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El Watford de Elton John, goles a ritmo de reggae

 

En 1976, el famoso cantante Elton John se convirtió en el “chairman” del Watford Football Club, prometiendo inyectar liquidez en el club. Años después de su llegada, concretamente la temporada 1981–82, el equipo consiguió llegar a la First Division, y con aquel ascenso se habían completado un total de 4 en la misma cantidad de años.

Ser su presidente, le reportó a Elton grandes alegrías en un momento en el que su vida estaba controlada por la cocaína y el alcohol, pero nunca consiguió lo que más ansiaba: la aprobación de su padre. “Este club es lo más importante de mi vida. La música no es nada comparada con mis responsabilidades en el Watford”. Dos jugadores exóticos jugaron en aquel increíble Watford de Elton John, bajo las órdenes de Graham Taylor y posteriormente Dave Bassett: Luther Blissett (1975-1983) y John Barnes (1981-1987), ambos nacidos en Jamaica pero internacionales con Inglaterra.

 

John Barnes y Luther Blissett.

 

La etapa del entrenador Graham Taylor se abrió el abril de 1977, y no solamente convirtió a juveniles como Luther Blissett en estrellas, o fichó por una cifra irrisoria a John Barnes con 16 años, sino que sorpresivamente llevó al equipo a lo más alto en tiempo récord. Los datos hablan por si solos: una temporada después de su llegada ya estaban en tercera división; dos más tarde, en segunda; en 1981 ascendieron y, al año siguiente, fueron subcampeones de la First Division, lo cual los llevó a participar en la Copa de la UEFA.

Aquel Watford del “reggae football” ganó en carisma entre los aficionados al fútbol en comparación con los gigantes Arsenal y Tottenham. Elton se tomaba su papel de presidente muy en serio, y estaba muy satisfecho. La primera mitad de la temporada 1982-1983 en First Division fue maravillosamente bien, con dos exjugadores del Arsenal, el lateral internacional irlandés Pat Rice y el mediocampista Les Taylor, los delanteros Gerry Armstrong, que triunfó en el Mundial de España de 1982, Nigel Callaghan, Ross Jenkins, Luther Blissett y John Barnes, se lo pasaban en grande.

 

 

Algunos partidos incluso tuvieron una gran repercusión. Primero, las dos victorias (Everton, Southampton) en los dos primeros partidos de agosto, con dos días de diferencia. Luego, en septiembre, los ocho goles infligidos al Sunderland (incluidos cuatro de Blissett). En noviembre, le tocó al Arsenal ser humillado en casa (4-2 y dos goles de Barnes), con una sola derrota en casa y un lugar entre los tres o cuatro primeros. Una sola derrota en casa y un puesto entre los tres o cuatro primeros, suficiente para que todos los grandes clubes londinenses se sonrojaran. Y todo ello con un estilo extrañísimo que hizo correr mucha tinta en Inglaterra. Elton tenía fama de ser un adicto al trabajo y los jugadores reconocían de buen grado que era el principal artífice del éxito del Watford.

 

 

El Watford lo estaba haciendo bien y estaba marcando goles, pero el delantero jamaicano Blissett advertía a todos: “Hemos sorprendido a nuestros rivales con nuestro estilo de juego. Los resultados han superado nuestras expectativas. Ahora todo el mundo está advertido. Con el sistema de tres puntos por victoria, podemos encontrarnos en la mitad de la tabla en pocas semanas”. Lo que Blissett no decía es que él y sus compañeros estaban en un verdadero estado de euforia. Él mismo cambió mucho desde que entró en el equipo. Seleccionado por Bobby Robson para jugar contra Luxemburgo, marcó tres goles espectaculares. Su colega jamaicano John Barnes marcó menos goles, pero era igual de impresionante sobre el terreno de juego. Muy potente, prefería jugar en la banda izquierda. El éxito de Barnes fue meteórico, antes había jugado en Sudbury Court, un pequeño club amateur. Un aficionado del Watford lo puso en conocimiento de la dirección técnica y las cosas fueron muy rápidas. Tanto es así que fue seleccionado para la selección sub-21 contra Dinamarca y luego sorprendió al ser seleccionado en la lista de veintidós para el Inglaterra-Alemania. No fue titular ese día, pero sabía que la recompensa no estaba lejos. A veces ansioso, no obstante nunca tímido, Barnes estaba sorprendido de jugar a aquel nivel.

 

 

En 1984, el año en el que jugaron la final de la FA Cup ante 100.000 aficionados en el estadio de Wembley, el Everton los ganó 2 a 0, y fue un duro revés. Dos años después de aquella gesta con final agridulce, Graham se fue para convertirse en entrenador del Aston Villa. Elton fichó a Dave Bassett para sustituirlo, aunque ya nada fue lo mismo. En 1987, dadas sus obligaciones musicales, vendió el Watford a Jack Petchey, un multimillonario que había hecho su fortuna con los coches. Pero una década después volvió a recuperar un montón de acciones y se erigió en presidente de nuevo porque no pudo soportar que en manos de Petchey bajase a Segunda División. Sí, el cantante contó otra vez con Graham Taylor en el banquillo. Sin embargo, el autor de Candle in the Wind dimitió como presidente para siempre en 2002.

 

 

Desde entonces ejerce de presidente honorífico. “Le debo al Watford mucho más de lo que el equipo me debe a mí. Fui presidente durante el peor período de mi vida. Cuando sentía que no había amor en mi vida, sabía que tendría el amor del club y de los aficionados. Me dio algo más en lo que concentrarme, una pasión que podía apartar mi atención de todo lo que iba mal. Por razones obvias, hay momentos de los ochenta de los que no guardo ningún recuerdo, pero todos los partidos del Watford que vi están fijados en mi memoria. Si no hubiera tenido el club de fútbol, Dios sabe qué hubiera sido de mí. No exagero cuando digo que estoy convencido de que el Watford me salvó la vida”, expresó en sus memorias. Luther Blissett abandonó el club en 1983, volvió en 1984 tras su decepcionante paso por el AC Milan, permaneciendo hasta 1988. Volvería para un tercer período en 1991 (con cesión al West Bromwich Albion), y permanecería dos años antes de irse al Bury. En su casillero, 246 partidos y 95 goles en su primera etapa en 4 divisiones diferentes, 127 partidos y 44 goles en su segunda etapa entre First y Secon Division, y 42 partidos y 10 goles en Second Division en su última etapa. Por su parte, John Charles Bryan Barnes, entre 1981 y 1987, jugaría 233 partidos y anotaría 65 goles, antes de triunfar en el Liverpool FC.