La historia de Moreno Torricelli es la clara demostración que cuando la suerte y el talento se conjuran nada es imposible, y menos en el mundo del fútbol. Una epopeya balompédica digna de ser recordada por su gran belleza y magnitud, y un claro ejemplo para las generaciones venideras de futbolistas. De la regional italiana a ganar una Intercontinental.
Sus primeros pasos en la extinta US Folgore Verano
Este mítico lateral derecho internacional italiano, de gran envergadura (1,84 m) y look de artista renacentista, nació un 23 de enero de 1970 en Erba, municipio de 16.000 habitantes en la provincia italiana de Como, aunque su infancia transcurrió en el pequeño pueblo de Verano Brianza en la Lombardía.
Fue uno de los 3 hijos de la familia Torricelli, junto a un hermano gemelo, Paulo, y una hermana, Ariann. Curiosamente nació el mismo año que el modesto Cagliari Calcio conseguía el primer y único Scudetto de su historia en la Serie A, una irrepetible hazaña que supuso el preludio de la inminente carrera futbolística del recién nacido Moreno.
Torricelli no cambió el «calcio» en las calles de Verano Brianza por el federado hasta los ocho años de edad, cuando se unió a los benjamines del modestísimo y desaparecido conjunto de la US Folgore Verano (fundado en 1951), fusionado en 2011 con la US Caratese (fundado en 1908).
A sus 13 años le llegó la llamada del Como Calcio, que pedía su fichaje para afrontar el campeonato regional infantil de estudiantes (Allievi Regionali), momento en el que dejó los estudios para pasar a trabajar de carpintero. Allí permaneció tan solo una temporada, sin acabar de convencer a los técnicos, y volviendo a la entidad que le vio nacer como «calciatore», donde debutó en el primer equipo con 16 años en la categoría Interregionale Eccellenza (quinta división de Italia y actualmente conocida como Eccellenza), defendiendo sus colores hasta los 18 años.
AS Oggiono, un paso atrás necesario para conseguir la gloria
La temporada 1988-1989 el AS Oggiono (actual ASD NibionnOggiono), recién ascendido a la máxima liga regional, la Promozione (sexta división italiana), fichó a Moreno Torricelli que disputó hasta 49 partidos en dos temporadas.
Sus buenas actuaciones le permitieron volver al campeonato Interregionale Eccellenza, en esta ocasión con el US Caratese, que consiguió su fichaje ofreciéndole un trabajo a tiempo parcial como carpintero en una fábrica de muebles de la ciudad de Carate Brianza.
La temporada 1990-1991 Torricelli consiguió su mejor nivel hasta ese momento, disputando 27 partidos y marcando dos goles, siendo uno de los futbolistas más destacados de la Interregionale Eccellenza, y certificando su total adaptación a esta categoría. Su segunda temporada fue más de lo mismo disputando 3 partidos más y marcando un gol menos.
Durante la pretemporada de la temporada 1992-1993, concretamente en primavera, fue reclutado para formar parte de un combinado de jugadores de la Interregionale Eccellenza, para disputar un partido amistoso contra la Juventus de Turín que cambiaría por completo su vida. «Durante mucho tiempo trabajé 12 horas al día de lunes a sábado, excepto el miércoles, para poder tener el día libre para ir a jugar con la selección de aficionados».
El mismísimo Giovanni Trapattoni, después de la gran actuación del lateral derecho, le ofrecía la oportunidad de su vida a sus 22 años, un periodo de prueba de una semana para formar parte del conjunto «bianconeri», actual subcampeón de la Serie A durante la 1991-1992. Totalmente surrealista pero cierto.
Moreno Torricelli, pidió una semana de vacaciones en la fábrica de muebles, y dio su vida durante los 7 días que duró la prueba por conseguir esa oportunidad para convencer a Trapattoni. Aunque no todo dependía de él, ya que su fichaje iba ligado a la marcha de Vierchowod, condición imprescindible. «Al final de la semana de prueba, volví a casa para dejar mi trabajo definitivamente. Trapattoni me dijo que si Vierchowod no llegaba, me pondría el jersey blanco y negro: todos los días leía los periódicos y las noticias eran reconfortantes. Vierchowod se alejaba, mientras yo me acercaba a la Juventus, por suerte salió bien».
Su pase se certificó por 50 millones de liras ante la incrédula mirada de los aficionados de la Vecchia Signora que no entendían la decisión de Trapattoni de fichar a un jugador de la regional italiana.
El sueño inesperado del éxito internacional
El 13 de septiembre de 1992 en un partido contra el Atalanta en Delle Alpi, Moreno Torricelli debutó con un resultado final de 4-1. Se convirtió en un jugador habitual en el once inicial de «La Fidanzata d’Italia», ganando la Copa de la UEFA esa misma temporada venciendo a los alemanes del Borussia Dortmund en la final.
«Cuando llegué a Turín, fui inmediatamente bien recibido por el grupo. Recuerdo que Baggio me apodó Geppetto por mi antiguo trabajo como carpintero. Lo que me impresionó fue la gran humanidad de Gianni Agnelli, que vino muchas veces a hablarme para preguntarme sobre mí y mi entorno en Turín», aseguraba Torricelli en una posterior entrevista.
Sus dos mejores temporadas fueron la 1994-1995 y 1995-1996: ganó el Scudetto, la Coppa Italia, la Liga de Campeones, la Copa Intercontinental, la Supercopa Italiana y la Supercopa de la UEFA. Durante este período, el 10 de septiembre de 1995 marcó su primer gol en Serie A, ante el Piacenza. En las temporadas 1996-1997 y 1997-1998 siguió desempeñando un papel destacado, ganando dos nuevos títulos nacionales y llegando a dos finales más de la Liga de Campeones.
Después de 6 increíbles años viviendo el sueño en Turín, pasó cuatro temporadas en la Fiorentina, dos en el RCD Espanyol de Barcelona y otro en el Arezzo, donde se acabó retirando en 2005 después de 25 partidos y un gol.
Fue durante este último periodo en Turín cuando tuvo lugar su debut con la absoluta italiana, el 24 de enero de 1996 en el partido amistoso contra Gales ganado por 3-0. Con la selección transalpina asistió a un total de 21 convocatorias, disputando un total de 10 partidos. Jugó en la Euro 1996 bajo las órdenes del entrenador Arrigo Sacchi, saliendo al campo en el último partido de la fase de grupos (Alemania-Italia 0-0), que sancionó la eliminación de los «azzurri».
Después participó, sin jugar ningún partido, en el Campeonato Mundial de 1998, convocado por el CT Cesare Maldini. También permaneció en la selección durante los primeros meses de la gestión de Dino Zoff, jugando su último partido el 10 de febrero de 1999 (Italia-Noruega 0-0).
En este sueño hecho realidad Torricelli sumó en su palmarés tres Scudetto, una Coppa y tres Supercoppas di Lega, más una UEFA, una Champions, una Supercopa de Europa y una Intercontinental con la Juventus. Con la Fiore ganó una Copa italiana.