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Cleo en el FC Barcelona, toda la verdad sobre el polémico fichaje

 

El 4 de febrero de 1982 el FC Barcelona presentó Ignacio Hickmann, más conocido como Cleo, uno de los fichajes más extraños que se han realizado en la historia del fútbol español. Aterrizó para ser el segundo extranjero con ficha de la plantilla blaugrana, junto a Allan Simonsen, y siendo plenamente consciente que su etapa tenía fecha de caducidad, ya que Maradona se debía incorporar después del Mundial 82. El centrocampista brasileño se integró rápidamente al grupo y empezó a entrenar, esperando su tránsfer desde Brasil, algo que nunca llegaría a darse.

 

 

«Todavía hasta hoy, no sé exactamente por qué no llegó la documentación. Fui hasta dos veces concentrado en el hotel, una de ellas en un partido contra el Valencia, esperando a última hora el tránsfer. En aquella época el FC Barcelona tenía una gran plantilla, con jugadores internacionales, y creo que el club no veía la necesidad real de contratar a nadie más», recuerda el exjugador.

 

 

La historia de su llegada al Camp Nou comenzó un par de meses antes, en diciembre de 1981, cuando Goikoetxea, del Athletic de Bilbao, lesionó de gravedad a Bernd Schuster, que sería baja el resto de la temporada. Líder en la Liga 81-82, la directiva del Barça buscó un recambio a pesar de las reticencias de su entrenador y jugadores. Hubo algunos nombres sobre la mesa como el de Toninho Cerezo, aunque finalmente la elección fue el exjugador del Grêmio Foot-Ball Porto Alegrense.

 

 

El aplazamiento de su debut oficial dio lugar a todo tipo de rumores en la prensa de la época, entre ellos que era homosexual. Un rumor nacido de unas fotografías del jugador en las que aparecía desnudo en el Folha de Sao Paulo. «Todo eso, se originó después que hiciese unas fotografías un poco atrevidas para la época en una agencia de Porto Alegre. Un periodista las quiso utilizar de forma tendenciosa diciendo que era gay en el lanzamiento de una nueva revista, yo lo procesé, la justicia brasileña me dio la razón, y la publicación nunca salió al mercado» afirmó el jugador en el periódico Sport. Cleo recuerda que por aquella época Migueli había posado desnudo en España. «El mismo me decía que sus fotografías eran mucho más osadas que las mías, y hacíamos broma de ello en el vestuario».

 

 

Joan Gaspart, entonces vicepresidente del FC Barcelona, decidió casar al brasileño para desmentir que era homosexual. La boda se celebró el 2 de abril de 1982 en la iglesia San Gregorio Traumaturgo de la Ciudad Condal y el propio directivo ejerció como padrino. También Josep Lluís Núñez acudió al enlace, en el que, sin embargo, no estuvieron ni amigos ni familiares del futbolista.

 

 

El banquete se celebró en un local propiedad de Carlos Tusquets, también directivo del club. «Fue una boda fantástica, Joan Gaspart nos ayudó en todo, tuvimos los mejores sastres, los mejores anillos, la mejor celebración, una fiesta fantástica… fue sin duda lo mejor de mi estancia en Barcelona» recuerda el brasileño.

 

 

“No era homosexual, pero me llamó Antonio Asensio, dueño de Interviú, y me dijo: ‘Tengo estas fotos que no van a hacer ningún favor al jugador y te lo digo para que maniobres porque yo no puedo convencer a mi redacción de que no las publiquen. Entonces fui a ver al jugador y le pregunté por estas fotos. Me dijo: ‘son fiestas que hacemos en Brasil para divertirnos con amigos’. Le dije que estas fotos pueden perjudicar a ti y al club. Me acuerdo que le dije ‘¿tú tienes novia?’ y me contestó “No, una prima mía…”. Pues dile que venga que os vais a casar y vamos a desmontar esta historia” recuerda Joan Gaspart.

 

 

El enlace sirvió para acallar los rumores sobre su homosexualidad, pero no le ayudó en su estancia en la Ciudad Condal. El 5 de abril, solo dos meses después de fichar por el conjunto azulgrana, se desvinculó del equipo sin llegar a debutar oficialmente. Se volvió a su país casado, con los cinco millones de pesetas de su ficha y con un Ford Fiesta blanco que le regaló un concesionario de Barcelona, anécdota que también dio mucho que hablar. «También se dijo que me habían fichado porque era como un amuleto brasileño que daba buena suerte, ya que cuando llegué el equipo se situó como líder y precisamente cuando me marché el Barça acabó perdiendo la Liga», recuerda Cleo.

 

 

Finalmente, el centrocampista regresó al Internacional de Porto Alegre y posteriormente jugó en otros clubes brasileños como Palmeiras, Flamengo, América de Río, Sport Recife y Vila Nova de Goiania. «Cuando vi que la temporada llegó a su fin y no podía ya jugar, decidí volver a Brasil, y ahí es cuando cometí un error, porque podría haber continuado en Europa la siguiente campaña actuando en otro equipo» se lamenta el exjugador.