Todo aquel que se considere amante del fútbol es capaz de ver su rostro, recordar sus goles o imaginarse la figura a la que muchos consideran el dios del fútbol al oír el nombre de Diego Armando Maradona. Protagonista de la jugada de todos los tiempos, de la «Mano de Dios» y de incontables hazañas memorables en el terreno de juego que todo aquel que pudo disfrutarlo recordará hasta su último día. Maradona deslumbró al mundo pero existe una anécdota, una historia, que no muchos conocen. La del aquel breve período de tiempo en el que Maradona apalabró su fichaje con el Sheffield United y estuvo a pocas horas de convertirse oficialmente en jugador de los «blades».
Debemos retroceder a la década de los 70, el Sheffield United es, hasta ahora, lo que podríamos llamar un equipo “ascensor”, juega varias temporadas en primera y segunda división de forma alterna. A mediados de década, en 1975, el equipo logra obtener la sexta posición de la “Football League First Division” quedando a tan solo un punto de conseguir una plaza en competición europea para la siguiente temporada. Además, esta misma temporada ha sido inaugurada la cuarta grada (South Stand), inexistente hasta el momento, en Bramall Lane que en estos años 70 también alberga partidos de críquet por lo que contaba con solo tres gradas dejando un espacio abierto en el estadio.
La temporada siguiente, en 1976, el equipo desciende a segunda división, por lo que la venta de abonos para aficionados desciende de forma drástica, y ello, sumado a la deuda en la que se sumía el club debido a la construcción de la nueva grada, hace que los «blades» se encuentren en una ardua situación económica. Algunos bancos se niegan a hacer préstamos a la entidad y el club se ve obligado a vender jugadores de gran importancia en la plantilla como Tony Currie, leyenda del club, al Leeds.
Tras algunas temporadas sumido en la segunda división del fútbol inglés, en septiembre del 1977 el técnico Jimmy Sirrel abandona el club. Logra dejar huella imborrable en el Sheffield United, ya que fue él quien diseñó el primer escudo del club, tras abandonar el diseño del escudo de la ciudad, que sigue siendo el actual. En primera instancia llega al banquillo Cec Coldwell. El equipo logra buenos resultados pero en enero vuelve a caer hasta las últimas posiciones. Es despedido y llega a escena uno de los principales protagonistas de esta historia, Harry Haslam, más conocido como “Happy Harry”. Asume el rol de entrenador trayendo con él a su segundo Danny Bergara.
En la temporada 77-78 tras una, nada desdeñable, duodécima posición, la pareja de técnicos decide enrolarse en un viaje hacia Latinoamérica. ¿El objetivo? Encontrar talento barato al que llevar a Inglaterra en busca de un nuevo ascenso a la primera división. Para ahorrar gastos propone a varios clubes nacionales que los acompañen, el Tottenham decide unirse la expedición y en ese mismo viaje cierra el fichaje de Osvaldo Ardiles. Haslam que tiene numerosos contactos cuenta con la ayuda de Antonio Rattin, entrenador de Gimnasia y representante, en su viaje a Argentina.
El primer destino de Haslam es Argentinos Juniors, club que destaca por su gran cantera. Allí “Happy Harry” queda asombrado por la magia con la que juega un joven jugador, que ni siquiera llega la veintena de edad y de tan solo 1,65 m de altura. Al preguntar por su nombre descubre que el joven al que observa es Diego Armando Maradona y revela su interés en hablar con el futbolista a Rattin. En poco tiempo Haslam convence a Maradona y cierra el fichaje con Argentinos Juniors tasado en unas 200.000 libras, a pesar de la ambición de Diego Armando que esperaba dar un paso más grande en su carrera al salir de Argentina. Todo está decidido, Maradona llegará a los «blades» y se convertirá en un nuevo “Red and White Wizard”.
Los problemas se presentan cuando a Haslam le comunican que no será fácil sacar del país a un deportista y menos a alguien con el futuro del chico debido a la situación política. El país está sumido en una dictadura cuyo presidente es Jorge Rafael Videla. Sacar a Maradona del país podría llegar a elevar la cantidad económica invertida en el fichaje hasta el doble. El técnico inglés se negó a pagar una cantidad más alta de la pactada y el trato, que ya estaba pactado, se rompió. Todos sabemos que sucedería después con la carrera de ese jovencísimo jugador y los grandes éxitos que cosecharía con algunos clubes y su selección.
Eso sí, Haslam, tras no poder concretar el fichaje de su primera opción, llega hasta Buenos aires y allí ojea otras posibles opciones encontrando la ideal en River Plate. El Sheffield United abandona Argentina tras cerrar el fichaje de Alejandro Sabella por unas 160.000 libras. A pesar de que el jugador natural de “La capital del tango” brilla durante esa temporada, el club termina descendiendo a la tercera división. El argentino es vendido al Leeds por 400.000 libras en 1980. Esa temporada se obtienen buenos resultados hasta enero, cuando Halsam enfermó y se vio obligado a abandonar el banquillo del club. Termina falleciendo en 1986
La historia del Sheffield podría haber cambiado, así como la de Maradona. ¿Habría llegado el Sheffield a ser un gigante del fútbol inglés comandado por el argentino? ¿Quizá la carrera de Maradona no habría sido tan brillante? Es algo que merece la pena imaginar.
Manuel Osuna Illana
@Manu_O_I