Alexander Mostovoi llegaba a las filas del Real Celta de Vigo un 20 de julio de 1996 como el fichaje estrella de los gallegos. El ruso tenía por aquel entonces 27 años, e iniciaba una etapa que se prolongaría durante ocho temporadas, a pesar de que en un primer momento, se comprometía por solo tres. Imparable y con un gran golpeo de balón, el centrocampista se convirtió en todo un ídolo en Balaídos. “Se nota que jugué bien y durante muchos años en el Celta. Es bonito que te recuerden con cariño. Eso es lo realmente importante”.
El talentoso atacante llegaba como internacional con la selección rusa, y se convertía en el refuerzo más caro del club celeste, 300 millones de pesetas. Sin embargo, la época gloriosa de su paso por Vigo se hizo esperar. Su adaptación no fue fácil y su carácter jugó más de una mala pasada, quizá entre las más recordadas, el famoso partido frente al Sporting de Gijón. En su primera temporada en el club, este luchó por la salvación, que acabó logrando, con Castro Santos al frente.
Con la llegada de Jabo Irureta al banquillo, el cuadro celeste mejoró notablemente logrando la clasificación para la UEFA. Irureta se marchó al Deportivo, pero llegó uno de los entrenadores que más ha marcado la historia del Celta y la carrera de Mostovoi, Víctor Fernández.
Siempre envuelto en polémica, pero con un excelente fútbol, Mostovoi se hizo grande en el Celta donde ganó la Copa Intertoto de 2000 y llegó a la final de la Copa del Rey en 2001 en un partido en el que su gran actuación no bastó para sentenciar al Zaragoza. En aquellos años, el Celta se mantuvo en la zona alta de la clasificación de Primera División disputando la Copa de la UEFA y la Champions League.
Nunca dejó de lado su faceta polémica con declaraciones como la que hizo en France Football en 1999: «He jugado en Portugal y Francia y nunca vi nada igual. El cuerpo arbitral español da pruebas de favoritismo hacia Real Madrid y Barcelona. Para que un equipo como el Celta sea campeón hay que jugar tres veces mejor que el Barca”. Así era el zar de Balaídos, único e incomparable.
En los derbis gallegos también gozó de protagonismo. Famosas fueron sus trifulcas con Djalminha con el que dejó una de las imágenes más recordadas de un derbi Celta vs Deportivo. El exjugador del Deportivo le soltó una colleja al mediocentro ruso después de que este le llamase mono al futbolista brasileño en un enfrentamiento de ambos jugadores.
Finalmente, pocas dudas de que fueron más las luces que las sombras del apodado por el celtismo como «El Zar», que participó en 270 partidos marcando 72 goles y siendo pieza imprescindible en los éxitos del EuroCelta que maravilló a finales de los años 90 y principios de la siguiente década, logrando incluso la primera clasificación para la Liga de Campeones en la historia del club. Junto a jugadores de la talla de Salgado, Mazinho, Gustavo López, Karpin, Makelélé, Patxi Salinas y Berizzo, lo dio todo para los gallegos.
