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Pelé en la selección de Brasil, promesas cumplidas

 

La bossa nova es un género musical de la música popular brasileña derivado de la samba y con una fuerte influencia del jazz. En sus inicios, el vocablo se usó para designar una nueva manera de cantar y tocar la samba y vino a ser una «reformulación estética» dentro de la moderna samba urbana carioca. Basándose en una instrumentación simple y un elegante manejo de las disonancias, desarrolló un lenguaje propio con un íntimo lirismo.

Si la cultura brasileña encontró su forma de expresión e identidad musical en ella, en el fútbol la encontró en la figura de Pelé, ya que no existen las palabras para describir lo que supuso la irrupción de “O Rei” para su país a nivel deportivo y social. Sobre sus hombros cargó con la responsabilidad del Maracanazo, la promesa de devenir campeón del mundo, y el amor de todo un país. Y se convirtió en un hombre que cumplió todas las promesas: las que hizo a su padre, a su país, y a sí mismo. Un futbolista tricampeón del mundo que lo cambió todo, o todo cambio con él.

 

 

El sueño de la primera llamada de la canarinha

A mediados de los años 50 Pelé era muy popular en el ambiente paulista, pero no a nivel nacional. Eso cambió tras un torneo realizado en el Maracaná, entre equipos brasileños y europeos. Santos y Vasco da Gama formaron un combinado (vistiendo la camiseta de la Cruz de Malta), en el que figuró Pelé con 16 años. En el partido del debut ante el Os Belenenses de Portugal, convirtió tres goles, el primer hat-trick de su carrera. Jugó también ante el Dinamo de Zagreb, Flamengo y São Paulo, anotaron un gol en cada partido.

Vicente Feola, seleccionador de la absoluta de Brasil, estuvo presente en el palco y quedó totalmente prendado de aquella promesa. Así llegó la primera convocatoria de Pelé ante Argentina un 7 de julio de 1957, en Maracaná para la Copa Roca, y aunque anotó, Brasil perdió 2-1. Tres días después, en el mismo torneo, y nuevamente ante Argentina en el estadio Pacaembú, Brasil ganó 2-0 anotando Pelé uno de los goles. Así, el joven no solo lograba reconocimiento nacional sino internacional, anotando además sus dos primeros goles con «la verdeamarela».

 

 

Con la marcha de Emanuele Del Vecchio al Milan, Pelé se consolidó como titular en el Santos, y en 1958 anotó 58 goles en 38 partidos, aportación clave para acabar ganando el Torneo Paulista. Aquello le catapultó definitivamente para la convocatoria para el Mundial de 1958. Pero otra vez un contratiempo apareció en su camino. Un médico de la canarinha desaconsejó su convocatoria para el Mundial de Suecia. ¿El motivo? El joven tenía los pies planos. Solo una sublevación del resto de jugadores hizo cambiar de opinión al entrenador. Así pues, finalmente fue convocado a pesar de las quejas de gran parte de los seguidores brasileños, que criticaron que aquel joven de tan solo 16 años tomara el sitio del consagrado Luizinho.

 

 

Tal fue el revuelo, que la Federación Brasileña de Fútbol, ante las críticas, decidió organizar un partido amistoso para mostrar a los críticos que Pelé era una buena elección, y aquello terminó de la peor forma. Brasil no solo perdió el partido, sino que Pelé se lesionó la rodilla. A pesar del desastre, acabó formando parte de la expedición que viajaría a Suecia.

Por suerte, se recuperó antes de los cuartos de final, y llevó a la Canarinha hasta la consecución de su primera Copa Jules Rimet junto a otras leyendas como Garrincha o Didí tras derrotar a la URSS de Lev Yashin, a Gales, a la Francia de Kopa, y en la final a la anfitriona Suecia. Y lo hizo logrando un ‘hat trick’ y anotando en total 6 goles en el torneo, todo con 17 años. Es así como Brasil se convirtió en la única selección americana campeona en una Copa del Mundo en Europa, honor que aun a día de hoy mantienen. Después de la final, Pelé y sus compañeros interrumpieron las celebraciones para coger la pelota con la que se había jugado el partido y se la regalaron como dedicatoria al ‘Negro’ Américo, el masajista de la selección brasileña. Un humilde gesto para la eternidad.

 

 

 

El Mundial de Chile de 1962

Cuatro años después de la consecución de la primera copa Jules Rimet, Pelé contaba ya con 21 primaveras y logró incluso hacer un gol en su debut, pero lo que prometía ser un certamen escandaloso para el talentoso brasileño, fue un verdadero calvario. Por el exceso de partidos jugados, se le diagnosticó un esguince inguinal, lo cual hizo que sintiera punzadas en el músculo abductor.

Brasil estaba situada en el Grupo 3, en Viña del Mar, con España, Checoslovaquia y México. El primer partido contra México, que jugó, sobre todo durante la primera parte (que terminó 0-0), con bravura y con una gran actuación de Antonio «La Tota» Carbajal. Para la segunda parte y variando su clásico 4-2-4 por un novedoso para la época 4-3-3, Brasil ganó 2-0 con goles de Zagallo y Pelé en gran jugada individual. En el segundo partido ante Checoslovaquia, su ingle no daba más y hacía que Pelé cayera fulminado del dolor. Como no había sustituciones para la época, debió permanecer en el partido cojo y desprotegido y, pese a que los checos jugaron limpio a Pelé para evitarle un agravamiento de su lesión, “O Rei” no jugó ni un minuto más en ese Mundial.

 

 

El siguiente partido de Brasil fue ante España con victoria de la selección canarinha por 2-1. En los cuartos de final se enfrentaron a Inglaterra. Con un Garrincha en su mejor momento, ganó Brasil por 3-1. Antes del partido contra Chile, se dijo que Pelé, probablemente en caso de que Brasil los venciera en semifinales, podría disputar la final. Ganaron, pero cuando Pelé ingresó al entrenamiento con sus compañeros, de nuevo comenzó a sufrir dolores en la ingle y no pudo disputar la final ante Checoslovaquia. El partido terminó 3-1 con victoria brasileña, si bien Pelé no disputó mucho de aquel Mundial, entre Garrincha y Amarildo hicieron que no se extrañara demasiado al Rey.

 

 

El primer adiós a la canarinha… y el gran retorno

Después de su pobre aportación en la Copa del Mundo de Inglaterra en 1966, Pelé renunció a la selección brasileña. Fue precisamente en aquel periodo cuando se casó con Rosemeri Cholbi, su pareja hasta 1978. Pero por no estar presente en gran parte del matrimonio por sus compromisos como deportista, a posteriori llegaron al acuerdo de divorciarse. A pesar de esto, los años en los que estuvieron juntos formaron una familia de cuatro hijos: Kelly, Cristina, Edinho y Jennifer.

 

 

El Santos siguió disfrutando de sus servicios, y para octubre de 1969, anotó su gol 1000, de penalti contra su Vasco. Una efeméride que dio la vuelta al mundo. Así pues, en vísperas del Mundial de 1970, las dos firmas de material deportivo más potentes de por aquel entonces, Adidas y Puma, llegaron a un pacto: ninguna de las dos intentaría patrocinar a Pelé para evitar una guerra mediática sin cuartel. Así que el 10 tuvo que viajar a México con unas botas de la marca inglesa llamada Stylo.

Poco después, contra todo pronóstico, Puma finalmente rompió el pacto de caballeros y antes del inicio del torneo, Pelé recibió la visita de Hans Henningsen, un periodista con alma de comercial que ya se había ganado la confianza de buena parte del vestuario brasileño. Este le presentó una jugosa oferta para llevar las botas de la marca que representaba: 125.000 dólares y un porcentaje de las ventas. Lo curioso del caso es que Hans lo hizo totalmente por su cuenta, sin haberlo consultado previamente con la propia marca. Armin Dassler, propietario de Puma, finalmente dio el visto bueno a la operación ante la ira de su hermano, propietario de Adidas. Henningsen pidió a Pelé que hiciese lo posible para que las cámaras de televisión enfocasen sus botas (México’70 fue el primer Mundial televisado en color), y el brasileño no le defraudó.

 

 

La turbulenta previa del Mundial de 1970

Brasil preparaba el Mundial de México a las órdenes de su seleccionador, el periodista João Saldanha, un curioso personaje que también había sido jugador del Botafogo y que era miembro del Partido Comunista de Brasil. Joao Havelange, presidente de la Federación Brasileña de Fútbol, lo nombró seleccionador pensando que así la prensa suavizaría sus críticas a la selección, aunque fue todo lo contrario.

El 26 de abril de 1970, Brasil recibió a Bulgaria en São Paulo para jugar un amistoso de preparación. Saldanha no confiaba en Pelé, que venía de hacer una temporada más bien discreta con el Santos. El puesto de ‘diez’ lo tenía más que bien cubierto con Rivelino, Clodoaldo, Gerson y Tostão. Así que Pelé fue suplente, saliendo en la segunda parte, con el dorsal ‘13’, casi una herejía. Además, Brasil no pasó del empate a cero.  Arreciaron las críticas de la prensa: no hubo corporativismo y los periodistas se pusieron del lado de Pelé y criticaron duramente a Saldanha, que fue fulminantemente destituido.
Le suplió Mario Lobo Zagallo, que había sido compañero de vestuario de Pelé en los Mundiales de 1958 y 1962. El nuevo seleccionador no se quiso complicar la vida: dejó que los jugadores organizasen la alineación en el amistoso que se jugó tres días después, Brasil-Austria en el Maracaná. La canarinha estaba concentrada en el hotel Das Palmeiras de Río de Janeiro y en la habitación de Pelé se reunieron Clodoaldo, Gerson, Tostão y Rivelino. Llegaron a un acuerdo histórico. Jugarían todos: Rivelino como extremo zurdo, Gerson en el interior derecha, Tostão de ‘nueve’ y Pelé, en la posición de ‘diez’. Y lógicamente, con el dorsal ‘10’. Brasil ganó ese amistoso por 1-0, con gol de Rivelino.

 

 

La tricorona se levantó en México

Después de clasificar en su grupo con todos los partidos ganados y como favoritos a la reconquista mundial, en el Grupo 3, Brasil enfrentaría a Checoslovaquia, los defensores del título, Inglaterra y Rumania. El 3 de junio en 1970 se enfrentaban en Guadalajara los brasileños ante Checoslovaquia. Petras puso adelante en el marcador a Checoslovaquia, pero Rivelino de tiro libre empató, y unos minutos más tarde, Pelé hizo su famoso tiro de mitad de cancha que estuvo cerca de vencer al portero Ivo Viktor. Así terminaba el primer tiempo. En la segunda parte Brasil se puso adelante con un gol de volea de Pelé y dos goles de Jairzinho que liquidaron el partido que terminó 4-1.

 

 

El 7 de junio jugaron ante Inglaterra en Guadalajara. Fue el mítico match en el que Gordon Banks le paró de manera fantástica un cabezazo a Pelé en la conocida como “La Parada del Siglo”. En la segunda parte, una jugada por la banda de Tostao permitió que Jairzinho, a pase de Pelé, anotara el 1-0. En los últimos minutos, de nuevo Hurst intentó vencer a Félix, pero el balón se fue por encima de la portería. Brasil ganó 1-0. En el último partido ante Rumania en Guadalajara, Pelé anotó dos goles, uno de tiro libre espectacular y Jairzinho anotó el tercero. Rumania a base de coraje logró descontar y al final el partido terminaría 3-2 a favor de Brasil.

Para los cuartos de final, los brasileños enfrentaron a Perú. Entrenados por Didí, los peruanos fueron la gran revelación del campeonato con Teófilo Cubillas, Hugo Sotil y Héctor Chumpitaz entre otros. Con un partido de casi 50 oportunidades de gol por equipo, el partido terminó 4-2 a favor de los brasileños. Para las semifinales, Pelé y su equipo enfrentaron a Uruguay. Después de que Cubilla adelantara a los uruguayos con un tiro en semifallo, al final de la primera parte Clodoaldo empató. En la segunda parte, Jairzinho y Rivelino liquidaron el partido. En los últimos minutos, Pelé dribló sin tocar el balón al guardameta Mazurkiewicz en una mítica jugada, aunque en el remate la pelota no dio el efecto deseado y se fue a centímetros del poste. Así concluyó el partido.

 

 

La final en el Estadio Azteca ante los italianos fue un espectáculo. Después de un centro de Rivelino, Pelé de cabeza anotó a los 15 minutos. A los 37 minutos, Roberto Boninsegna aprovechó un error de Clodoaldo y batió a Félix sin problema. Así terminaba la primera parte con empate a un tanto. En la segunda parte Brasil salió a todo o nada y Gérson aprovechó el máximo espacio disponible y batió al portero Enrico Albertosi con un gol de fuera del área. Unos minutos después, Gerson con mucho espacio enviaba el balón al área, Pelé cabeceó y Jairzinho en el área anotó y se convirtió en el único jugador que ha anotado en todos los partidos de una Copa del Mundo. A 4 minutos del final Clodoaldo hizo una gran jugada en el medio, pasa a Rivelino y este a Jairzinho, este pasa a Pelé que presiente venir de atrás a Carlos Alberto. Sin verlo, Pelé envió la pelota y con un metrallazo Carlos Alberto vence a Albertossi. Era el final.​ El estadio enloqueció. Los cazadores de recuerdos en instantes le quitaron la camiseta a Pelé y por poco los pantalones. En la entrega de la Copa Jules Rimet, Carlos Alberto la levantó y Brasil se convirtió por tercera vez campeón mundial. Pelé se convirtió en el primer jugador en ganar 3 copas mundiales como jugador. La tricorona de “O Rei”.

 

 

El adiós a la selección de Brasil

La fatiga de tantos años al máximo nivel empezó a afectarle, por lo que decidió empezar a despedirse del que había sido su hogar, primero de la selección. El 18 de julio de 1971 fue su último partido con la camiseta verde oro ante Yugoslavia. El partido terminó empatado, pero todo el público tomó la oportunidad para despedirse del mejor jugador del mundo de por aquel entonces.

En los 14 años que formó parte de la selección nacional, anotó 77 goles en 92 encuentros, lo que le convirtieron en el máximo goleador histórico del equipo hasta la irrupción de Neymar. En total, Pelé participó en cuatro Copas Mundiales, de las que fue campeón en 1958, 1962 y 1970, siendo el futbolista que más veces y más joven la obtuvo. Anotó un total de doce goles en Mundiales y fue elegido como mejor jugador en 1970 y el mejor jugador joven en 1958. En 1959 alcanzó el subcampeonato de la Copa América en su única participación en el certamen.