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Salvador Dalí, el artista con corazón de portero

 

Salvador Dalí, nacido un 11 de mayo de 1904 en la ciudad catalana de Figueres (España), fue un gran amante del fútbol, una pasión que nunca guardó en secreto y que compartió abiertamente con su círculo más próximo de amistades.

Su posición en el campo en todas las pachangas que jugó de mayor siempre lo ligó al surrealismo de los tres palos, una posición que descubrió después de comprobar que su forma física no era suficiente para la posición de mediocampista en los partidillos que disputaba en el recreo en sus días de estudiante de bachillerato.

Como portero no solo llegó a debutar en partido oficial, sino que en su finca en Cadaqués se puso a prueba ante los chuts de los internacionales y exjugadores del FC Barcelona Emili Sagi Liñán y Josep Samitier, con quienes pasó largas horas jugando y conversando sobre fútbol desde 1927.

 

 

Dalí también tuvo la oportunidad de plasmar su afición por el fútbol en las páginas de sus libros de texto de cuando era estudiante dibujando jugadores de la UE Figueres, y posteriormente también en sus obras, concretamente en 5 obras menores entre 1920 y 1923, y posteriormente en tres importantes: en 1974, formó parte del elenco de artistas que elaboraron diversos carteles para celebrar los 75 años del FC Barcelona; tres años después pintó la obra ‘Gol’ y tres años antes de su muerte, en 1986, elaboró el póster con el que se anunciaría el Estadio Municipal de Figueres.

 

 

Su pasado como portero

El 13 de abril de 1919 nació la «Unión Sportiva Figueres», fruto de la fusión de dos pequeños clubes de aficionados. El Ayuntamiento le cedió un terreno situado detrás del Institut de Segona Ensenyança de Figueres, donde el joven Salvador de tan solo 15 años estudiaba. Por aquel entonces Dalí era poco hábil con el balón en los pies, y solía jugar de mediocampista en las pachangas que se organizaban y no corría mucho. Así que finalmente acabó como portero tras descubrir el encanto de los tres palos. En aquel entonces hasta fue «cronista de fútbol» en la revista «El Senyó Pancraci, una revista de humor que editaba el propio instituto.

Posteriormente su talento lo llevó incluso a ser titular de un equipo juvenil federado de Los Maristas de Figueres, “Zamora era el ídolo de mi niñez, imagínense, ¡Hice hasta zamoranas! Sin embargo, lo mío es el arte. Lo cósmico” confesó años después en una entrevista.

Lo que hizo realmente aficionar a Salvador Dalí al fútbol fue la presencia de dos de sus mejores amigos en el primer equipo de la UE Figueres de la 1921-1922, Joan Maria Torres y Jaume Miravitlles.

 

Retrato de Jaume Miravitlles, pintado en óleo por Salvador Dalí.

 

Su corazón siempre fue de la UE Figueres y posteriormente del FC Barcelona, aunque con la entidad de su ciudad natal siempre tuvo una relación de idas y venidas. En 1977 donó su cuadro «Gol» para intentar salvar de la quiebra a la Unió Esportiva Sant Andreu.