba Castrilli para exigirle explicaciones. «La gente no se va a comer este garrón», fue lo primero que esbozó Maradona ante la consulta de los periodistas, que le preguntaban por su expulsión. «A mí no me dijo nada, ahora voy a verlo», agregó un Diego enfurecido. En medio del tumulto, Maradona se puso cara a cara con Castrilli y lo que siguió después fue un monólogo que quedó grabado en los fanáticos del fútbol. «Soy jugador, tranquilo. Explíqueme ¿por qué? Maestro ¿usted está muerto? No está muerto. Explíqueme, por favor se lo pido», imploró Maradona. «Estamos hablando como hombres, como seres humanos», siguió hasta la aparición de Navarro Montoya, quien intercedió: «Vamos, Armando, no te va a contestar». «Si no me va a contestar, es un ¡botón!», gritó Maradona, enajenado; el «Mono» le pidió: «Armando, no te enojes conmigo» y Diego se alejó propinando una serie de insultos hacia un inmutable «Sheriff».

 

 

El partido siguió y en el segundo tiempo, el Fortín, que unas fechas después se proclamó bicampeón, amplió la ventaja para coronar una memorable goleada por 5-1, que se mantiene como su mejor resultado ante Boca en la historia.