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El retorno de Zemanlandia, cuarto acto en Foggia

 

16 de junio de 1991, la afición del Foggia gritaba con euforia el nombre de su entrenador tras el regreso a la máxima categoría del fútbol italiano. Un deseo que parecía imposible hecho realidad gracias a un técnico que se ganó a pulso el cariño de la localidad de Apulia, Zdenek Zeman. Foggia se convertía así en «Zemanlandia», un modelo para los futuros entrenadores, una realidad utópica de una visión del fútbol, de la vida y que llevó a los modestos rossoneri a cotas altísimas. La ciudad le declaró amor infinito, y él le correspondió con toda su voluntad.

Ni más ni menos Zdenek Zeman se ha sentado en el banquillo del Foggia un total de cuatro ocasiones. La primera vez para coger el club en C1 la temporada 1986-87, la segunda etapa más larga fue entre 1989 y 1994, y es considerada la de los milagros: «Zemanlandia», «Rambaudi-Signori-Baiano». La tercera etapa se dio hace diez años en la Lega Pro con Insigne y Sau en plantilla. Y ahora otra etapa en Puglia, otra vez en la Serie C y con la vista puesta en la Serie A.

 

 

«Me apetecía volver al fútbol, esperando que se acabe el Covid y que sea fútbol de verdad, para la gente». Así se presentó el bohemio de 74 años en el banquillo del Foggia por cuarta vez en su carrera. Le acompañaban Canonico y Maria Assunta Pintus, que se habían reunido con él en Roma el 19 de junio y habían hecho realidad una sugerencia. Un chat eficaz, que en principio sabía a comprensión. Tanto es así que en las redes sociales del club había aparecido una foto con la frase «Nos vemos en Foggia. Algunos amores no se acaban nunca». Una semana después, la firma y el anuncio de un matrimonio que se celebra 11 años después de la última vez. «Significa que aquí me encontré bien y tuve la oportunidad de trabajar bien», admite.

 

 

En el verano de 2010, Zeman regresó al equipo rossonero tras sus aventuras en la Serie C en 1986 y el salto de la Serie B a la Serie A, a finales de los 80 y principios de los 90. En aquel Foggia había lanzado nombres ahora en la selección nacional como Lorenzo Insigne o permanentemente en el equipo A como Marco Sau, Diego Farias y Vasco Regini. «Pero las grandes satisfacciones eran solo mías. Siete jugadores han pasado a jugar en la Serie A, pero no hemos conseguido resultados», recuerda con su habitual calma. El tono es el mismo de siempre. El deseo de sorprender, asegura, también. «Quiero dar emociones y entretener a la gente con un fútbol positivo y proactivo», responde a Nicola Canonico, que explica que «ha pedido al entrenador que nos divierta».

 

 

Unas pocas frases pero útiles para fijar conceptos. «Espero tener un equipo a la altura» es una de ellas. Pero no pide nombres, nunca ha pedido ninguno. «Quiero gente con hambre de llegar a la cima». Porque, recuerda, «en Foggia todos nos llevamos una gran satisfacción, tanto la gente como los jugadores y la sociedad. Espero dar otras alegrías a la ciudad, a los aficionados y al club.

Resoluciones y gratitud. «El fútbol sin la gente no tiene sentido, estaba contento de estar fuera. Ahora hay una oportunidad para que los aficionados vuelvan a las gradas y espero dar más emociones a la gente. En el fútbol hay alegrías y penas, espero que haya más alegrías que penas». Y paciencia si el DNI recuerda el paso del tiempo. «Un señor alemán ganó la Liga de Campeones a los 74 años (en realidad fue Raymond Goethals, un belga de 72 años con el Marsella en 1993) Yo estoy ahí por la edad, no ganaré la Liga de Campeones, pero intentaré hacer como él. Después de todo, me siento mejor que cuando era joven. Zemanlandia ha vuelto».