La vida del tricampeón mundial Pelé estuvo llena de grandes logros, aunque se fue tristemente de este mundo sin haber cumplido un último gran sueño. Hace apenas dos años, dejó muy claras sus intenciones de poder cumplirlo. Ya se encontraba enfermo, pero en su interior albergaba la esperanza de curarse y poderlo cumplir.
“He hecho muchas cosas en la vida, solamente me falta ir a la Luna. Si me aseguraran que hay balones allí iría a dar unos cuantos toques. Sería algo fantástico”. Aunque tenía el dinero suficiente para embarcarse en una nave, las circunstancias y su débil estado de salud le impidieron realizar lo que hubiera sido una aventura antológica.
Embajador del fútbol, pero también adalid contra la desigualdad social y el racismo, no se hizo rico gracias al llamado deporte rey, sino gracias a los múltiples contratos publicitarios que firmó a lo largo de su existencia, y que le hubieran permitido sufragar los costes de tal epopeya.
