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Pablo Aimar en el Sport Lisboa e Benfica

 

Pablo Aimar vistió los colores del Sport Lisboa e Benfica de Portugal durante 5 temporadas, en las que acabó triunfando a pesar de sus lesiones y la presión mediática a la que fue sometido. Llegado a la Primeira Liga en 2008, fue fichado personalmente por el ídolo local, Rui Costa (director deportivo por aquel entonces), por una cantidad cercana a los 6,5 millones de euros.

44 asistencias, incluyendo un pase de rabona de 40 metros, 179 partidos oficiales y 17 goles, fueron sus números finales en Portugal. De 2008 a 2013, el argentino también sumó a su palmarés una Liga portuguesa (2010) y cuatro Copas de la Liga (Taça da Liga: 2008–09, 2009–10, 2010–11, 2011–12), sin olvidar el subcampeonato en la Europa League tras caer ante el Chelsea en la final.

 

 

«Creo que mi mejor versión fue en Lisboa, con el Benfica. Era un gran equipo, donde yo jugaba bien como número 10, detrás de Javier Saviola y Cardozo. Con Di María en una banda y Ramires, el brasileño, en la otra. Considero que fue cuando jugué mejor y que estaba bien físicamente».

 


 

La estrella da Luz

Pablo Aimar, tras dejar el Real Zaragoza, se incorporó en plena preparación para la previa de la Champions League, para ponerse bajo las órdenes del entrenador español Quique Sánchez Flores, con el que ya coincidió dos temporadas antes en el Valencia CF. Tras la llegada de su nueva estrella, el técnico madrileño se congratulaba del fichaje: «Su llegada supone una gran ilusión para los hinchas del Benfica».

 

 

Los inicios de «El Payaso» fueron muy difíciles, con un rendimiento muy por debajo de lo esperado, en parte, debido a las lesiones, lo que aumentó desmesuradamente la presión de la grada del Estádio da Luz que incluso lo llegó a recibir entre silbidos en más de un partido. Una reacción justificable, ya que el jugador solo había podido disputar la mitad de los minutos ligueros en Portugal con un rendimiento mediocre.

La indignación llegó a tal punto que el SL Benfica pidió oficialmente explicaciones al Real Zaragoza, amenazando incluso con la denuncia ante los comités deportivos, alegando una supuesta ocultación de datos en los informes médicos que el equipo maño había entregado al club de Lisboa. Sin embargo, conforme pasaron las semanas, Aimar fue entrando en los partidos y durante la segunda parte de la temporada subió un poco su nivel, logrando un gol en copa, otro en liga y numerosas asistencias.

 

 

Tras el fulminante despido de Quique Sánchez Flores, y la llegada de Jorge Jesús, Aimar exhibió su mejor versión, ocupando un lugar privilegiado en el esquema táctico. Sus arrancadas desde el medio del campo, su capacidad para filtrar pases y la destreza que desplegaba para sortear contrarios eran jaleadas sin descanso por la afición de las «Águilas».

Cuando Saviola, de 28 años, se unió al Benfica en 2009, revivió una sociedad con su compatriota que había prosperado en el CA River Plate antes de la partida de Aimar en enero de 2001 con dirección al Valencia CF. Saviola afirmó: «Nunca he jugado con otro jugador que sepa dónde voy a estar o que simplemente levante la cabeza sabiendo lo que voy a hacer».

 

 

Aimar se mostró de acuerdo: «Siempre vemos las mismas cosas, siempre se está moviendo en la dirección en la que pensaba que iba a ir, y creo que lo mismo le sucede a él. Es por eso que tenemos una comprensión especial y por eso nos gusta jugar juntos. Nos gusta estar en el mismo equipo», finalizó.

La llegada de Di María dotó al equipo de más potencia ofensiva, llegando el clímax en 2010, cuándo tras vencer por 2 a 1 al Río Ave, los lisboetas se proclamaron vencedores de la liga portuguesa en la última fecha del torneo, impidiendo así que el Sporting de Braga coronara su sorprendente campaña. La evolución del juego de Pablo Aimar no acabó allí, y siguió su trayectoria ascendente hasta que en 2011 recibió el reconocimiento como mejor jugador del Benfica SL de aquella temporada.

 

 

El adiós a Lisboa

«Este es ese día que ningún aficionado quería que llegase, pero desgraciadamente es el fin del ciclo de Aimar en el Benfica. Considero que todos estamos agradecidos por lo que nos dio y por la magia que desplegó en el campo», aseguraba Rui Costa el 6 de junio del 2013 en una emotiva rueda de prensa de despedida. «Queremos formar parte de la historia de la carrera de Aimar, y él va a estar para siempre en la historia de nuestro club», apuntillaba el director deportivo lisboeta, artífice de su fichaje.

 

 

El argentino, de 33 años, hizo gala de caballerosidad hasta el último día, incluso cuándo estuvo relegado al banquillo, y asumió su suplencia sin quejas ni críticas. «Gracias por la forma en que me trataron, a mí y a mi familia. Fueron cinco años excelentes».

Aimar se despedía así del conjunto encarnado tras haberse hecho un hueco entre sus mayores leyendas. «Hay personas que siempre nos hacen sentir nostalgia y Aimar es una de ellas. Además de ser un genio en el fútbol, como ser humano es un ejemplo, y lo que transmitía dentro del campo era lo mismo que transmitía fuera», destacaba el presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira, en la hora del adiós.