El campeón del mundo Carles Puyol no debutó con el FC Barcelona en categoría senior, sino que lo hizo en 1995 con el CF Pobla de Segur, el equipo de su pueblo natal, jugando en los duros campos de tierra de la Primera Regional Catalana (sexto nivel de España por aquel entonces). Con tan solo 17 años, y de la mano del técnico Jordi Mauri, compartía alineación junto a su hermano, Josep Xavier «Putxi» y hasta consiguió el ascenso a Preferente.
La historia del Club de Fútbol Pobla de Segur es la de un club humilde, es el equipo de la segunda ciudad más grande del Pallars Jussà, fundado en 1919 por un grupo de jóvenes inquietos y ambiciosos, pero conscientes del reto de sacar adelante una asociación deportiva dotada con pocos recursos. Poco imaginaban que, un siglo después, el equipo seguiría manteniendo vivo un espíritu irreductible y la ilusión de un pueblo de poco más de tres mil habitantes. Actualmente, aún mantiene intacto el espíritu combativo por los campos de Tercera Catalana.
Sus colores: camiseta blanquirroja, por su antigua condición de «Club Athletic», y los pantalones azules son los rasgos distintivos del Pobla. Su campo merece una mención aparte, ya que es de los pocos en Cataluña que todavía es de tierra. Un defecto, sin embargo, que se convierte en ventaja para el equipo local, acostumbrado a jugar sobre la tierra dura, áspera, y donde seguro se sale con alguna rascada. Un lugar inhóspito para los rivales, que aparte del campo, también tienen que hacer frente a una afición combativa, siempre entregada y a veces incluso feroz.
Sin embargo, el rasgo que seguramente ha hecho célebre el CF Pobla de Segur es el de haber sido el equipo donde aprendió a jugar uno de los mejores defensas que ha tenido nunca el FC Barcelona: Carles Puyol. «Litos», como la llaman en el pueblo, creció y maduró como jugador vistiendo de blanquirrojo. Tal como recuerdan muchos de sus compañeros de entonces, el exjugador del Barça era un jugador polivalente, podía jugar en cualquier posición, y de hecho, su lugar natural era en la delantera. Puyol vistió la camiseta del Pobla primero en su juvenil, y posteriormente en su primer equipo.
Jordi Mauri, su descubridor, tenía contactos con el Real Zaragoza y consiguió una prueba para Puyol. «¿Cuándo empezamos?», le dijo el jugador cuando le propuso un plan específico de preparación. Durante meses, cada día a las 7.30 el técnico lo preparaba a conciencia. «Nunca conseguí llegar antes al entrenamiento que él. Tenía una ilusión tremenda, cuando lo normal es tener que pedir más, a él lo tenías que frenar», revela Mauri. Subía rampas, arrastraba palets por el campo de fútbol, reforzaba la musculatura, corrían por el bosque con Zeus, el pastor alemán del entrenador. Como carecían de pelotas medicinales, Mauri rellenó un par de medias de futbolista con 10 kilos de arena para realizar algunos ejercicios. «Cuando llamó el Zaragoza, ya estaba probando en la Masia, y se fue sin pensárselo». «Si me echan será por malo, pero no por gandul», le aseguró Puyol al entrenador.
A pesar de la ausencia de Carles Puyol, el club consiguió firmar una de las épocas más gloriosas de su historia: el ascenso a Preferente, lo que hoy llamamos Primera Catalana. Fue durante la temporada 2002-2003 y, paradójicamente, el jugador estrella de aquel equipo fue el hermano mayor del excapitán azulgrana, Josep «Putxi» Puyol. También jugaba Javi Pérez, mejor amigo de Carles Puyol. El equipo, pues, se proclamó campeón de Primera Territorial (Segunda Catalana), consiguiendo los mejores registros históricos: 74 puntos en 34 partidos, 23 victorias y solamente 6 derrotas, con el añadido de 91 goles a favor y únicamente 41 en contra.
Una temporada memorable para el club y para el pueblo, que todavía recuerda aquellos partidos que conseguían llenar el campo hasta la bandera. El equipo, además, contaba con el apoyo de una afición volcada y organizada en la Peña Bombonera, una grada de animación creada apenas un año antes y formada por los jóvenes del pueblo. Un grupo ruidoso, equipado con bombos, tambores y engalanados con camisetas, bufandas y banderas blanquirrojas, que siempre recibía al rival con una célebre pancarta que rezaba (y aún reza) «Benvinguts a l’infern (bienvenidos al infierno)». Incluso editaron un disco con los cánticos que entonaban en cada partido, y donde también hay una canción dedicada a Puyol, cuando todavía llevaba el número 24 en la camiseta del Barça y daba sus primeros pasos como futuro jugador imprescindible del equipo.
Pero todo lo que sube acaba bajando, y en el caso del Pobla, esta norma no fue una excepción. La temporada siguiente, el club, ante el reto de tener que jugar con equipos mucho más profesionales y tener que hacer desplazamientos largos (incluso en Barcelona), quedó penúltimo de la categoría y descendió. Desde entonces, el equipo ha seguido compitiendo en categorías inferiores, principalmente en Tercera Catalana, aunque durante la temporada 2013-2014 pudo jugar en Segunda.
A pesar de los pocos éxitos, el CF Pobla de Segur ha mantenido fiel a sus principios durante estos últimos años. Un equipo nutrido de jóvenes poblatans y pallareses, e incluso con algunos de los jugadores que en 2003 lograron el memorable ascenso. Un once siempre al ataque pero con una defensa sólida, que actualmente lucha por las primeras posiciones del grupo 14 de Tercera Catalana, junto con su principal rival, el CF Tremp. El derby pallarès, de hecho, es uno de los partidos más esperados en la comarca por la gran rivalidad entre las dos poblaciones, por la dureza del juego, pero sobre todo por la emoción y la intensidad que impregnan el ambiente en cada encuentro.
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Tomàs Garcia Espot