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El «Clásico de Castilla», Gimnástica Segoviana – Real Ávila

 

Pongamos que hablamos de fútbol, ¿que se te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra “Clásico”? Seguro que un partido que enfrenta al FC Barcelona contra el Real Madrid, con miles de hinchas por las calles y en el estadio, y una gran cobertura mediática. Cuando se juega un clásico, ya sea en Liga, Copa del Rey o competición europea, los medios de comunicación deportivos intentan cubrir hasta el más mínimo detalle que ocurra en las semanas anteriores, en el día o en el partido en sí.

Aunque no sepas nada de fútbol sabes qué día se juega, a qué hora, qué jugadores van a ser titulares y cuáles se quedan en el banquillo o por desgracia están lesionados. Sabes todo, aunque sea ligeramente. Ahora bien, ¿qué se te viene a la cabeza cuando escuchas “Clásico de Castilla”? A la mayoría de la gente le suena familiar, obviamente, pero realmente no sabrían explicar qué es.

Este partido, que pasa inadvertido para la mayoría de la población, es nada más y nada menos que el séptimo encuentro más disputado del fútbol español por detrás del Atlético de Madrid-Real Madrid, Real Madrid- FC Barcelona, FC Barcelona-Espanyol, Athletic de Bilbao-Real Sociedad, Sevilla-Real Betis y Deportivo de la Coruña-Celta de Vigo. En él, se enfrentan la Gimnástica Segoviana y el Real Ávila. Se trata de un partido en el que, a diferencia del «Clásico de Primera«, no hay casi presencia de los medios de comunicación.

Si quieres seguir un partido de Tercera, lo más probable es que sea por la radio autonómica y si quieres verlo por la televisión en abierto, olvídate, solo retransmiten partidos muy importantes y los playoffs, ah, y por la tv autonómica, claro. Aun con todo esto, en las respectivas ciudades se sigue como si fuera un partido de Champions. Sin duda, un partido que, aunque no mueva millones como un Madrid – Barça, puede que mueva mucha más pasión.

 

Fuente: web oficial Gimnástica Segoviana (foto antigua de un «Clásico de Castilla»)

 

Conociendo a los protagonistas

Segovia y Ávila, son dos ciudades castellanas que se encuentran a unos 65 kilómetros de distancia. Aun estando tan cerca una de la otra, son numerosas sus diferencias.

La ciudad de Segovia se encuentra muy cerca de la mujer muerta. Son numerosas las personas que han viajado a la ciudad castellana para comer el famoso cochinillo o el ponche segoviano, pasear por sus estrechas calles y contemplar edificios tan espectaculares e históricos como el Alcázar, la Casa de los Picos o la Catedral en la Plaza Mayor. Sin olvidarse de su mayor emblema, el Acueducto Romano. Una ciudad pequeña y familiar que se ve representada perfectamente por su equipo de fútbol.

La Gimnástica Segoviana es el resultado de la fusión de varios equipos que se encontraban en la ciudad. No se sabe exactamente el año de su fundación, pero la teoría más popular apunta a que el club nació el 28 de junio de 1928. Se trata por tanto de un equipo con más de 90 años de historia cuyo recorrido futbolístico se centra en la Tercera División, aunque ha pasado por varios descensos a preferente y ha ascendido tres veces a 2B, pero no ha perdurado más que una temporada.

 

 

El último ascenso se produjo en 2017. Su terreno de juego es el Estadio Municipal de la Albuera, que se encuentra a las afueras de la ciudad en el barrio que le da nombre. En sus inicios era de tierra, pero en 1982 llegó el césped y con él, no han vuelto a bajar a regional. Su equipación se compone de elástica a rayas verticales azulgranas y pantalones y medias azules. Un equipo, que juega prácticamente todos los años Playoffs de ascenso y que su vida se podría resumir como una historia de superación continua.

 

Fuente: web oficial Gimnástica Segoviana.

 

La ciudad de Ávila, se trata de una de las más frías de la meseta ibérica. Su famosa muralla medieval intacta divide la ciudad en dos: la de dentro, que se caracteriza por la ciudad vieja, con calles estrechas y con poca luz, y la ciudad fuera de las murallas que es la más moderna. Cabe destacar la preciosa Catedral y el postre típico de las yemas de Santa Teresa.

El Real Ávila fue fundado el 8 de agosto de 1923. Aunque por entonces se denominaba Ávila Fútbol Club. No fue hasta 1925 cuando el Rey Alfonso XIII otorgó el título de Real al equipo abulense. Fue entonces cuando obtuvo el nombre actual. Cabe destacar, que la cruz del equipo a lo largo de su historia siempre han sido los terrenos de juego. Su primer campo quedó destruido tras la Guerra Civil y con él, casi desaparece el club. Desde entonces ha jugado en 4 campos diferentes y durante varios años tuvo que disputar los partidos en su ciudad deportiva, hasta llegar por fin a su estadio actual, el Municipal Adolfo Suárez.

 

 

Al igual que su eterno rival, han ascendido tres veces a 2B, pero su etapa más destacable fue en 1987, ya que permaneció en esta división 8 temporadas. En 1995 regresaría a Tercera, donde juega desde entonces. Su equipación se compone de la elástica roja y las medias y pantalones azules.

 

Fuente: @Deportesavila

 

El Clásico de Castilla

Se trata de uno de los partidos con más rivalidad en la historia del fútbol modesto español. La «Sego» y el Ávila se miden desde hace más de 70 años. El primer «Clásico» se disputó el 1 de febrero de 1948 y se ha jugado en cuatro categorías distintas: en 2B, en Tercera, en Primera Regional y en Segunda Regional. Además, también se enfrentaron en una eliminatoria a partido único de la Copa del Rey, llamada entonces Copa del Generalísimo, en 1948. Los datos son claros. El clásico del fútbol modesto se ha disputado en 112 ocasiones con un balance de victorias de 47 para la Gimnástica Segoviana, de las cuales 34 han sido en la Albuera, y 41 victorias para el Real Ávila, de las cuales 29 han sido en el Adolfo Suarez. En total se produjeron 24 empates. Queda demostrado que, el factor campo es importante en el fútbol. Por ahora lleva la delantera de los «Clásicos» la gloriosa Gimnástica Segoviana.

 

El Adelantado de Segovia (años 70-80).

 

En la temporada 2019-2020 solo se disputó el partido de ida que se celebró en diciembre en Ávila. Con la llegada de la pandemia de la Covid en marzo y con la suspensión de la temporada en Tercera División, la vuelta no se disputó. Por eso el partido del 8 de noviembre de 2020 en La Albuera, tenía un sabor especial. Sería el «Clásico de Castilla» número 113, y el primero de la era “post-Covid”.

Los partidos de Tercera División y de Segunda B, eran los únicos autorizados por el Ministerio de Sanidad en permitir la entrada de público a los estadios. Las últimas semanas antes del «Clásico«, los datos de contagios en Castilla y León aumentaron considerablemente, por lo que dos días antes de la celebración del partido, la Segoviana anunció por Twitter que se disputaría a puerta cerrada. A su vez, anunciaban que iba a ser emitido por TeleSegovia (la 8 Segovia) para que los hinchas del club segoviano pudieran ver el partido. Algunos socios presionaron a la Junta Gestora a través de las redes para poder asistir al encuentro, y para sorpresa de todos, el viernes a media mañana el club segoviano, en otro tweet, comunicaba que, tras haber negociado con la Junta de Castilla y León, se permitía un 33% de aforo. Los aficionados tendrían que asistir al estadio con mascarilla, someterse en la entrada a un test de temperatura y respetar la distancia de seguridad permaneciendo sentados en la grada. El «Clásico de Castilla» se jugaría finalmente con público.

 

Fuente: Diariodeavila.es (años 70-80).

 

El encuentro comenzó a las 17h con homenaje al jugador abulense José Luis Robles Anel por su brillante trayectoria en la Gimnástica Segoviana. A este encuentro se le añadía que el ganador, sería líder en solitario de la tabla. Los dos equipos salieron al campo con el objetivo de anularse el uno al otro. Ninguno de los dos quería cometer errores. Aun con todo esto, el equipo segoviano estaba cómodo en el partido y aunque el Real Ávila dejaba pocos espacios, dos jugadores marcaron la diferencia: Nogueira y Javi Borrego. Este último se movía entre líneas en la banda izquierda buscando huecos. Así llegaría un gran pase a Adeva en el área que sería cortado por Sito, lateral del equipo abulense, pero dejándose una pierna atrás. El árbitro pitaría penalti, pero todas las miradas se fueron al jugador del Real Ávila que yacía en el suelo con gestos de dolor. Se había roto la tibia y el peroné.

Tras ocho minutos en los que el técnico sanitario atendió al jugador, se le llevaron en ambulancia directo al hospital. Los jugadores del club abulense se vieron muy afectados por la terrible acción y les costaría el partido.  El jugador de la Sego, Alex Conde, tiraría el penalti a la derecha a media altura, y sería detenido por Johan, portero del Real Ávila.

La segunda parte fue otra película. El entrenador del Real Ávila, quitaría un mediocentro para añadir un delantero más. Quería salir a ganar el partido y optó por un cambio más ofensivo. Sin embargo, no le salió bien la jugada, ya que el equipo se perdió en el partido. La Gimnástica Segoviana salió más fuerte que en la primera parte. Con la entrada de Gómez como nueve por Adeva, la Gimnástica desequilibró el partido. El jugador de la «Sego» empezó a pelearse con todos los jugadores del Ávila que se le ponían por delante.

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y en una jugada rocambolesca en donde la defensa del Ávila pierde la concentración, Dani Arribas recoge un balón y colocaría el cuerpo para un disparo con la izquierda al palo corto, marcando el gol de la victoria para la Gimnástica Segoviana. Tras el tanto, el Real Ávila, definitivamente no volvería al partido y se vería a un equipo sin rumbo. En los minutos finales, la «Sego» dominaría y con el pitido final traería la alegría de los aficionados que acudieron a la Albuera. La Gimnástica ganaría el «Clásico de Castilla«.

 

Fuente: Antonio Tanarro – El Norte de Castilla (último Gimnástica – Ávila)

 

Sin duda un clásico diferente, raro, sin casi animación y más frío de lo normal, no en cuanto a temperatura, sino en cuanto a pasión. Los aficionados no pudieron abrazarse ni levantarse para celebrar el único gol del partido. La Segoviana se ponía líder del grupo en solitario con 12 puntos.

El fútbol durante el periodo que estuvo entre nosotros la Covid, perdió el calor del aficionado. Ver los partidos por la televisión sin público hacía que perdiera un poco la gracia del deporte. Sin embargo, en eso ganó el fútbol modesto. Ellos si tuvieron el calor de sus aficionados, aunque fuera en menor grado de lo habitual. Fue bonito ver cómo, aun estando en plena pandemia, los aficionados de la Segoviana acudieron a apoyar a su equipo en el partido más importante de la temporada. Ni la Covid pudo con el amor a unos colores, con el amor al fútbol modesto.


Susana Sierra
@_sxsnatm