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Dejan «Rambo» Petković, el yugoslavo con corazón brasileño

 

Dejan Petković fue una auténtica leyenda del Brasileirão, y solo la FIFA pudo evitar que llegara a formar parte de la selección brasileña aferrándose a su pasado en la extinta selección yugoslava. Todo lo contrario pasó en España, donde el 10 mostró su peor versión y nunca encajó. También tuvo oportunidad de jugar en otros países, además de su Serbia natal, como China, Arabia Saudita e Italia, donde también pasó con más pena que gloria.

«Guti era un poco vago, y Capello la pagó conmigo un día. Estábamos en un entrenamiento y Fabio se peleó con Guti… y de pronto, se vino para mí y me dijo: ‘¡Y tú, serbio, no vas a jugar nunca más conmigo en el Madrid!. Porque tú no eres jugador para este club. Yo me acerqué… y le dije: ‘Pues míster, si ha tardado seis meses, desde que llegué, en darse cuenta de que no soy jugador para el Madrid, usted, perdóneme, pero no puede ser técnico de este club’.

Esta «cita de presentación» define perfectamente el paso Dejan «Rambo» Petković por el club de Chamartín. Un momento de su loca carrera que prácticamente lo cambió todo. Y eso que llegó bajo el mandato de Lorenzo Sanz (Petković fue fichado previamente cuando Lorenzo Sanz ocupaba la vicepresidencia) por 500 millones de pesetas como un fichaje que intentaba hacer sombra al de su compatriota Pantić por el Atlético de Madrid, aunque el rendimiento de este último fue años luz mejor.

 

 

Dejan tenía talento, eso no lo podía negar nadie y hasta llegó a jugar en siete ocasiones con la selección yugoslava, marcando un gol. Era un clásico 10, jugador hábil dotado de un fútbol técnico y exquisito, de pase, toque y un gran ejecutor de tiros de esquina (anotó varios goles olímpicos), tiros libres y penales.

Su trayectoria deportiva se inició el 1988 en el Radnički Niš donde debutó en Primera División con tan solo 16 años y fichó tres años después por el vigente campeón de Europa de aquel año, el Estrella Roja de Belgrado. En 1995, el Real Madrid Club de Fútbol con Jorge Valdano y Ángel Cappa en el banquillo se hizo con sus servicios aunque acabó cedido al Sevilla en 1996 y al Real Racing Club de Santander en 1997, saliendo totalmente por la puerta de atrás. Acabaría jugando solamente 5 partidos de Liga en el Real Madrid, y la llegada de Fabio Capello aún empeoró mucho más las cosas para él.

 

 

En 1997 se atrevió a dar un giro radical a su trayectoria deportiva e hizo lo casi nunca visto por un jugador serbio, irse a la liga brasileña. El club de destino fue el Vitória brasileño, con el que jugó hasta 1999, en ese mismo año decidió volver a Europa para unirse al Venezia. Su paso por el fútbol italiano tampoco funcionó y volvió a Brasil, donde permaneció la mayor parte de su carrera.

 

 

A partir de entonces en el 2000 jugó en uno de los equipos más populares, el Flamengo, luciendo el 10 de Zico hasta el 2002 y en el Vasco da Gama del 2002 a comienzos del 2003, para posteriormente escaparse al Shanghai Shenhua chino en el 2003.

 

 

En 2004, volvió al Vasco da Gama, y fue curiosamente ese año cuando se empezó a rumorear una posible convocatoria por la selección de Brasil, aferrándose a que su país de origen «desapareció» para convertirse en otro país, pero finalmente al no poder conseguir la nacionalidad brasileña todo acabó en una simple anécdota.

 

 

No tardo en irse, esa vez al Al-Ittihad en el 2005. En este equipo jugó apenas y volvió en 2005 a Brasil, al Fluminense, en el que estuvo durante dos temporadas. Después jugó en el Goiás Esporte Clube, Santos Futebol Clube, Atlético Mineiro y su regreso a mediados del 2009 al club que le dio más alegrías el Flamengo donde se retiró en 2011 con 39 años.

 

 

Dejan Petković es considerado hoy día como uno de los mejores jugadores extranjeros que ha pasado por la historia del fútbol brasileño, donde es conocido primero como «Pet» y más popularmente como «Rambo». Su máximo nivel lo ofreció a la afición del Flamengo, donde fue ídolo total, es recordado con cariño y fervor por la hinchada del «mengao», por su calidad técnica, verticalidad y gran juego. En la retina de los «torcedores» quedarán por siempre sus pases, sus goles olímpicos y sobre todo aquel gol de tiro libre, que le dio un histórico tricampeonato carioca en el 2001 frente a su archirrival: el Vasco de Gama, en el minuto 43 del segundo tiempo, si ese gol no entraba, perdían el campeonato por diferencia de goles.

Su relación con el Flamengo acabó de la peor manera, en los tribunales, a causa del impago por parte de la directiva de una parte de su sueldo, así que en 2009 tras el juicio pudo recuperar el dinero adeudado, y dejó claro que no tenía nada en contra del club de sus amores.

Para entender mejor su influencia en el fútbol brasileño y en el Flamengo os recomendamos el visionado del documental «Petković: O Gringo Mais Querido do Brasil».