«Maradona, sueño bendito» en Amazon Prime podía haberse convertido en una serie de culto para los amantes del fútbol, pero su bipolaridad mostrada la ha acabado convirtiendo en una auténtica caricatura de lo que pudo haber sido.
TF Media, en coproducción con Dhana Media y Latin We, ha sido la encargada de trasladar la vida del astro argentino en formato serie de televisión, la cual ha sido rodada en Argentina, España, Italia, Uruguay y México, y cuenta con 10 episodios de una hora de duración.
Es innegable que como producto televisivo cumple a la perfección con su misión de mantenernos atentos a la pequeña pantalla, sin embargo el cambio de tono mostrado en el cuarto y quinto capítulo destroza el esfuerzo titánico de los tres primeros, y se soluciona ligeramente en el resto de capítulos. El trabajo del director y showrunner argentino Alejandro Aimetta (responsable de los tres primeros episodios) encumbra la producción a serie de culto futbolero, pero en el cuarto y quinto episodio la sensación de estar viendo una sitcom de bajo presupuesto rozando el «amateurismo» es constante. Solo la mantiene a flote la incorporación de imágenes reales de archivo, que suple las graves deficiencias en la recreación de los partidos, que se convierten en gravísimas cuando la acción transcurre en los campos españoles.
La explicación de la deriva catastrófica que toma «Maradona, sueño bendito» en su ecuador quizás la encontremos en la desafortunada elección, en cuanto a parecido y profundidad en la interpretación, de Nazareno Casero para encarnar al 10 en esta segunda etapa de la vida del astro argentino. Y en especial la dirección de Roger Gual, al que le ha venido extremadamente grande el proyecto y entender la complejidad de la llegada de Maradona a Europa. Tampoco ayuda la forzada y desafortunada interpretación de Francesc Orella el cual no se parece absolutamente nada a Josep Lluís Núñez, y posiblemente sea la peor interpretación de la serie. Destacada es la horrible caracterización de Schuster, que parece haber salido de un gag de mal gusto.
Si solamente nos quedáramos con los tres primeros episodios, sumándole el sexto y séptimo, la sensación sería muy distinta, con un gran nivel de producción cuidando todos los detalles y con grandes actuaciones del resto del elenco de actores. En especial las de Juan Cruz Morero y Nicolás Goldschmidt que bordan a la perfección sus caracterizaciones como el Diego niño y adolescente en «Maradona, sueño bendito».
A nivel histórico, aunque la serie intenta mostrarnos los momentos más relevantes de la vida de Diego Armando Maradona y el momento político en que se vivieron, echamos en falta la transcendental historia que protagonizó el directivo del FC Barcelona Joan Gaspart en la consecución de su fichaje a escondidas de la dictadura militar, así como muchos más detalles del paso del 10 por la Bombonera o su admiración por Ricardo Enrique Bochini o Roberto Rivelino, que a la vez influyeron en su estilo de juego.
En los últimos 3 episodios podemos ver la etapa de gloria de Diego Armando Maradona en la selección argentina en la Copa Mundial en México ‘86, el resto de su paso por el Nápoles y su homenaje en La Bombonera en 2001.