Georgi Kinkladze fue posiblemente el mejor jugador georgiano de la historia, y despuntó a comienzos de los años 90 en el Football Club Dinamo Tiflis y con la selección georgiana. Algo que le valió para jugar en clubes como el Manchester City, AFC Ajax, Derby County y el Rubin Kazán, al que se le sumó un breve periodo de prueba en Boca Juniors.
Georgi Kinkladze nació el 6 de julio de 1973 en Tiflis, capital de la República Socialista Soviética de Georgia. Su padre Robinzon, ingeniero de profesión, quería que el hijo fuese futbolista y con seis años le apuntó en las categorías infantiles del Dinamo Tiflis, el club más importante del país. Además le sometió a un estricto entrenamiento, con una tabla de ejercicios personal e incluso clases de baile tradicional (mtiuluri) para mejorar su coordinación, por idea de su madre Khatuna. Georgi progresó hasta llegar al filial, donde coincidió con Shota Arveladze, futuro compañero en la selección.
Al poco tiempo de que la Federación de Georgia montase su propio sistema de ligas independiente de la URSS, Kinkladze recibió una oferta del Mretebi Tiflis, el primer equipo de la capital con estructura profesional. Corría el año 1990 y en aquel momento solamente tenía 16 años, pero se hizo un hueco en el once titular. Al finalizar 1991 el Mretebi fue campeón de segunda división y logró el ascenso a la máxima categoría. Y en la campaña 1991-92 de la Umaglesi Liga, Georgi fue el más destacado del plantel con 9 goles en 30 partidos que sirvieron para asegurar la permanencia.
El Dinamo Tiflis contrató a Kinkladze para la temporada 1992-93 en un traspaso valorado en un millón de rublos, del que no llegaron a pagar toda la cantidad. Al poco tiempo, Georgi debutó con la selección de Georgia en partido oficial frente a Azerbaiyán. El saldo con los blanquiazules fue muy positivo. En el año de debut logró el doblete (liga y copa) y marcó 14 goles en 30 partidos como mediapunta titular. La edición 1993-94 le resultó complicada a nivel personal, si bien en el Dinamo mantuvo un buen registro goleador (13 tantos en 14 partidos), el recrudecimiento de la guerra civil georgiana obligó al Dinamo a ceder a los mejores futbolistas al extranjero para garantizar su seguridad. Kinkladze fue enviado en marzo de 1994 al Saarbrücken de la Segunda División de Alemania. Disputó 11 encuentros sin llegar a adaptarse a la liga germana y tres meses después regresó a su país, donde fue galardonado con el premio al Futbolista Georgiano de 1993.
Antes de que comenzase la temporada 1994-95, la directiva del Dinamo intentó traspasarle sin éxito a varios equipos de España, entre ellos el Atlético de Madrid y el Real Madrid. Sí llamó la atención de los ojeadores del Boca Juniors argentino, que le ofrecieron un periodo de prueba. Kinkladze llegó a Boca Juniors junto a otro fichaje exótico, el internacional camerunés Tchami, y ambos pudieron conseguir el sueño de conocer a su ídolo Diego Armando Maradona.
Mientras el delantero africano consiguió un sitio en la plantilla, el georgiano no duró ni dos entrenamientos debido a su tozudez. El técnico Silvio Marzolini lo descartó inmediatamente al ver la insistencia del jugador por jugar por el centro, posición que ya contaba con Alberto Márcico como enganche titular y quería a un extremo.
Por esta razón regresó al Dinamo y allí sobresalió por completo: sus 14 goles en 21 partidos y su asociación con el ariete Aleksandr Iashvili significaban un tercer doblete consecutivo de liga y copa, valiéndole su fichaje por el Manchester City.