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El FC Spartak de Moscú de principios de los años 90

 

El FC Spartak de Moscú de principios de los años 90 siempre será recordado por disponer de un plantel formado por futuras estrellas del fútbol ruso, pero también por hacer sucumbir al Nápoles de Maradona y ser el único club ruso en ganar en el Bernabéu. De 1990 a 1993 el club ruso consiguió 2 campeonatos de liga rusa (1992 y 1993), 1 copa de la URSS (1992), 1 subcampeonato de liga de la URSS (1991), y además fue semifinalista de la Copa de Europa de 1991, y de la Recopa de Europa de 1993.

Stanislav Cherchesov, Viktor Onopko, Dmitri Popov, Vassily Kulkov, Valeri Karpin, Aleksandr Mostovói, Igor Shalimov, Igor Lediakhov, Vladimir Beschastnykh o Dmitri Radchenko, fueron algunos de sus jugadores emblema que posteriormente triunfarían en el extranjero o en el Mundial de Estados Unidos de 1994.

 

 

Oleg Ivánovich Romántsev, el arquitecto del milagro

Con la disolución de la Unión Soviética en el horizonte y la reciente llegada de Oleg Romántsev al banquillo tras once años de Konstantin Beskov al frente del equipo, el Spartak comenzaba una nueva década de cambios que le traería éxitos inmediatos. Tras las marchas de Aleksandr Bubnov, Fyodor Cherenkov y Sergey Rodionov al modesto Red Star de París, algo raro por aquel entonces, ya que en los países comunistas no era habitual que los jugadores se marchasen al extranjero, el equipo estrenó década en la quinta posición de la liga de la URSS de 1990. Por entonces la Unión Soviética ya agonizaba, y los equipos del Báltico y de Georgia ya no tomaron parte de la competición. No obstante, el campeonato ganado por el FC Spartak de Moscú en 1989 le daba un billete para la Copa de Europa de la temporada 1990-1991.

 

 

En la primera ronda del torneo el rival fue el campeón checoslovaco, el Sparta de Praga, todo un hueso teniendo en cuenta la cantidad de rivales de ligas menores que estaban disponibles en esa temprana ronda. Un 2-0 en cada partido (4-0 en el parcial total) da la clasificación a los moscovitas, que en la siguiente eliminatoria se miden al Nápoles de Maradona.

 

 

Hubo al menos 300.000 solicitudes de entradas para asistir al partido por parte de los aficionados del Napoli, aunque solamente 102.000 fueron los aficionados al fútbol que lograron ingresar al estadio CS VI Lenin de Moscú aquel 7 de noviembre de 1990. El Spartak de Moscú de Oleg Romántsev recibía al Napoli de Albertino Bigon o, mejor, el Spartak de Moscú de Aleksandr Vladímirovich Mostovói recibía al Napoli de Diego Armando Maradona para definir la eliminatoria de octavos de final de la Copa de Campeones 1990-1991 (la actual UEFA Champions League). Habían igualado 0 a 0 en la ida disputada en Italia. Tocaba ahora definir en Rusia. Nada podía salir mal para el doble campeón italiano, excepto una cosa impensada, improbable, una locura… que finalmente ocurrió. Diego no salió entre los 11 del equipo italiano. «Cuando nos tocó el Nápoles, todo el equipo y todo el país se quedó alucinado. Ahora tenemos a Messi, Ronaldo… pero antes solo había uno: Maradona. El primer partido lo jugamos allí, en Italia. En aquella época teníamos un equipo bastante bueno, éramos jóvenes, estaban Karpin, Kulkov y algunos más, y no le teníamos miedo a nadie, aunque el nombre de Maradona nos imponía respeto» recuerda Mostovói.

 

 

La ida de la eliminatoria se había jugado el 24 de octubre de 1990 en el estadio San Paolo de Nápoles ante 71.000 personas y finalizó igualado sin goles. «En Nápoles empatamos 0-0 aunque tuvimos unas cuantas ocasiones de gol claras, yo hice un palo con un remate de cabeza e incluso pudimos ganar. Hay que tener en cuenta que el Nápoles en aquella época era un equipo muy potente, doble campeón de Italia. Pero lo más fuerte es lo que pasó aquí en Moscú… Maradona no llegó con el resto del equipo, llegó a Moscú el mismo día del partido con su avión privado. Tú imagínate, en aquel tiempo, que nos contaran a nosotros, que vivíamos en un sistema comunista, que había un jugador que viajaba en avión privado, cuando a veces no teníamos ni buenos guantes para los porteros. Cuando nos lo explicaron, yo pregunté que qué era eso de un avión privado, sencillamente no lo podía entender. El partido de vuelta fue en noviembre, aquí (en Moscú) ya nevaba. Luzhnikí, lleno a reventar. Fue una locura. Maradona no salió de titular, se quedó en el banco. No sé si fue por el entrenador o fue él el que no quiso jugar. Terminamos la primera parte empatados a cero y luego ya salió él como reemplazo de Zola… no veas, el público se volvió loco. Pudimos aguantar, porque en la segunda parte el Nápoles jugó mejor que nosotros. Acabamos empatados a cero, jugamos la prórroga y fuimos a penaltis, que de eso es de lo que se acuerda todo el mundo. Nos llamó Romántsev y nos preguntó que quién iba a tirar. Yo pedí ser el último porque pensaba que así me libraría y la tanda se resolvería antes de que me tocara.  Nadie estuvo en contra… pero lo que acabó pasando es que mi último penalti acabó siendo el decisivo. Nosotros marcamos cuatro y un defensa suyo falló. Luego tira Maradona, marca… y ahí me tienes a mí, el último. Estábamos en el centro del campo esperando y me quedé solo. Fui andando al punto de penalti y no sé qué me pasó por la cabeza… y marco. Marco y ya está, me voy corriendo, todo el mundo vino a abrazarme y fue un momento increíble. Fuimos a una cafetería después del partido que estaba al lado del estadio. Allí nos esperaban muchos amigos. Piensa que en Moscú tampoco había nada que hacer, en la ciudad había cuatro restaurantes, pero para nosotros, con veinte años, aquello fue increíble…», sentenció sobre aquella gesta Mostovói.

 

 

Los soviéticos batieron por 5-3 a los italianos en la tanda de penaltis, y en cuartos les esperaba el Real Madrid, entrenado por Alfredo di Stéfano y con Emilio Butragueño como gran figura. El conjunto merengue venía de anotar 21 goles en sus dos eliminatorias anteriores. El partido de ida se disputó en el hielo de Moscú, acabando en un 0-0 que contentaba a ambos. Pero dos semanas después, un Santiago Bernabéu abarrotado presenció la machada de los soviéticos, que remontaron el gol de Butragueño a los diez minutos y se hicieron con el encuentro, y por ende la eliminatoria, por 1-3 con doblete de Radchenko. En las semifinales finalizó el sueño europeo del Spartak, que cayó en manos del Olympique Marsella por un parcial de 5-2.

 

 

Esa temporada el equipo ocupó la segunda posición de la última liga de la Unión Soviética, que ganó el Dinamo Kiev. Al final de la misma, y durante los meses posteriores, el equipo vivió una auténtica deserción en sus filas, debido al creciente interés de los demás conjuntos europeos en sus principales estrellas. Kulkov y Mostovoi se marcharon al Benfica, Shalimov al Foggia y Shmarov al Karlsruher, entre otros. A pesar de las bajas, el Spartak ganó fácilmente la primera liga rusa, sin tanta competitividad como la antigua soviética, y la última Copa de la URSS, que se disputó el 10 de abril de 1992 y Beschastnykh decidió con dos goles en la primera parte.

 

 

La victoria en la copa clasificó al equipo para la Recopa de Europa de la 92-93, donde realizó un gran papel. Tras una primera ronda de trámite frente al Avenir Beggen de Luxemburgo (5-1 en total), en octavos vino el primer rival serio. Tocó el Liverpool inglés, y después de ganar por 4-2 en el partido de ida con dos goles en los últimos diez minutos, en la vuelta los rusos no se conformaron con el buen resultado que traían de Moscú y ganaron en Anfield por 0-2. Esta victoria les afianzaba como uno de los favoritos para hacerse con la competición, y en cuartos el Feyenoord no les causó demasiados problemas (4-1 de parcial). En las semifinales se emparejó con el Royal Antwerp belga, a priori el adversario más sencillo de los restantes, pero tras un solitario gol de Piatnitski en Moscú, el Antwerp liquidó la eliminatoria en Bélgica por 3-1 a pesar de que los rusos se adelantaron a los diez minutos de partido. El propio Piatnitski fue el segundo máximo goleador de la Recopa, por detrás de Czerniatynski del Royal Antwerp con un tanto más.

El Spartak terminó el año 1993 ganando su segunda liga consecutiva, y tras ello Radchenko y Popov ficharon por el Racing de Santander, y Cherchesov hizo lo propio con el Dynamo Dresden alemán.