spot_img

Fútbol en Salzburgo, una ciudad con dos corazones

 

Salzburgo es una ciudad de destino obligado para todos los amantes del turismo cultural, pero también para los aficionados al fútbol a través de su actual abanderado, el Red Bull Salzburg. Si es cierto que a los visitantes les puede sorprender la falta de símbolos de este club en la ciudad de las cien iglesias, algo que contrasta con los símbolos del Sportverein Austria Salzburg, que sí dominan el espacio público.

Ello es debido a que desde 2005, estos dos clubes opuestos defienden los colores de la ciudad, a pesar de ser hermanos de armas, y provenir de la misma familia: el SV Austria Salzburg original, también conocido entre 1978 y 1997 como SV Casino Salzburg. Para entender este embrollo económico y deportivo, hay que remontarse al 6 de abril de 2005. Aquel día la empresa Red Bull compró el SV Austria Salzburg. Los aficionados, bastante contentos con aquella toma de posesión, descorcharon el champán pensado que vendrían días mejores y que pronto estarían compitiendo por el título de liga. La alegría duró muy poco. Después de unas semanas se dieron cuenta de que la empresa austríaca cambió su nombre, escudo y colores.

 

 

Los nuevos propietarios hicieron borrón y cuenta nueva, hasta el punto de que el Red Bull FC ni siquiera quiso conservar los trofeos ganados por el equipo púrpura y blanco antes de 2005 en el museo del club. Una parte de los aficionados, ante tal falta de respeto, decidieron abandonar definitivamente el club. Lo hicieron de forma espectacular en el estadio de Wals-Siezenheim, en el minuto 33 del choque entre el Red Bull Salzburgo y el Austria Viena, el 19 de septiembre de 2005. Aquel momento simbólico hacía referencia a la fundación del SV Austria Salzburg en 1933.

Se prendieron bengalas en el campo, y fue la última vez que aquellos aficionados salieron del estadio. Un intenso humo púrpura envolvió el campo mientras el resto del público silbaba en la esquina. El gesto fue claro y la fractura completa. Así pues, estos aficionados molestos con la destrucción de su club funda-ron otro desde cero. El 7 de octubre de 2005, el SV Austria Salzburg renació para conservar la tradición. Los comienzos resultaron difíciles, eran un 80% de ultras y un 20% de aficionados los que participaron en el proyecto. La iniciativa estuvo plagada de dificultades a la hora de oponerse al proyecto vecino: el 80% del público tradicional fue feliz con la llegada de Red Bull. Para la mayoría, los colores eran tan importantes.

 

 

La gente prefería ver al RB Salzburgo en la Liga de Campeones. En los primeros meses, el Austria Salzburgo participó en la cuarta división, formando una asociación con un pequeño equipo local, y luego se lanzó en solitario en la temporada 2006-2007, partiendo del séptimo nivel, el más bajo de la pirámide austríaca. Pero un equipo necesita un estadio, así que encontraron un terreno de juego con gradas supletorias. Luego, negociando con el ayuntamiento, consiguieron el Max Aicher Stadion. Desde el punto de vista deportivo, actualmente el proyecto va muy bien. El club no solamente se está desarrollando, y presentando equipos en las distintas categorías inferiores, sino que, sobre todo, el equipo principal está ascendiendo poco a poco y ganando otra vez el respeto de sus rivales.

El público también empieza a responder con una media de 1.000 a 1.500 espectadores en Regionalliga (la tercera división) en un estadio con capacidad para solamente 1.566 personas y con solamente tres gradas. Esto lleva a algunas situaciones divertidas y a veces hay más fans fuera que dentro del campo. En 2014, el equipo de Salzburgo llegó a ascender a la 2. Liga (la segunda división austríaca). Pero este éxito deportivo provocaría una primera caída. Se equivocaron al contratar a gente de fuera, a un nuevo jefe. Antes, los presidentes eran siempre fans en activo. Fue un error para un proyecto tan sentimental.

El Austria Salzburg no duró mucho en la segunda división, ya que descendió tras una sola temporada. Si las cosas van mal en el campo, también van mal fuera de él. Las grandes inversiones realizadas para adecuar el estadio, incluyendo un sistema de iluminación adecuado para los partidos televisados, pasaron factura a las cuentas de Austria. Fue el efecto dominó. El club volvió a bajar y se hundió en la cuarta división. Aquello no desanimó a sus fieles seguidores y en 2021 volvieron a la tercera división.