Peter Bolesław Schmeichel, nacido el 18 de noviembre de 1963 en Gladsaxe (Dinamarca), fue el mejor portero de la historia del Manchester United, incluso superando al mítico Edwin van der Sar. Votado Mejor Portero del Mundo los años 1992 (tras la consecución de la Eurocopa disputada aquel año en Suecia) y 1993, vivió sus mejores momentos como futbolista defendiendo la camiseta de los “red devils”, con los que ganó 1 Liga de Campeones de la UEFA (1999), 5 títulos de Premier League (1993, 1994, 1996, 1997 y 1999), 3 títulos de la FA Cup (1994, 1996 y 1999).
En su palmarés a nivel individual también encontramos el reconocimiento de la IFFHS cuando lo llegó a situar entre los diez mejores porteros del siglo XX, en 2003 fue incluido en el English Football Hall of Fame, posteriormente le fue otorgada la insignia de la Excelentísima Orden del Imperio Británico, y en 1998 fue incluido por la liga inglesa de futbol en la lista de las 100 leyendas del fútbol inglés.
Casi nada, y todo a precio de ganga, ya que el verano de 1991 el United lo fichó del Brøndby IF por solamente 500.000 libras. Para el portero, fue un sueño. De niño, Schmeichel apoyaba con pasión al club inglés y tenía la oportunidad de ayudarle a recuperar su lugar en la cima. La primera temporada mostró grandes signos de progreso, puesto que el danés se fue asentando en el fútbol inglés, ofreciendo actuaciones estelares. Sin embargo, esto no fue suficiente para asegurar el título de liga, ya que el Leeds United superó a sus rivales. Sin embargo, los Diablos Rojos ganaron la Copa de la Liga y sentaron las bases para una década de dominio del fútbol inglés.
Tras su primera temporada llegó el exitoso verano en la Eurocopa y la creación de la Premier League, la flamante y lucrativa competición que acabaría convirtiéndose en la más popular del mundo. Junto con otros fichajes competitivos, como el del campeón Eric Cantona, el United se convirtió en un equipo formidable, que ganó la liga y puso fin a 26 años de espera por un título de primera división. Schmeichel era una figura única e intrépida en la portería, siendo su voluntad de lanzarse al ataque un atributo predominante.
El United comenzó la temporada de forma lenta, con varios empates y derrotas, pero terminó con fuerza, ganando sus últimos siete partidos y teniendo la mejor defensa de la liga, con solamente 31 goles en contra en una temporada de 42 partidos. Al año siguiente, revalidarían el título de liga, esta vez de manera más dominante, y añadirían la FA Cup a su reluciente palmarés. Schmeichel, una vez más, fue un elemento siempre presente en el primer equipo. En marzo de 1994, batió el récord del gran Alex Stepney de 92 partidos consecutivos con el equipo, lo que añadió más significado a su importancia en el club. Sin embargo, hubo un pequeño drama en el camino.
Después de un empate a 3 contra el Liverpool, en el que el United desperdició una ventaja de 3-0, se informó de que Schmeichel y Ferguson tuvieron una discusión, en la que abundaron los insultos. El técnico escocés “despidió” al guardameta, pero lo readmitió unos días más tarde para mejorar el equipo. Fue una decisión acertada, ya que el United dominaba el panorama nacional.
Momentos clave en el club de Old Trafford
Su primer momento estelar fue contra el Liverpool en la temporada 1992/93, en la que el United se encontraba inmerso en una carrera por el título con el Aston Villa y el Norwich City, y cada punto era crucial. Aquí, en Anfield, Schmeichel realizó una impresionante parada ante el disparo de Don Hutchinson después de que el centrocampista quedara libre para buscar el gol tras un córner de Steve McManaman. La parada fue importante, ya que el United se impuso por 2-1 y puso fin a su sequía de títulos.
Otro gran momento se produjo contra el Coventry City, la campaña siguiente. Como el United no jugaba especialmente bien durante esa parte de la temporada, las victorias por 1-0 en el terreno de juego se consideraban un éxito, y Schmeichel fue imprescindible para ello. Después de haber estado ocupado toda la noche, tuvo que intervenir en el tiempo de descuento, cuando un Chris Marsden que avanzaba, con solo el portero por delante, fue desbaratado por el gran danés. Su disparo a bocajarro se estrelló contra el larguero y salió fuera, y el United se embolsó otros tres puntos importantes en su camino hacia el título.
La siguiente temporada fue bastante frustrante para el club y el jugador. Las lesiones mantuvieron a Schmeichel fuera de combate durante una parte de la temporada, y el United pasó apuros sin él. Perdió su dominio sobre el título, ante el Blackburn, mientras que hubo más dolor en la FA Cup, donde perdió la final. Fue una temporada difícil, pero que indicó que era necesario reconstruir el equipo. El United y Ferguson tenían la intención de ser los mejores del país, y para ello había que asumir grandes riesgos.
El riesgo que se asumió fue el de involucrar a más jóvenes, ya que la clase del 92, con figuras como David Beckham, Ryan Giggs y Paul Scholes, iba a tener más oportunidades en el primer equipo. Para Schmeichel, sin embargo, el objetivo era recuperar su mejor forma física y ser el jugador que hizo que muchos lo consideraran el mejor portero del mundo. Empezó con fuerza, aunque no en su propia área.
En un partido de la Copa de la UEFA, disputado en casa contra el Rotor Volgogrado ruso, en septiembre de 1995, Schmeichel marcó un gol en los últimos minutos para empatar el partido. Aunque no fue suficiente para evitar la eliminación, este tanto, junto con sus frecuentes incursiones en el área rival en las jugadas a balón parado, fue una prueba de su tenacidad. Tras comenzar la temporada con una derrota ante el Aston Villa -un resultado recordado con cariño por los famosos comentarios de Alan Hansen tras el partido-, el United entró en una racha que lo llevaría a disputar con fuerza el título y la Copa de la FA.
El dominio del United no se debilitaría la temporada siguiente, ya que el talento de Schmeichel estaba en un momento dulce. Sus rápidas reacciones y su inteligente trabajo con los pies fueron fundamentales para su estilo de contraataque. Muy a menudo, iniciaba jugadas que acababan en gol, demostrando que era influyente en ambos lados del campo.
Esa temporada, aunque se sintieron relativamente cómodos en casa, cambiaron su enfoque para triunfar en Europa. Aquí, otro gran momento de Schmeichel, posiblemente el mejor, se añadió a su carrete personal de excelentes paradas. En un partido fuera de casa contra el Rapid de Viena, con la clasificación para los cuartos de final en juego, realizó la que él considera su mejor parada. En una jugada a balón parado, el cabezazo de René Wagner parecía destinado a la portería, pero en una asombrosa acción de reflejos el guardameta se agachó a la velocidad del rayo y preservó la ventaja del United.
Los Diablos Rojos llegarían a las semifinales, pero caerían ante el Borussia Dortmund, a la postre ganador, y estaba claro que necesitaban una chispa extra. Al año siguiente llegó Arsène Wenger y sus equipos del Arsenal supondrían un duro desafío para el Manchester United de Ferguson. En 1998, el equipo le arrebató el título de liga, lo que obligó a Ferguson a hacer un gran esfuerzo en materia de fichajes, con la incorporación de jugadores como Jaap Stam, Dwight Yorke y Jesper Blomqvist.
La temporada 1998/99 resultó ser descomunal. En primer lugar, en noviembre de 1998, en medio de cierta presión, Schmeichel anunció que dejaría el fútbol inglés al final de la temporada, y con un United todavía inconsistente en ese momento, esto causaría un dolor de cabeza al entrenador. Aun así, se centraron en la tarea que tenían entre manos, que era hacer una temporada positiva y llena de trofeos, y todavía, Schmeichel estaría en su mejor momento decisivo.
En un partido de la Liga de Campeones en casa, contra el Inter de Milán, volvió a ser importante, realizando una impresionante parada de reflejos ante un cabezazo a bocajarro de Iván Zamorano. El danés, que llegaba a ese partido tras varias lesiones y un estado de forma irregular, marcó un punto de inflexión, ya que a partir de ese momento, y hasta el final de la temporada, se encontraría en su mejor momento. A medida que el equipo de Ferguson iba cogiendo forma y progresando en todas las competiciones, los rumores sobre la consecución de un extraordinario triplete seguían creciendo.
En Europa, superarían a los mejores, venciendo a equipos como el Barcelona y el Internazionale, mientras que la Juventus fue superada en la semifinal gracias a un ataque inspirado por Roy Keane. En la Copa de la FA, la competencia fue igual de alta, ya que fueron el Liverpool y el Chelsea los que cayeron ante este excelente y bien formado equipo, mientras que, en la liga, la última derrota del United se produjo en diciembre de 1998. Sin embargo, fue en la semifinal de la Copa de la FA donde se reconoció la verdadera categoría de Schmeichel.
Con el partido contra el Arsenal empatado a 1, que se dirigía a los 30 minutos extra de la repetición en Villa Park, se concedió un penalti a los Gunners, que fue maravillosamente detenido por Schmeichel. A Dennis Bergkamp, el lanzador del penalti, se le rompió el corazón, pero fue una parada tan crucial, no solamente para el partido, sino en el contexto más amplio del final de esa temporada. El golazo de Ryan Giggs pondría al United en la final de la Copa de la FA, mientras que, únicamente una semana después, vencería a los bianconeri para conseguir su billete a Barcelona para la final de la Liga de Campeones, donde le esperaba el Bayern de Múnich.
Y lo que es más, para un portero de la reputación de Schmeichel, era bastante mediocre en las situaciones de penalti, así que cuando llegó el momento, realizaría, posiblemente, su parada más notable. El United sellaría el título de liga, la primera parte de un triplete histórico, al vencer al Tottenham Hotspur en casa, mientras que en la final de la Copa de la FA no tuvo problemas, venciendo al Newcastle United con facilidad en Wembley. Cuatro días después, en el Camp Nou, les esperaba el santo grial.
Con el United perdiendo 1-0 entrando en el tiempo de descuento, Schmeichel se lanzaba al ataque con toda su tenacidad habitual para ayudar a su equipo a causar estragos en el área del Bayern de Múnich, que se replegaba en busca del empate. Teddy Sheringham acabó consiguiéndolo y, solamente unos instantes después, Ole Gunnar Solskjær marcaría el más espectacular de los goles. El triplete se completó cuando se pudo ver a Schmeichel dando volteretas en su palco en señal de júbilo. Este sería el último partido del gran danés con el club, poniendo el broche de oro a una década de ser el mejor portero del mundo con una victoria en la competición de copa de clubes más importante de Europa. Sus últimos años se verían agravados por las lesiones, ya que su paso por el Sporting Clube de Portugal, el Aston Villa y, de forma controvertida, el Manchester City, difícilmente podría rivalizar con los viejos tiempos.
Peter Schmeichel fue un pionero, un portero para los momentos importantes, uno que podía definir un partido, ganar trofeos y ser decisivo en ambos extremos del campo. No es casualidad que, tras su marcha, el Manchester United y Alex Ferguson se esforzaran por sustituirlo durante unos seis años, hasta que apareció Edwin van der Sar. Y es que Peter Schmeichel sigue siendo una leyenda en Manchester, considerado por muchos como el mejor portero que ha protegido las redes de Old Trafford. Quién sabe si algún día veremos a su hijo Kasper siguiendo sus pasos en el Manchester United…