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Luis Aragonés y Eto’o, una bonita historia del RCD Mallorca

 

Luis Aragonés y Samuel Eto’o coincidieron en el RCD Mallorca en dos etapas diferentes, protagonizando una de las historias más bonitas del fútbol español. El camerunés tenía 19 años cuando conoció al «Sabio de Hortaleza» por primera vez, y le dejó marca para el resto de su vida. La manera en que el entrenador español encaraba los problemas y su mensaje directo, sin florituras, calaba hondo en sus futbolistas, especialmente en Samuel que lo consideró un padre.

«Luis Aragonés ha sido para mí mucho más que un gran entrenador, ha sido como un padre. Guardo para siempre excelentes recuerdos de nuestra relación y de mi experiencia con él en Mallorca. Querido Papá, gracias por todas tus enseñanzas, en el fútbol y en la vida. Te vamos a echar mucho en falta» confesaba Eto’o tras el fallecimiento de su extécnico.

 

 

La isla de Mallorca fue capaz de reunirlos por primera vez, durante la temporada 2000-2001, uno en el banquillo, el otro en el campo, ambos con personalidades muy marcadas. Dos personas que no estaban dispuestas a dar su brazo a torcer. En su primera campaña chocaron en varias ocasiones, pero ninguno de aquellos enfrentamientos alcanzó la notoriedad del que protagonizaron el 3 de diciembre de 2000 en La Romareda. Las cámaras captaron aquel mítico momento en que Luis y Eto’o casi llegan a las manos. El camerunés, que apenas tenía 19 años y llegó cedido por el Real Madrid, fue sustituido por el técnico de Hortaleza a los cinco minutos de la segunda parte. Le sustituyó Stankovic. En el momento de abandonar el terreno de juego ya se veía que Eto’o ponía cara de pocos amigos. Pese a su juventud, ya se sentía una estrella, un jugador capaz de marcar una época, como el tiempo ha demostrado. Etoo se sentó en el banquillo y, tirando una botella de agua, se le escuchó decir: «Siempre cambias a los mismos». Luis, que vivía los partidos como pocos entrenadores, se levantó y zarandeó al jugador, que se calmó con el paso de los minutos.

«Conmigo no, ¿se entera? Míreme a la cara». Al día siguiente Luis explicó el incidente, «pasó por delante de mí y tiró la botella. Conmigo no, ¿se entera? Míreme a la cara, conmigo no puede ser. No he estado a punto de darle un cabezazo de puro milagro», le dijo al camerunés delante de sus compañeros. Después de la ducha, Eto’o aseguró que quería seguir en el Mallorca pese al encontronazo con el entrenador. «¿Dónde viviré mejor que en Mallorca? Lo nuestro no es para preocuparse, somos como un padre y un hijo», explicó a la prensa.

 


Tan solo quince días antes de aquellos hechos, Aragonés criticó al futbolista por decir que necesitaba un descanso: «Qué coño descanso. Con 19 años lo que tiene que hacer es jugar y ganar la Liga y la Copa de Europa». Al día siguiente Luis le expulsó del entrenamiento vespertino en Son Bibiloni por desobedecer sus órdenes al verse fuera del posible equipo titular ante el Villarreal. Poco antes de las fiestas navideñas, la volvieron a tener al abandonar Eto’o el entrenamiento, molesto tras discutir de nuevo con su entrenador.

El propio Aragonés dejó a la institución a final de temporada, partiendo al rescate del Atlético de Madrid que había descendido a Segunda. Ya empezado el curso 2003-2004, el «Sabio de Hortaleza» decidió volver a la isla cuando Alemany llamó al técnico en octubre para sustituir al portugués Jaime Pacheco. Entonces, Aragonés dijo que Etoo le convenció para regresar: «Me llamó y me dijo cariñosamente ´Abuelo, véngase para acá´ y a mí eso me hizo tilín». Aquel reencuentro acabaría con Eto’o marcando 17 goles que salvarían al Mallorca del descenso. La verdadera crisis del RCD Mallorca comenzaría al término de esa temporada, con la partida, otra vez, del técnico, y la del delantero camerunés, rumbo al FC Barcelona, donde haría historia.

“Tuve la suerte de haber tenido los dos mejores entrenadores del mundo”, señalaría a posteriori el exjugador en referencia al hecho de que fue entrenado por el español Josep Guardiola en el FC Barcelona y por el portugués José Mourinho en el Inter de Milán. “¿De cuál de ellos aprendí más? De Luis Aragonés, que en paz descanse. Aprendí mucho de él. Yo era un niño. Cuando llegas a equipos como el Barça o el Inter de Milán es porque eres un jugador hecho, y los entrenadores te puede aportar muy poco. Al nivel en el que yo estaba, creo que los entrenadores, esperaban ya que asumiese mis responsabilidades. Así que ciertamente los que me cambiaron la vida fueron Alemany y Luis Aragonés. Aquella reunión en el despacho de Luis… Me dijo: ‘Negrito, ¿quieres ser un buen jugador o un gran jugador? Creo que tu tiempo se acabó en el Mallorca y ahora debes ir a luchar con los que están a tu nivel’ . Yo lo miraba y decía ‘¿Este abuelo qué está diciendo?’ Y cogió su teléfono, llamó a Txiki (Begiristain) y le dijo: ‘¿Quieres ganar en los próximos años? Pues hay un jugador que tenéis que fichar porque os hará ganar’. Cuando oyó mi nombre hubo como un vacío y Txiki se estaba preguntando: ‘ ¿Pero este tío fuma algo?’. Pero Jan no dejó pasar el consejo del abuelo, que sabía mucho, y estoy contento».