Estadio de Jalisco, un joven Ronaldinho conoce por primera vez al Balón de Oro Lothar Matthäus. Dos futbolistas de distintas épocas, un relevo generacional del talento de alta escuela, dos irrepetibles estrellas. Casualidades de la vida, separados exactamente por 19 años, ya que ambos nacieron un 21 de marzo, el alemán en 1961 y el brasileño en 1980.
En aquel partido inaugural de la Copa Confederaciones de 1999, Brasil arrolló a los alemanes por 4-0 con goles de Zé Roberto, Ronaldinho y 2 Álex. Ambos compartieron grupo B junto a Nueva Zelanda y Estados Unidos. Acabaron clasificándose para semifinales los norteamericanos y brasileños. Ronaldinho fue la gran sensación, al ser uno de los jugadores más jóvenes de la canarinha, tras ganarse un sitio al proclamarse campeón del Mundial sub-17 de Egipto en 1997.
Brasil llegó hasta la final donde fue derrotada por México. Muchos opinaron que era la «Brasil B», pero pocos recuerdan que México estaba en renovación, la mayoría de sus jugadores tenían de 20 a 26 años, habían jugado en Atlanta 96, solamente Campos, Suárez, Ramón Ramírez, García Aspe y «El Matador» Hernández eran veteranos.