Rodolfo Cardoso aún a día de hoy es recordado como una de las leyendas de la Bundesliga de los años 90, llegando a disputar 220 partidos. Uno de los primeros internacionales latinos que se labró un nombre en el fútbol alemán, donde vivió todo tipo de situaciones, desde un descenso hasta la consagración definitiva como futbolista en el Hamburger SV con 28 años.
En los 14 años que brilló en canchas alemanas dejó una profunda huella, así como el país lo enamoró. «Acá si el tren llega un minuto o dos minutos más tarde es un escándalo, la sociedad está acostumbrada a que todo funcione tan perfecto que a veces no saben cómo reaccionar. A vos en Argentina si no te llega el bus a tiempo, enseguida ya pensás cómo llegar al trabajo. En Alemania todo funciona bien. Se pagan muchos impuestos pero los hospitales, el transporte y las escuelas funcionan bien. El alemán vive para trabajar y no es que sea frío, es diferente, ellos te brindan el apoyo a su manera y después depende de vos. Si te empezás a borrar porque algo no te gusta o lo otro, el alemán te va aislando pero porque no van a cambiar. No son cariñosos como los argentinos pero te ayudan. Yo viví en ciudades chicas, como Homburg o Freiburg, donde la gente se acuesta temprano, y ahora vivo en Hamburgo, una ciudad grande con mucha vida. Ha crecido mucho la inmigración, hay muchos jugadores extranjeros y también muchos inmigrantes en la calle. Se escucha el español, cosa que antes era imposible. También muchos turcos, mucha gente de Polonia, y ahora mucha gente refugiada. Hay gente extranjera trabajando acá».
«El Pelusa» Cardoso nació en Azul, Argentina, ciudad ubicada a 300 kilómetros de la capital federal Buenos Aires, y sus primeros pasos como futbolista profesional los dio en 1987 cuando debutó defendiendo los colores de Estudiantes de la Plata, su talento y la gran proyección ofensiva llamaron la atención del FC 08 Homburg alemán, equipo recién ascendido a la Bundesliga. Así fue como a finales de diciembre de 1989 Rodolfo Cardoso inició una aventura que le cambió la vida.
Debutó un 17 de febrero de 1990 en la jornada 21, jugó los 90 minutos en la derrota de su equipo a manos del Bayer Leverkusen 1-3, en total jugó 14 encuentros aquella campaña, pero poco pudo ayudar al FC 08 Homburg y este perdió la categoría.
Su regreso a la Bundesliga
Los próximos tres años los pasaría en la segunda división alemana, donde su proceso de adaptación no fue sencillo, pero fue de gran aprendizaje, tanto así que en la temporada 92-93 se erigió en la gran figura de su club al disputar 46 encuentros con un gran nivel.
El rápido desenvolvimiento de su fútbol no pasó desapercibido por los equipos de la Bundesliga y fue así como en julio de 1993 se unió a las fuerzas del SC Freiburg dirigido en aquel entonces por el histórico Volker Finke, cuadro en el que estuvo dos temporadas y donde se dio a conocer como uno de los mejores medios ofensivos de la liga, ahí jugó 63 partidos y marcó 28 goles.
Su fina pegada de pierna izquierda lo llevó al SV Werder Bremen donde «El Pelusa» permaneció un año y medio, jugando 23 encuentros de Bundesliga, pero su talento también fue visto en Europa al participar en la Copa UEFA y en la Copa Intertoto, pero su estadía en el SV Werder Bremen solamente sería una escala al momento más trascendental de su vida; defender los colores del Hamburger SV.
Su debut con el club de su vida tuvo lugar una tarde del 8 de octubre de 1996, a la edad de 28 años, con un prestigio hecho en territorio alemán se instaló como uno de los jugadores más importantes de la plantilla. Era dueño de todas las pelotas paradas, no había tiro libre que se perdiera a esa pierna izquierda. El argentino fue propiedad del HSV durante 8 años y en ese lapso tuvo dos experiencias en el fútbol de su país al aventurarse a jugar en el Boca Juniors y Estudiantes de la Plata en calidad de préstamo.
Participó con el Hamburger SV en 111 juegos de Bundesliga, anotó 17 goles y dio 22 asistencias. Se retiró en 2004, pero siguió unido al club, entrenando a las categorías inferiores y también como técnico provisional del primer equipo, convirtiéndose así en el primer y único entrenador latinoamericano de la Bundesliga. El argentino robó el corazón de la afición del Hamburger y a pesar de su retiro, el club siempre será su casa.