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Claudio Caniggia año cero, el primer vuelo de «El Pájaro»

 

Claudio Paul Caniggia se formó y debutó en el primer equipo de dos clubes: Club Atlético Juventud Unida de Henderson y Club Atlético River Plate. Desde 1985 hasta 1988, participó con el Millonario en 53 partidos para posteriormente ser traspasado al Hellas Verona del calcio italiano, tras su frustado fichaje por la Juventus.

A día de hoy, «El Pájaro» no olvida sus orígenes y continúa colaborando de forma activa con el club que lo vio nacer, a través de donaciones y firma de camisetas.

 

 

La difícil llegada a la ciudad de Buenos Aires

Nacido en Henderson, provincia de Buenos Aires, el 9 de enero de 1967, «El Pájaro» empezó a formarse en el fútbol base del Club Atlético Juventud Unida de Henderson, institución en la que también había militado su padre previamente. Allí fue conocido como «Yayi» y fue creciendo como futbolista, a la vez que alternaba la práctica de fútbol con la del atletismo. Con 14 años, y habiendo debutado ya con el primer equipo, todo cambió para él cuándo Carlos «El Negro» Jaimerena, amigo de su padre, le propuso probar con River Plate.

 

 

«Cuando tenía 13 años, el señor Jaimarena, de la filial de River en Henderson me quiso traer. Mis viejos no quisieron saber nada, pero al otro año, volvió a insistir. Y ahí, pese a que mi vieja no quería, me trajeron… Lo gracioso es que yo en realidad era de Boca, desde chico escuchaba los partidos por la radio y mi padre, que era comerciante y de vez en cuando iba a la capital a por electrodomésticos, me llevó alguna vez a la Bombonera. Pero el problema de verdad fue que pasé de un sitio donde conocía a todo el mundo a, de repente, verme en una ciudad como Buenos Aires completamente solo. No tenía amigos, cambiaba de colegio cada año. Con quince años no eres niño ni adulto. No fue fácil para mí. Me encontré, además, con un equipo de pibes que llevaban tres o cuatro años jugando juntos y se bancaban entre ellos, se protegían. Ahí empezaron los problemas. Yo era el nuevo, le quité el puesto al que llevaba ahí años y dijeron: «¿Qué pasa acá?». Con dieciséis años estuve a punto de volverme. No solo por esto, también porque tenía que ir hora y media en autobús al colegio, luego coger un tren, luego otro autobús. Estaba agotado y no tenía relación con casi nadie. Vivía con mis tíos y mis primas. No fue fácil. Si no es porque me convence mi madre, que me dijo que me quedase un poco más, hubiese renunciado. El segundo año fue más fácil y no volví a tener deseos de volver al pueblo».

 

 

“Me probó en River Dominichi. ¿Sabes que yo no era siete? Jugaba de ocho, pero a la tercera prueba me mandaron a la punta y ahí nomás quedé. Me vine a vivir a la casa de unos tíos en Ituzaingó, mientras terminaba tercer año en el San Francisco Solano. No jugaba ni de suplente… No me adapté fácil a la ciudad. En 1983 me fui con mi hermano a vivir a una pensión, en Córdoba y Gascón. Pasé al colegio William Morris y empecé a jugar más seguido en la séptima. Después apareció el Bambino Veira, los entrenamientos en la primera, las prácticas contra la Selección, cuando terminaba siempre con la camiseta rota…».

 

 

Finalmente, Claudio Caniggia debutó en primera el 15 de diciembre de 1985, en el triunfo 3-0 frente a Unión, con 18 años. «Jugaba básicamente como suplente, pero por pedido de la gente entraba un ratito. “No siento la presión. Soy frío, siempre lo dije, y confío en mí. No me importa que haya 70.000 personas, ni un cartel con mi nombre, ni nada. Entro a la cancha y juego…”