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Roger Milla, el abuelo camerunés de los Mundiales

 

Roger Milla fue leyenda de Camerún y del fútbol internacional, con imborrables goles y míticos bailes a ritmo de Makossa (música popular en las zonas urbanas de Camerún) en el banderín de córner.

Participación en 3 Copas del Mundo (1982, 1990 y 1994) y 5 ligas de distintos puntos del planeta, 2 Balones de Oro Africanos (1976 y 1990), reconocido como uno de los 125 mejores futbolistas vivos por Pelé, mejor jugador africano de los últimos 50 años según la Confederación Africana de Fútbol, y considerado por los aficionados al fútbol como el inmortal abuelo de los Mundiales.

 

 

Una leyenda africana que reescribió los libros de historia del Mundial de Fútbol en dos ediciones consecutivas: en Italia 1990 se convirtió en el goleador más veterano del certamen y, en EEUU 1994 cuatro años después, batió su propio récord cuando ya había cumplido los 42.

El hecho de que Roger Milla se convirtiera en el primer y, hasta la fecha, único futbolista mayor de 38 años en ver portería en una Copa Mundial fue algo asombroso, como lo fue la heroicidad de clasificar a Camerún para los cuartos de final de 1990. Pero lo realmente increíble fue que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. «Más vale tarde que nunca», sería la mejor manera de definir la carrera del gran Roger Milla.

 

 

El origen humilde de un mito

Albert Roger Miller (cambió el apellido posteriormente) nació en Yaoundé, la capital de Camerún, un lejano 20 de mayo de 1952. Por aquel entonces su formación futbolística se basaba en el fútbol callejero, y su paso por diversas escuelas de fútbol de la ciudad. Pero todo cambió cuando su padre encontró un mejor trabajo y la familia se mudó a Douala en 1970. Roger con recién cumplidos 14 años se inscribió en las pruebas de acceso a las categorías inferiores del Eclair Football Fille de Sa’a de Douala, y las superó con total éxito.

 

 

Tras acabar su formación en categorías inferiores, dio el salto a categoría senior con el Léopard Sportif de Douala de la Cameroon Première Division, a principios de la década de los años 70. Con el Léopard Sportif viviría en 1972 la inauguración del Stade de la Réunification, y que tras su renovación en 2018 puede albergar a 30.000 espectadores.

 

Imagen del estadio de la Réunification de Douala antes de su total remodelación.

 

En este conjunto Roger se proclamaría campeón de las 2 únicas ligas ganadas durante la historia de este club, concretamente la de 1972 y 1973, además de disputar por primera vez la Champions de África. Allí su estrella empezó a brillar tras 116 partidos y 89 goles marcados en 4 años (1970-1973), y ofreciéndole la oportunidad de debutar con la selección de Camerún a sus 21 años en un partido disputado en 1973 ante Zaire clasificatorio para el Mundial de 1974.

 

 

Para la temporada 1973-1974 su nuevo destino sería el Tonnerre Kalara Club de Yaoundé, club donde también jugó posteriormente otro histórico del fútbol africano, el liberiano George Weah. En su primera temporada con su nuevo equipo ganó su primer trofeo continental, la Recopa de África. Sus hazañas en el Ahmadou Ahidjo Stadium le valieron el Balón de Oro Africano de 1976, y su posterior salto a Europa. Atrás quedaron 87 partidos y 74 goles.

 

Histórica foto de un joven Roger Milla firmando su nuevo contrato con el TKC el 14 de septiembre de 1973.

 

El salto a Europa

De 1977 a 1989 se instaló en Francia, alternando temporadas en Ligue 1 y Ligue 2 con diversos clubes como el Valenciennes Football Club, el Association Sportive de Monaco Football Club, el Sporting Club Bastiais, el Association Sportive de Saint-Étienne y el Montpellier Hérault Sport Club.

 

 

En 1980 y 1981 ganó la Copa de Francia con conjuntos distintos: Mónaco (con muy poca presencia en el once inicial) y Bastia respectivamente, y ayudó al AS Saint-Étienne y Montpellier a ascender a la Ligue 1 en 1987.

 

Roger Milla vistiendo la camiseta del AS Mónaco en un partido ante el Montpellier.

 

Su difícil adaptación al ritmo de juego europeo se transformó en bajo rendimiento y pesadilla en sus dos primeros años al norte de Francia con el Valenciennes, pero sus posteriores aventuras en el Mónaco y Bastia demostraron que los peores pronósticos sobre su carrera europea se iban quedando por el camino. Al menos, con estos dos últimos, consiguió estrenar su palmarés europeo en 1980 y 1981 con dos Copas de Francia. Y mientras su talento por fin dejaba constancia en tierras galas, Roger Milla iniciaba su leyenda con los leones indomables logrando una histórica clasificación para el Mundial de España de 1982. La primera vez que Camerún llegaba a una fase final de un Mundial.

 

Formación del Valenciennes con Roger Milla en el centro de la fila inferior.

 

Entre 1984 y 1989 llegaría su paso por el AS Saint-Étienne en Ligue 2 (dos años tras la marcha de Michel Platini a la Juventus), y el Montpellier HSC (empezando también en Ligue 2 para posteriormente ascender), donde coincidiría con jugadores como el «Pibe» Valderrama, Eric Cantona o Laurent Blanc. A pesar de sus notables actuaciones, su fama internacional y un olfato goleador innegable los grandes clubes europeos lo miraban con recelo, y es que Roger era un supuesto amante de la fiesta (sana, le encantaba salir a bailar), antes y después de los partidos, algo que desquició a la mayoría de sus entrenadores, y que le privó de dar el salto a un club grande. Sus constantes viajes a Camerún fueron otro de los grandes problemas durante su periplo francés. «La gente me juzgaba por lo que oían o leían en la prensa y los grandes clubes no tenían ninguna fe en mí», señalaría Milla.

 

 

En 1984 no solamente iría convocado con la Selección Olímpica de Camerún en Los Ángeles, sino que se proclamaría campeón por primera vez de la Copa África, mientras que en 1986 se convertiría en el máximo goleador de esta competición continental. En 1988, con él otra vez como estrella, Camerún lograba su segundo título de Copa África al derrotar en la final a Nigeria por uno a cero en Casablanca.

 

 

 

El inicio del supuesto retiro

La temporada 1989-1990 decidió poner fin a su carrera fichando por el Jeunesse Sportive Saint-Pierroise de la Réunion Premier League, un conjunto con gran tradición para acoger a grandes superestrellas en el ocaso de su carrera, como por ejemplo Djibril Cissé o Jean-Pierre Papin. Tampoco hay que olvidar que este modestísimo campeonato totalmente independiente del sistema de ligas francés (aunque la Federación Francesa lo supervisa) ha dado jugadores como Jean-Pierre Bade, Guillaume Hoarau, Florent Sinama Pongolle, Dimitri Payet y Jean-Pascal Fontaine.

 

 

Y cuando ya parecía que el fútbol de élite le había dado la espalda definitivamente a Roger Milla, una llamada inesperada del propio presidente de Camerún, hizo que Roger se replanteara y aceptara volver a liderar los leones indomables. Para prepararse para la cita mundialista de Italia 90 abandonó la Réunion Premier League, y fichó por el Sporting Toulon Var, donde jugaba un joven Jacques Songo’o.

 

Jacques Songo’o, junto a otros jugadores, en el Toulon de la temporada 1990-1991.

 

Con 38 años, Milla completó una selección de gran nivel junto a Thomas N’Kono, Cyrille Makanaky y François Omam-Biyik, entre otros. Camerún inició la cita mundialista de Italia 90 sorprendiendo a la Argentina de Maradona. Milla se estrenó en el siguiente encuentro con un doblete para destrozar a la Rumanía de Hagi. Camerún ya estaba en octavos.

En el estadio San Paolo de Nápoles llegó el gran momento en la carrera de Milla, cuando Camerún y Colombia midieron sus fuerzas en un choque que fue a la prórroga, y que el de Yaoundé rompió con otros dos goles. En el primero fusiló a Higuita tras sentar a Perea y Escobar, y el segundo castigó una frivolidad del meta colombiano que quedó para la historia. «Higuita quiso regatearme. A Milla no le regatea nadie», explicaba más tarde el camerunés entre risas.

 

 

El histórico papel del combinado africano se vio frenado por la Inglaterra de los Gascoigne, Shilton, Platt y Lineker. Un partido para el recuerdo en el que los ingleses tuvieron que empatar en el último suspiro, de penalti, y que decidieron en la prórroga. Camerún era respetada a nivel internacional, y la imagen de Milla celebrando sus goles con un baile en el banderín de córner quedó para la historia. En 1990 levantaría su segundo Balón de Oro africano.

 

 

Con esta segunda juventud, Roger Milla aceptó prolongar su carrera. Primero en la India donde jugó para el Diamant Club en el torneo conmemorativo de los 100 años de Mohun Bagan (anotando en la victoria final ante el Mohun Bagan), y posteriormente en el Tonnerre camerunés donde se mantuvo hasta 1994, disputando 116 partidos y marcando 89 goles.

 

 

Por aquel entonces él no lo sabía, pero aún tenía mucho que dar a su país, y regresó sorprendentemente a la convocatoria de la selección absoluta de Camerún para afrontar el Mundial de 1994.

 

 

Fue realmente increíble que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. Milla lo consiguió en el primer minuto de la reanudación, tras sustituir a un compañero en el descanso, y en un partido en el que los suyos cayeron 6-1 ante Rusia. En aquel choque, su rival Oleg Salenko también estableció otro récord mundialista: se convirtió en el único jugador en la historia del torneo en anotar cinco goles en un mismo encuentro. Además por el mero hecho de saltar al terreno de juego, Milla se había convertido ya en el primer futbolista africano en participar en tres Mundiales, así como en el más veterano de todas las selecciones y continentes en participar en una fase final de la prueba reina con 42 años. Curiosamente jugó con compañeros y se enfrentó a rivales que ni siquiera habían nacido cuando, 21 años y medio antes, anotó su primer gol internacional en un clasificatorio mundialista contra Zaire. Todos quedaron maravillados con su clásico baile en el banderín de córner.

 

 

“Los cameruneses me presionaron para que jugara en 1994, porque creían que yo era el único capaz de marcar goles. No tenían fe en ningún otro futbolista. En aquella época estaba en el Tonnerre Yaoundé, un club camerunés, así que estaba listo y en forma. ¿Que si tenía confianza? Por supuesto. Siempre me cuidé físicamente. Nunca hice nada que pudiera perjudicar mi condición física. No llevaba una vida de excesos, llevaba más bien una vida muy sana. Como mucho, me bebía medio vaso de vino de vez en cuando. Convertirme en el goleador más veterano de los Mundiales fue un honor, pero tampoco es algo muy importante para mí. Aquel tanto sigue siendo un grato recuerdo, pero, como se suele decir, los récords están para batirse. ¿Y si lo consiguiera otro jugador camerunés?”.

La leyenda de Camerún colgó finalmente sus botas con la selección el diciembre de 1994, y su última aparición fue en un amistoso contra Sudáfrica. Nada más y nada menos que 77 partidos y 43 goles con la selección absoluta camerunesa.

 

 

El verdadero retiro

En 1994 y con 43 años fichó primero por el Pelita Jaya FC (actual Madura United FC) al que ayudó a conseguir los mejores resultados de su historia, y un año después por el Putra Samarinda de Indonesia. Lejos de lo que pudiera parecer Roger no fue precisamente a pasearse por la PT Liga Indonesia Baru, sino que marcó 41 goles en 35 partidos, siendo aún hoy en día un auténtico récord.

 

 

Aún con fuerzas llegó en 1996 para jugar algunos partidos en su tercera etapa en el Tonnerre de Yaoundé, y lo que parecía ya un retiro tranquilo, en 1997 cambió tras recibir una oferta de cesión para disputar 5 partidos con el Atlanta Silverbacks de la A-League, un campeonato de fútbol de Estados Unidos y Canadá, que funcionó como la segunda categoría del sistema de ligas de los Estados Unidos desde 1995 hasta 2004, cuando se reconvirtió en la USL First Division.

Roger pasó por Estados Unidos con más pena que gloria, en lo que fue más una estrategia de marketing que no una oportunidad deportiva. Para el inicio de la 1997-1998 volvió a Camerún con el Tonnerre, en el que se retiró la 1998-1999 tras cumplir 50 años. Sí, esta vez se retiró definitivamente.