William Andem fue uno de los mejores guardametas cameruneses de los años 90, aunque siempre vivió a la sombra de compatriotas como N’Kono o Songo’o. Con la absoluta de Camerún disputó 4 partidos, formando parte de las 3 expediciones que conquistaron la Copa África, y fue suplente de lujo en el Mundial de 1998.
Su enorme talento lo llevó a ser uno de los fichajes más exóticos del campeonato brasileño de finales del siglo XX, aterrizando en el Cruzeiro de Ronaldo, para ser suplente de Dida, en 1994. Era un portero que alternaba buenos y malos momentos, pero tuvo sus mayores destellos de gloria en la Toca da Raposa, donde terminó siendo acogido, con gran cariño, por su afición. En 1997, tras pasar un año en el Bahía, dio el salto al fútbol portugués, donde permaneció 10 años entre el Boavista FC (ganando el histórico campeonato de 2001) y CD Feirense.
De Camerún a Brasil, para terminar en Portugal
William Andem nació en Douala un 14 de junio de 1968, la ciudad más poblada de Camerún y el principal centro económico del país. Allí se formó en el Union Douala, un club con varios títulos nacionales y que también destacó en las competiciones continentales, al ganar la Copa de Campeones de África en 1979, antes de levantar también la Recopa Africana en 1981.
Andem participó en la conquista del Campeonato Camerunés 1989/1990, en el que sería el cuarto título para su club, y el inicio de sus convocatorias con la absoluta camerunesa. Previamente, ya había sido un habitual en las convocatorias de las selecciones juveniles de Camerún.
En marzo de 1990, con 21 años, sería suplente del histórico Thomas N’Kono en la Copa Africana de Naciones, donde los Leones Indomables fueron eliminados en la fase de grupos. También estuvo presente en la preparación para la Copa del Mundo de aquel año, pero no fue incluido en la convocatoria final. El guardameta volvería a ser convocado para la Copa Africana de 1992, esta vez como suplente de Joseph-Antoine Bell y Jacques Songo’o. Aquel mismo año, se trasladó al Olympic Mvolyé, hasta que surgió la oportunidad de desembarcar en Brasil.
El Cruzeiro concretó la cesión de William Andem en enero de 1994, en una operación que contó con la participación del empresario José Veiga, quien había facilitado el pase del delantero Careca, formado en el club celeste, al fútbol portugués. Este mismo agente FIFA también intentó llevar el portero al Benfica, pero los encarnados se decidieron por Michel Preud’Homme. El camerunés llegó a la Toca da Raposa con fama de jugador internacional y el apodo de “Gato Negro”. Según informaciones del Jornal dos Sports de la época, recibiría 10.000 dólares como prima de fichaje y un salario mensual de 3.000 dólares. La posterior transferencia definitiva costó 200.000 dólares.
A pesar de los problemas con la documentación que retrasaron su inicio, entendió lo que representaba el Cruzeiro desde el principio. William Andem se interesó por la historia de Raul Plassmann, leyenda del club y famoso por ser pionero en usar camisetas de colores bajo palos. Al camerunés le gustó tanto la historia que, sin conocer a Raul, decidió adoptar también el color amarillo que consagró al veterano. Aquello hizo que se ganase el cariño de la afición, coincidiendo con el nacimiento de su segunda hija.
El debut de William Andem con el Cruzeiro tuvo lugar el febrero de 1994, durante una gira por Japón. El equipo celeste se enfrentó al Júbilo Iwata y derrotó a los anfitriones por 3 a 1, con tres goles de un joven Ronaldo. Sin embargo, sus apariciones a lo largo de ese año serían esporádicas, disputando solo nueve partidos, incluido el partido final del Campeonato Mineiro, en un encuentro de celebración contra la Patrocinense tras haber asegurado el título por adelantado.
También estuvo presente en una jornada del Brasileirão, contra el Guaraní. No obstante, su llegada a Brasil terminó alejando a Andem de los Leones Indomables para el Mundial de Estados Unidos de 1994. No sería convocado para aquella edición, en una selección camerunesa que priorizó a tres veteranos: N’Kono, Bell y Songo’o. Sin embargo, obtuvo su cromo en el álbum oficial de Panini para aquel Mundial.
El 1995 sería más fructífero para William Andem, y no solo por los títulos acumulados, como la Copa de Oro y la Copa Master, ambos torneos de la CONMEBOL. El portero también se volvió en un habitual en el once inicial, disputando 21 partidos en la temporada. Incluso llegó a destacar en algunos clásicos, aunque no necesariamente por razones positivas.
En abril de 1995, la Raposa enfrentaba al Atlético Mineiro y, durante el primer tiempo, Andem hizo una entrada dura a Euller. Gutemberg fue a reclamar y recibió un puñetazo del camerunés. Ambos fueron expulsados, pero los cruzeirenses aun así vencieron a sus rivales por 2 a 1. En un torneo amistoso, el portero incluso detuvo un penalti para definir el título del Cruzeiro ante el América. Titular en la Copa de Oro, participó en cuatro partidos en la Copa de Brasil y en otros cinco en el Brasileirão.
En 1996, William Andem vivió sus mejores momentos con el Cruzeiro. No jugó tanto, con 12 apariciones, pero tuvo que demostrar su valía en los períodos en que Dida estaba con la selección olímpica. También volvió a disputar una gran competición con Camerún, convocado para la Copa Africana de Naciones celebrada en Sudáfrica. Enfrentó a los Bafana Bafana en la apertura del torneo, pero la derrota por 3 a 0 le costó su puesto, aunque no tuvo culpa en los goles. Al menos en Brasil, las conquistas se volvieron aún más significativas para el portero. La Raposa volvió a ganar la Copa de Brasil, un título importante también porque aseguraba el bicampeonato en la Libertadores al año siguiente. Andem se enfrentó al Corinthians en los cuartos de final, en una goleada por 4 a 0 que encaminó la eliminación de los entonces campeones, antes de reencontrarse en el Pacaembú.
Durante la recta final del Campeonato Mineiro, William Andem tuvo que asumir la titularidad. Dida se había unido a las preparaciones para los Juegos Olímpicos de Atlanta. Y el camerunés saboreó su mayor gloria con la camiseta celeste, siendo fundamental en la conquista del campeonato estatal. Tuvo una secuencia de cinco partidos como titular, en los que solo encajó un gol, con cinco victorias para el Cruzeiro. El clásico contra el Atlético Mineiro fue decisivo, con el camerunés deteniendo todo en la victoria por 2 a 0. Gélson Baresi y Cleison marcaron los goles, pero el portero fue gigantesco, especialmente en una escapada de Euller en un mano a mano. También mantuvo su portería a cero ante el América, en un triunfo por 1 a 0 que selló el título.
En la segunda parte de aquel año, William Andem participó en una gira con el Cruzeiro por Japón. Y, en un empate 3 a 3 contra el Nagoya Grampus, reafirmó su fama de para penaltis al detener el disparo de Dragan Stojkovic. En el Brasileirão, el camerunés aún sumó tres apariciones más con la camiseta celeste, contra el Athletico Paranaense, Juventude y São Paulo. Sin embargo, esa sería su temporada de despedida en la Toca da Raposa. Sería involucrado en un intercambio con el portero Jean y tendría una secuencia mayor como titular en el Bahia.
A los 28 años, William Andem se convirtió en un personaje querido en el Bahia. La afición lo apodó «Jacaré», por su semejanza física con el bailarín del grupo É o Tchan, que vivía su auge. Además, el camerunés se sentía en casa en Salvador. “El clima es muy parecido al de mi país. La comida, la música y la gente también. Bahia tiene la cara de Camerún”, decía a la Folha de S. Paulo, mencionando que la moqueca de pescado y la mariscada eran sus platos favoritos, aunque prefería el acarajé que su madre.
Tras su aventura brasiñeña, y con 29 años, Andem se marchó al fútbol portugués, donde jugó en el Boavista de 1998 a 2007. Allí llegaría su mayor logro, con la consecución del histórico campeonato de liga portuguesa de 2001. Jugó 178 partidos con el Boavista hasta que, en 2007, a los 39 años, se trasladó a Santa Maria da Feira, donde terminó su carrera con el Feirense.